En el corazón verde de Pepingen, a menos de media hora de Bruselas, un granero agrícola de más de un siglo ha pasado de guardar grano a albergar una vivienda contemporánea  sostenible y luminosa gracias a la intervención de OYO Architects. El estudio —con sedes en Gante y Barcelona— ha transformado una construcción cerrada y sombría en un espacio abierto al paisaje, donde la arquitectura dialoga con la naturaleza y la vida doméstica se llena de luz.  Un ejemplo perfecto de cómo intervenir en la arquitectura rural sin traicionar su esencia.

La transformación de los 312 m² de la bautizada como casa Lyco gira en torno a una intervención clave: un recorte triangular en el volumen original que crea un patio interior. Este vacío no solo articula la transición entre interior y exterior, sino que inunda la vivienda de luz natural.

La cocina

El corazón de la casa se encuentra la cocina

Karen Van der Biest

Desde la fachada norte, la casa conserva la apariencia de un granero tradicional; en la sur, la metamorfosis es evidente: aberturas estratégicas y volúmenes limpios revelan un interior contemporáneo y cálido. “Tratamos de equilibrar la necesidad de una sensación acogedora y segura en el interior, sin perder las increíbles vistas hacia el paisaje que fueron cuidadosamente canalizadas por las antiguas y nuevas aberturas de las ventanas”, explican los arquitectos.

El interior se organiza en varios niveles conectados por una escalera de acero verde diseñada a medida por Atelier Manus. Los juegos de dobles alturas y entresuelos conectan cocina, salón, jardín y terraza elevada, diluyendo los límites entre interior y exterior

El interior de Casa Lyco se articula mediante un juego de niveles, entresuelos y
dobles alturas

El interior de Casa Lyco se articula mediante un juego de niveles, entresuelos y
dobles alturas

Karen Van der Biest

La cocina, verdadero corazón de la casa, se reconoce por una gran isla central en tono rosa salmón, en contraste con techos de pino claro, muebles a medida en madera oscura y un pavimento de cemento pulido. El salón, elevado unos escalones, abre sus ventanales al paisaje y mantiene una paleta neutra con acentos verdes y terracota.

La reforma ha sustituido el antiguo tejado de amianto por uno nuevo, incorporando paneles solares y ecotecnologías. Los materiales —madera maciza, lana de madera para aislamiento, marga en paredes— refuerzan el compromiso ecológico del proyecto.

OYO Architects ha transformado este espacio con el propósito de garantizar el confort térmico, la sostenibilidad y la eficiencia energética

OYO Architects ha transformado este espacio con el propósito de garantizar el confort térmico, la sostenibilidad y la eficiencia energética

Karen Van der Biest

El paisajismo, firmado por Denis Dujardin, integra la vivienda en el entorno rural circundante mediante vegetación autóctona y además, también  ha desarrollado una solución ingeniosa y discreta para gestionar el exceso de aguas pluviales de la zona, canalizándolas hacia un estanque natural donde se depuran y se filtran gradualmente hacia el suelo.

El sello OYO Architects

Desde sus sedes en Gante y Barcelona, OYO Architects ha construido desde el 2011 una manera propia de entender la arquitectura. Fundado por Nigel Jooren, Eddy Soete, Veroniek Vanhaecke, Lies Willaert y Ferran Massip, el estudio trabaja como un laboratorio colaborativo donde diseñadores, arquitectos, urbanistas y especialistas se cruzan en un mismo tablero creativo.

Un recorte triangular en el volumen original crea un patio interior que inunda la casa de luz natural, a la vez que genera una fluida transición hacia el exterior

Un recorte triangular en el volumen original crea un patio interior que inunda la casa de luz natural, a la vez que genera una fluida transición hacia el exterior

Karen Van der Biest

En su filosofía, las ideas circulan en un marco abierto, sin jerarquías rígidas, donde el pensamiento y la ejecución conviven. Se definen como pensadores y constructores: cada línea de plano busca tanto la belleza como el pragmatismo. Y en ese equilibrio, la sostenibilidad por diseño no es un eslogan, sino un principio estructural. No se trata de añadir soluciones verdes al final del proceso, sino de concebir cada proyecto como un ecosistema que funcione en armonía con su entorno.

Para Ferran Massip, socio y jefe de diseño de OYO desde el 2013, los arquitectos tienen una responsabilidad profunda: crear soluciones resilientes, capaces de mejorar la vida y perdurar más allá de una generación. Ciudades, edificios y paisajes que no solo sean eficientes, sino que también respondan a la experiencia humana. “En el corazón de cada proyecto buscamos algo más que sostenibilidad: buscamos lugares que toquen la vida de las personas”, resume. Lugares que, como en los mejores edificios, dejen huella en quienes los habitan.

Lee también

Marta Rodríguez Bosch

El proyecto de reforma realizado por Alfred García Gotós se beneficia de la posición de la casa en el límite del pueblo

La casa Lyco resume esta filosofía: combina tradición y modernidad, eficiencia y belleza, paisaje y vida cotidiana. Es, en definitiva, un nuevo hogar que conserva la memoria rural del lugar y responde a todas y cada una de las exigencias de la vivienda contemporánea.