– En el puesto número 137, los New Orleans Jazz eligen a la jugadora de la Delta State University Lusia Harris.

Y así, iba a cambiar la historia del baloncesto para siempre. La de la NBA, claro. La del baloncesto femenino, también. La del baloncesto en general.

O eso al menos parecía…

Era algo por lo que había luchado toda su vida Lusia Mae Harris. En lo que creía firmemente. Nacida el 10 de febrero de 1955 en Minter City, Mississippi, tenía un talento descomunal para jugar al baloncesto. Estaba llamada a revolucionar el baloncesto femenino tal y como se conocía hasta entonces.

Harris es alta y fuerte, pero a la vez rápida y ágil. Algo nada habitual en la época. Domina el rebote, pero también el tiro. Siempre ha sido la estrella en cualquier equipo en que estuviera. Entra a formar parte del equipo de Amanda Elzy High School, donde ya jugaban sus hermanos mayores. Y es elegida como la jugadora más valiosa en tres temporadas consecutivas, del 71 al 73.

De ahí pasa a la Delta State University (Cleveland, Mississippi). Y sigue siendo la mejor. A pesar de que no es nada sencillo para una afroamericana como ella la vida en la Mississippi de los años 70, donde aún existen importantes barreras raciales.

Por eso, de inicio, se encuentra frente a una cierta discriminación. A lo que ella responde de la manera que mejor sabe hacer: jugando. Y dominando.

Así, entre 1975 y 1977 lleva a su equipo a conseguir tres títulos nacionales de la NCAA, los únicos de Delta en toda su historia. Lusia Harris promedia 34.5 puntos y 15.75 rebotes por partido en las fases finales. Una animalada.

Además hay que añadir que en ese 1975, y a pesar de que no gozaba de la salud con la que se encuentra hoy –de hecho, no existe aún la WNBA–, por primera vez se retransmite la fase final de baloncesto femenino por televisión. Y aquello, claro, multiplica los focos sobre Lusia Harris.

También, por supuesto, sus brillantes actuaciones con la selección de Estados Unidos, con la que conquistara el oro en los Juegos Panamericanos del 75, y la plata en los Juegos de Montreal de 1976 (caen en la final ante la URSS). Lusia Harris anotaría la primera canasta en la historia del baloncesto olímpico femenino, disciplina que se disputa por primera vez en aquellos Juegos.

Su dominio sobre todas las demás jugadoras es tal que aparece en el horizonte la idea de incluirla en el baloncesto masculino. ¿Por qué no? Así, en el Draft de la NBA de 1977, los New Orleans Jazz –hoy Utah Jazz- la seleccionan en la séptima ronda. Por delante de otros 33 jugadores. La mejor jugadora del mundo va a jugar en la mejor liga del mundo. Todo encaja.

O tal vez no…

Para muchos se trataba en realidad de un movimiento comercial, una estrategia publicitaria para una NBA y una franquicia, los Jazz, que no pasan por su mejor momento. Y tal vez sea así.

Pero no es menos cierto que finalmente será la propia Lusia Harris quien rechace la oportunidad. Anuncia que está embarazada, y que por tanto no puede acudir a los entrenamientos de verano.

No era una situación sencilla. Ser mujer, negra, en una liga masculina, con la mentalidad de los años 70…como se relata en el magnífico documental, The Queen of Basketball, estrenado en 2021.

A partir de ahí, la nada. Tras aquel verano se pierde la pista de Lusia Harris en la NBA. Evidentemente, no llegará a disputar ni un minuto de competición.

Pero al menos la excelente jugadora –de eso no había ninguna duda– puede retomar con su carrera baloncestística en los Houston Angels de la WBL, una liga de baloncesto al margen de la NBA –recordemos que la WNBA no aparece hasta 1996–, y donde brillaría hasta 1984, año de su retirada.

Los reconocimientos recibidos desde entonces no paran de sucederse. Lusia Harris sería la primera mujer en ingresar en el Salón de la Fama del Baloncesto. También lo hizo, cómo no, en el Salón de la Fama del Baloncesto Femenino. Y en el Salón de la Fama del Deporte Internacional de la Mujer.

Jamás volvió a mostrar interés en jugar profesionalmente en la NBA. Jamás se volvió a contemplar la posibilidad desde ninguna de las partes. Pero a Lusia Harris nadie le podrá quitar el mérito de ser la primera (y única) jugadora en ser elegida oficialmente en el Draft de la NBA.

Este artículo forma parte del libro ‘HEROÍNAS a través del deporte’, del mismo autor. Una colección de 25 historias de mujeres deportistas que iniciaron nuevos caminos, rompieron barreras, y trascendieron en las generaciones venideras, en la línea del artículo que acaban de leer.