En un día para la historia, Sebastián Muñoz ejerció de perfecto escudero de su líder en los Torque, Joaquín Niemann, para poner cuesta arriba el anillo a Jon Rahm. El colombiano, al que le cupo un doble bogey en su tarjeta, batió el récord histórico de birdies en los grandes circuitos al embocar 14, ocho de ellos consecutivos y después del error. (Resultados)
Fue un día perfecto de Muñoz, que jugó como si tuviera joysticks en lugar de palos. En un campo, el de Indianápolis, que fue generoso, en una jornada sin viento, cada golpe del sudamericano encontró sentido, salvo los dos del hoyo 5 que acabaron en el agua. Firmó 59 golpes, con birdies de todos los colores. Desde fuera, con un chip, como en el hoyo 6, el que abrió la espita para ocho birdies consecutivos, con putts de seis metros, como el del 15, el primero de otros cinco aciertos de una tacada.
«Fue un día maravilloso, en el que jugué muy bien y en el que supe reaccionar a ese momento complicado tras el 5», contó en televisión el golfista que superó una marca de Chip Beck (13) en Las Vegas Invitational de 1991. Su tarjeta sirvió, además, de impulso para que su equipo lidere con cuatro golpes de ventaja el torneo.
Muñoz eclipsó todo lo demás. El buen rendimiento de Dustin Johnson, segundo con 62 golpes; la brillante defensa del liderato de Niemann, el chileno que con su 64, a pesar de otro doble bogey, se acerca al anillo, y el notable viernes de Jon Rahm. El español entregó un 67 sin errores, con cuatro birdies. Si no avanzó más fue porque su balance en calles (8/14) no fue espléndido y falló dos putts francos. Necesita ganar el torneo y que el chileno no sea segundo. La tarea se ha complicado.
Entre los otros españoles, el mejor fue David Puig, que también despachó el día con un 67, mientras que Sergio García (69) y David Ballester (70), también jugaron bajo par.