Carlos Rincón

Sábado, 16 de agosto 2025, 06:30

En dos semanas la escultura de ‘La Montaraza’, en la plaza de Gabriel y Galán, volverá a lucir un rostro completo, muy similar al que le dio su autor, Juan Cristóbal González. Para esta ‘rinoplastia’ a la que se someterá la obra, su restaurador Miguel García ha optado por utilizar las nuevas tecnologías. Tomando como referencia la nariz de la otra escultura de mujer del mismo escultor que comparte espacio con ella, ha recreado digitalmente el rostro completo de la pieza dañada. Y será una impresora digital la que ‘esculpa’ esa nariz que posteriormente se unirá a la estatua.

Recreación 3D de la escultura con la nueva nariz.

Recreación 3D de la escultura con la nueva nariz.

Estado original de la obra.

Estado original de la obra.

«Hay que poner el énfasis en que el restaurador trata de realizar un trabajo técnico y no artístico. Aunque se intenta dominar todas las técnicas artísticas, no somos creativos ni creadores. La idea es devolver, en la medida de lo posible, la imagen a su estado original, a como lo creó el artista», explica García. «Más allá de interpretar una nariz nueva, porque además no hay muchas referencias. Solo alguna fotografía muestra como era antes de que se rompiera», añade.

Después de haber acabado con la restauración de dos obras de Antonio Casillas que se encuentran en La Alamedilla (‘Mujer dibujando en la tierra’ y ‘El rapto de Europa’), así como del escudo municipal que está en el mismo parque, el pasado jueves el restaurador delimitó el ‘quirófano’ en el que se acometerá esta particular rinoplastia. ‘La Montaraza’ quedó completamente vallada para acometer no solo la rehabilitación de su rostro, sino también la limpieza completa de esta pieza de mármol, ya que recientemente ha sido objeto de nuevos actos vandálicos. Esta labor le llevará al experto aproximadamente dos semanas, según apunta.

Recreación 3D de la escultura con la nueva nariz.

Recreación 3D de la escultura con la nueva nariz.

Estado original de 'La Montaraza'.

Estado original de ‘La Montaraza’.

Miguel García ha escaneado tanto el rostro de la obra a rehabilitar como la nariz de la otra escultura de mujer que se encuentra junto a ella en la plaza de Gabriel y Galán. Con la ayuda de Gemma Martín Rodríguez, han editado y montado las imágenes obtenidas para generar una imagen 3D lo más aproximada posible a la nariz original de la estatua. Tras esa recreación digital, el siguiente paso es imprimirla. «Utilizamos un material lo más estable posible dentro de la gama que puede usar una impresora aditiva, que es la que vamos a emplear, y, sobre todo, hay que elegir un material al que no le afecten en la medida de lo posible las inclemencias ambientales, sobre todo temperatura y humedad», añade. Una vez disponga de la pieza, se realizarán unos anclajes en la escultura para adherir la nueva nariz realizando un buen ajuste y un sellado de grietas con una argamasa, tal y como ha hecho para cerrar la grieta que atravesaba el escudo de La Alamedilla.

«¿Cómo va a salir la nariz de la impresora 3D? En un tono que seguramente haya que ajustar también al de la propia escultura, y eso se hará del mismo modo que se hace la reintegración cromática en una obra de arte. Creo que voy a emplear la técnica del puntillismo, es decir, puntos de una gama cromática lo más blanquecina posible, como el mármol original, y para que en la distancia se pueda ver uniformidad en la escultura, pero desde un lugar más próximo se observarán esos detalles. Así la parte reintegrada tendrá un tono distinto, y se podrá diferenciar la parte que ha realizado el restaurador de la que hizo el autor», explica García.

El trabajo de restauración que está llevando a cabo Miguel García no solo con ‘La Montaraza’, sino también con las obras de Antonio Casillas que se exhiben en La Alamedilla o con el escudo que está también en este parque responde a un encargo del Ayuntamiento de Salamanca para rehabilitar el arte urbano.

En las próximas semanas el restaurador debe restaurar también la escultura de ‘El Niño del avión’ de Carmelitas así como la inscripción que se encuentra junto al Lazarillo de Tormes, cerca del Puente Romano.

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