14/08/2025
Actualizado a las 10:32h.
El viento, otra vez el viento, cogiendo velocidad según avanzaba la calurosa y seca tarde, complicó este miércoles de nuevo las labores de extinción de los números frentes abiertos que tiene el dispositivo contra incendios en Castilla y León. Con dos en los que avanzar hacia el control se está resistiendo especialmente: el desatado el domingo en Molezuelas de la Carballeda y que el lunes ya saltó de la provincia de Zamora a la de León, y el que desde inicios de semana consume otra vez el entorno de la sierra de la Culebra tras arrancar la ignición en Puercas. Siguen en nivel dos (escala 0 a 2), ya han abrasado varios miles de hectáreas y acumulan una lista de pueblos desalojados y vecinos obligados a salir de sus casas que sigue creciendo.
En torno a 10.000 personas estaban la pasada noche evacuadas por los diferentes incendios declarados en la Comunidad. Otras 1.300 en la provincia de León debían dejar sus domicilios este miércoles por la tarde por el de Molezuelas, mientras que los 400 de los pueblos evacuados en la provincia de Zamora pudieron regresan. Un fuego sobre el que el presidente de la Junta de Castilla y León apuntó a la «intencionalidad» en el origen, así como en el de Yeres, el que entró en Las Médulas.
Unos siniestros que dejan también siete heridos con quemaduras, cuatro en estado crítico y lesiones hasta en el 80 por ciento de su cuerpo. Uno de ellos, el hombre de 37 años que estaba junto al hombre de 36 que el martes perdía la vida engullido entre dos lenguas de fuego que les sorprendieron en el entorno de Nogarejas cuando trataban de proteger su pueblo. Los otros, sorprendidos por el fuego en la evacuación de Abejera debido a la cambiante dirección del fuego de Puercas.
Y eso que la noche anterior había dado cierta tregua para avanzar hacia el control de los fuegos más complicados y el amanecer se vio con un optimismo ligeramente mayor al del día anterior. Aunque con todas las cautelas ante unas condiciones «extremas» que han llevado por momentos a poner los incendios en una situación de «fuera de capacidad de extinción». Circunstancias en las que «ni los profesionales ni los voluntarios podrían actuar», ha apuntado Mañueco, quien ha defendido que «sí hay operativo suficiente». Los medios en cada caso, ha explicado, se establecen en función de lo que demandan los técnicos, recurriendo también a los desplegados en otras provincias, ayuda de comunidades limítrofes o la vecina Portugal y la UME (Unidad Militar de Emergencias).
Y será, como «cada año», cuando acabe oficialmente la temporada de riesgo alto de incendios -que ya se prolonga como mínimo hasta el 12 de octubre- cuando en la Junta volverán a sentarse para hacer una «reflexión» sobre lo acontecido en los cuatro meses más críticos. Y éste, con dos meses por delante todavía, lo volverán a hacer para ver «qué mejorar» de cara al siguiente ejercicio, ha apuntado el presidente, quien ya dio por seguro que en 2026 harán un nuevo «esfuerzo», pues la sucesión de incendios de alto riesgo desatados de características «excepcionales» son cada vez más habituales. Tanto, ha argumentado, que si un profesional al cargo de un dispositivo de extinción antes se enfrentaba «una vez» a lo largo de su vida profesional a un gran fuego en circunstancias extremas como las actuales, «hoy lo normal es uno al año».
Con este panorama y pese a que «nos estamos adaptando rápido y con agilidad», Mañueco ha reconocido que deberán «valorar» si es «suficiente» y habrá que hacer unos «esfuerzos» de cara al futuro que ya dio por hecho por anticipado. Eso sí, llamó a realizarlos «desde la reflexión serena, el sosiego y la serenidad». Y de forma «conjunta» con técnicos, agentes económicos y sociales, la consejería de Medio Ambiente, colegios profesionales, expertos… para tomar «las conclusiones necesarias». Ya en 2022, cuando dos voraces incendios abrasaron más de 44.000 hectáreas en la zamorana sierra de la Culebra, se alcanzaron una serie de acuerdos en el Diálogo Social. Como, ha detallado, duplicar el presupuesto en prevención, hasta los 70 millones de euros al año, y triplicar el de extinción, llegando a los 130. También, prolongar todo el año el operativo, aumentando efectivos a medida que se aproximan los meses «más críticos».
«No escatimar en gasto»
Y con los incendios todavía ardiendo, los cálculos de las hectáreas arrasadas sin cifrar, el número de casas víctimas de las llamas pendiente de cerrar, así como empresas en las que ha entrado el fuego, tierras con cultivos reducidos a cenizas… la Junta ha comenzado este miércoles a trazar las primeras líneas de ayudas que pondrán en marcha para «paliar los daños». «No vamos a escatimar en gasto», ha sostenido Mañueco, quien ha asegurado que todavía «es pronto» para marca una cuantía. «Lo que sea necesario», ha incidido.
La idea, ha recalcado, es actuar con «rapidez, generosidad y eficacia» y que «todas» las personas que lo han sufrido «reciban cuanto antes» esas ayudas, por lo que el plan será aprobado por el Consejo de Gobierno el día 21 de agosto, ya sobre unas líneas marcadas este miércoles en la reunión con varios miembros de su Gabinete. La primera se refiere a las propiedades particulares (viviendas, enseres, otras instalaciones…) a quienes se facilitará una ayuda económica «suficiente» para recuperarlas. Otra estará enfocada a reconstruir infraestructuras públicas como carreteras, caminos o redes de abastecimiento y depuración. La tercera tiene como destinatarios a agricultores, ganaderos y apicultores, a quienes Mañueco ha afirmado que se va a «garantizar» el cobro de las ayudas directas -como la PAC- pese a que hayan sido arrasadas por los incendios y se contemplan ayudas a la alimentación de los animales.
También se habilitará una línea para empresas con el objetivo de compensar el lucro cesante en los casos de inactividad vinculados a los incendios y a proyectos de inversión para dinamizar la actividad en estas áreas, que podrán alcanzar el cien por ciento en el caso de nuevas inversiones.
Por otra parte, se pondrá en marcha un plan de restauración forestal para «todas» las zonas efectadas, para las que se solicitará la declaración como zona catastrófica. Y un plan específico «de recuperación y mejora» de Las Médulas, el espacio Patrimonio de la Humanidad por la Unesco al que entró el incendio declarado el pasado domingo en la también localidad leonesa de Yeres. Según avanzó Mañueco, busca «reconstruir y mejorar de forma inmediata todas las infraestructuras». En el aula arqueológica y el mirador de Orellán se actuará «de forma inmediata», además de «mejorar y restaurar toda la cobertura vegetal arbustiva» y abrir una «reflexión» sobre «cómo mejorar» la gestión de este espacio y la promoción de la zona.
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