Agentes de la Ertzaintza custodia en la unidad de enfermedades infecciosas del hospital de Txagorritxu, en Vitoria, a un paciente con tuberculosis activa para evitar … que se escape, según ha podido saber EL CORREO. Según las fuentes consultadas por este diario, el hombre ya se había fugado del centro hospitalario. Y la dirección de Salud Pública y Adicciones del Departamento de Salud ha emitido una resolución acordando «medidas especiales» para esta persona para evitar la propagación de la enfermedad contagiosa.
La clave de estas medidas especiales reside en el aislamiento forzoso del paciente con vigilancia policial. Esta resolución, según los mismos medios, ha sido notificada a los juzgados de Vitoria. Los agentes se turnan en la planta de enfermedades infecciosas, equipados con elementos de protección individual, para evitar que este hombre salga de la habitación y vuelva a escaparse.
Pero la orden ha causado un importante malestar entre ertzainas de la comisaría de Vitoria. Entre otras razones, subrayan que se trata de una persona sobre la que no pesan investigaciones ni condenas por delitos. Es decir, sobre el papel se trata de un paciente como cualquier otro. Pero lo que realmente les molesta -según denuncia el sindicato Sipe- es que consideran que se pone en riesgo su salud para asegurar el cumplimiento de una orden que, a su juicio, debería ser desarrollada con los propios recursos del hospital. «Lo último que les preocupa es la salud de los ertzainas», insisten desde el Sipe.
El aislamiento forzoso es una medida extrema que se aplica en contadas ocasiones. Durante la pandemia fue una herramienta que se aplicó en numerosas ocasiones para tratar de evitar que los contagiados que rompían el confinamiento propagasen el virus. En esta ocasión, la clave ha sido que el paciente se encuentra en una fase de la enfermedad en la que puede propagar el patógeno con mucha facilidad. Y, sobre todo, lo que realmente ha pesado en la decisión es que el hecho de que esta persona ya se haya fugado del hospital estando contagiado. El Departamento vasco de Seguridad no quiso realizar comentarios al tratarse de un asunto que concierne al Departamento de Salud. Y esta área del Gobierno vasco tampoco realizó declaraciones porque «no puede dar información sobre pacientes».
El precedente de la pandemia
Las medidas de aislamiento forzoso son excepcionales en la actualidad. Pero durante la pandemia se sucedieron con bastante frecuencia. Hasta septiembre de 2020, durante los primeros meses de las restricciones que se impusieron por el impacto del covid-19, el Departamento de Salud del Gobierno vasco reclamó el aislamiento de unos 190 vascos por romper de forma reiterada la cuarentena.
El caso que más se recuerda es de la chica contagiada de San Sebastián que decidió saltarse las normas para irse a la playa a hacer surf y acabó detenida por la Ertzaintza en la misma arena de la playa de La Zurriola. Pero la realidad es que en esa época hubo muchos casos más. El proceso era similar a lo que ha pasado ahora: la Dirección de Salud Pública emitía una resolución de aislamiento forzoso que se traslada al juez y se pedía a la Ertzaintza que controle el cumplimiento del confinamiento.