La astronauta de la Nasa Nichole Ayers logró captar una imagen poco común desde la Estación Espacial Internacional (EEI): un fenómeno conocido como “chorro gigantesco”, registrado el pasado 5 de julio y clasificado por la agencia como una forma inusual de TLE (Evento Luminoso Transitorio). 

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Ingeniera de la Nasa

Según explicó la Nasa en un comunicado oficial, este tipo de descarga eléctrica representa una de las manifestaciones más potentes de actividad eléctrica atmosférica, extendiéndose desde la cima de una tormenta hasta la atmósfera superior. 

Dichas descargas no son fáciles de observar, ya que se presentan de forma esporádica y suelen ser vistas por casualidad, muchas veces desde aviones o por cámaras en tierra que captan por accidente otras formas de actividad eléctrica. El registro hecho desde el espacio ofrece una perspectiva inédita de este fenómeno, rara vez documentado de manera tan clara.

El chorro gigante se extendió desde una tormenta hasta 100 km de altitud en la atmósfera. Foto:Nasa

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NasaUn puente eléctrico entre las nubes y el borde del espacio

Los chorros gigantescos se producen cuando se presentan condiciones turbulentas en las cimas de las tormentas, permitiendo que los rayos escapen verticalmente del sistema de nubes y se propaguen hacia capas más altas de la atmósfera. En este proceso, se forma una conexión eléctrica entre la parte superior de las nubes (ubicadas a aproximadamente 20 kilómetros de altitud) y la atmósfera superior, situada alrededor de los 100 kilómetros. 

Dicha descarga vertical deposita una cantidad considerable de carga eléctrica, convirtiéndose en una especie de columna de electricidad que atraviesa varias capas de la atmósfera terrestre. Su estudio contribuye al entendimiento de cómo se comporta la electricidad en zonas donde la atmósfera es más delgada y las condiciones físicas cambian drásticamente en comparación con las regiones más cercanas a la superficie.

La Nasa explicó que el evento se debió a turbulencias que permitieron la fuga del rayo. Foto:istockphoto

Inicialmente, la imagen captada por Ayers fue identificada como un sprite, otra forma de TLE más comúnmente observada. Los sprites, también conocidos como «duendes», son breves destellos luminosos de colores rojizos que aparecen a gran altura, en la mesosfera, alrededor de los 80 kilómetros sobre la Tierra. 

A diferencia de los chorros gigantescos, los sprites no surgen directamente desde la tormenta, sino que se generan de manera independiente a una altitud mayor, como resultado de rayos extremadamente potentes que ocurren debajo. Su forma puede variar: adoptan estructuras similares a medusas, columnas o zanahorias, y pueden cubrir áreas de decenas de kilómetros de diámetro.

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Nasa

Los sprites pueden aparecer junto a otros fenómenos eléctricos de alta atmósfera, conocidos también como TLE. Entre ellos se encuentran los halos y los ELVE, siglas de Emisiones de Luz y Perturbaciones de Muy Baja Frecuencia debidas a Fuentes de Pulsos Electromagnéticos. Estos eventos forman parte de un conjunto más amplio de manifestaciones eléctricas que, aunque están fuera del alcance de la visión humana común, representan una compleja y activa dinámica en las capas altas de la atmósfera terrestre. 

Según la Nasa, la observación directa desde el espacio de un chorro gigantesco permite avanzar en la comprensión de estas estructuras eléctricas que vinculan fenómenos meteorológicos con procesos que ocurren en la frontera con el espacio.

Telescopio Hubble fotografió extraño objeto que viaja por el espacio a una velocidad récord

El telescopio espacial Hubble logró captar una de las imágenes más detalladas de un objeto procedente de otro sistema estelar: el cometa 3I/ATLAS. Este cuerpo celeste representa el tercer objeto interestelar identificado hasta la fecha, y su comportamiento ha llamado la atención de la comunidad científica debido a la velocidad récord con la que se desplaza por el espacio.

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El descubrimiento del cometa se produjo el 1 de julio de 2025, cuando fue detectado por el telescopio de la red de alerta temprana ATLAS, ubicado en Río Hurtado, Chile. Esta red, financiada por la NASA, está diseñada para localizar cometas y asteroides cercanos a la Tierra. Posteriormente, se analizaron registros de observatorios como el Palomar, en California, los cuales habían captado imágenes del cometa desde el 14 de junio de 2025. El objeto fue denominado «3I/ATLAS», donde la «I» señala su origen interestelar.

El telescopio Hubble fotografió al cometa el 21 de julio de 2025, cuando este se encontraba a 365 millones de kilómetros de la Tierra y a 446 millones de kilómetros del Sol.

Europa Press

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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en la información publicada por Europa Press, y contó con la revisión de la periodista y un editor.