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La influyente hermana del líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, desestimó este jueves las afirmaciones de Corea del Sur sobre el retiro de algunos altavoces norcoreanos a lo largo de la frontera intercoreana y se burló del Gobierno de Seúl por aferrarse a la esperanza de una reactivación diplomática entre los rivales divididos por la guerra.

Las fuerzas armadas de Corea del Sur informaron el fin de semana que detectaron el retiro de algunos altavoces en el Norte, días después de que el Sur, en un intento por reducir las tensiones, desmantelara sus propios altavoces de primera línea, utilizados para transmitir propaganda contra el régimen de Pyongyang.

Kim Yo Jong reiteró declaraciones previas de Corea del Norte, asegurando que no tienen interés inmediato en reanudar las negociaciones estancadas con Washington y Seúl y citó los próximos ejercicios militares conjuntos entre los aliados como prueba de su hostilidad continua hacia Pyongyang.

El Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur no reveló dónde observó el retiro de los altavoces norcoreanos. Los dispositivos norcoreanos visibles desde áreas fronterizas accesibles a civiles en el sur seguían siendo vistos por fotoperiodistas de AP tras el anuncio militar.

Durante una reunión de gabinete el martes, el nuevo presidente de Corea del Sur, Lee Jae Myung, describió los supuestos pasos del Norte como una “medida recíproca” y expresó su esperanza de que las dos Coreas puedan “reabrir gradualmente el diálogo y la comunicación”.

Kim acusó al Gobierno de Lee de engañar al público, afirmando que los norcoreanos “nunca han retirado los altavoces instalados en la zona fronteriza y que no están dispuestos a hacerlo”.

El Gobierno y las fuerzas armadas de Corea del Sur no respondieron de inmediato a los comentarios de Kim, publicados por los medios estatales.

Kim también desestimó las especulaciones de los medios surcoreanos de que el Norte podría usar la reunión prevista esta semana entre el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el de Estados Unidos, Donald Trump, para enviar un mensaje a Washington a través de Moscú.

“¿Por qué deberíamos enviar un mensaje a Estados Unidos?”, dijo, agregando que el Norte no tiene interés en dialogar con los estadounidenses.

Desde la invasión rusa a Ucrania en 2022, Corea del Norte ha hecho de Rusia la prioridad de su política exterior y ha enviado miles de soldados y grandes cantidades de equipo militar, incluida artillería y misiles, para apoyar la guerra en Ucrania.

Los medios estatales norcoreanos y rusos informaron este miércoles que Kim Jong Un y Putin mantuvieron una llamada telefónica para discutir sus crecientes lazos y los esfuerzos de guerra contra Ucrania.

La agencia rusa TASS dijo que Putin también compartió con Kim información sobre sus próximas conversaciones con Trump en Alaska este viernes, pero los informes norcoreanos no mencionaron la reunión con Trump.

Kim Yo Jong también había emitido declaraciones en julio desestimando los deseos expresados por Washington y Seúl de reiniciar la diplomacia para reducir el programa nuclear norcoreano, que se descarriló en 2019 tras el colapso de una cumbre con Trump durante su primer mandato.

En los últimos meses, residentes surcoreanos de la frontera se han quejado de que los altavoces norcoreanos emitían sonidos irritantes, como aullidos de animales y golpes de gong, en respuesta a las transmisiones de propaganda surcoreana.

Las fuerzas armadas surcoreanas dijeron que el Norte detuvo sus transmisiones en junio, después de que Lee ordenara suspender las emisiones del Sur como primer paso concreto de su Gobierno para reducir las tensiones entre los rivales.

Las fuerzas armadas surcoreanas comenzaron a retirar sus altavoces de las zonas fronterizas la semana pasada, pero no aclararon si los volverían a instalar si las tensiones aumentan de nuevo.

Corea del Norte, extremadamente sensible a cualquier crítica externa a su liderazgo y a su cúpula gobernante de tercera generación, consideraba como una gran provocación las transmisiones de propaganda de Corea del Sur contra Pyongyang.

El anterior Gobierno surcoreano reanudó las transmisiones diarias con altavoces en junio del año pasado, tras una pausa de varios años, en represalia por el envío de globos con basura desde el Norte hacia el Sur.

Los altavoces transmitían mensajes de propaganda y canciones de K-pop, una lista diseñada para incomodar a Pyongyang, donde Kim Jong Un ha intentado eliminar la influencia de la cultura pop y el idioma surcoreanos entre la población, como parte de los esfuerzos para fortalecer el control dinástico de su familia.

Estas campañas de guerra psicológica aumentaron aún más las tensiones, ya de por sí elevadas por el avance del programa nuclear norcoreano y los esfuerzos surcoreanos para ampliar los ejercicios militares conjuntos con Estados Unidos y la cooperación trilateral de seguridad con Japón.

Lee, quien asumió el cargo en junio tras ganar una elección anticipada para reemplazar al destituido Yoon Suk Yeol, busca mejorar las relaciones con Pyongyang, que reaccionó con furia a las políticas de línea dura de Yoon.

Sin embargo, expertos afirman que el Norte claramente no tiene urgencia por reanudar la diplomacia con Corea del Sur y Estados Unidos en el corto plazo y sigue enfocado en su alineación con Rusia.

Las tensiones en la península podrían aumentar a finales de este mes con los ejercicios militares conjuntos a gran escala entre Estados Unidos y Corea del Sur, que comienzan el 18 de agosto.

Corea del Norte presenta estos ejercicios como ensayos de invasión y suele usarlos como pretexto para demostraciones militares y pruebas de armas para avanzar en su programa nuclear.