Adrián Mazón

Sábado, 16 de agosto 2025, 07:25

A Mayte Magdalena le han preguntado toda la vida si ‘Magdalena’ es su apellido. Y sí, lo es. Tan suyo como los recuerdos que arrastra y las historias que le han llevado a escribir ‘Zapatos de lluvia’, su primera novela publicada por la editorial N de Novela.

Madrileña de nacimiento, pero alicantina de adopción, ha sido en Pilar de la Horadada, el último rincón de la provincia de Alicante antes de entrar en Murcia, donde ha encontrado el silencio necesario para reconciliarse con su pasado y dejar que las palabras salieran.

«Fue un año duro, todo pasaba, todo ocurría, y me encerré. Aquí, en Alicante, escribí la novela. El proceso me salvó, desvié mi tristeza y encontré algo en lo que volcarme», cuenta Magdalena. Así nació también Paola, el personaje protagonista de ‘Zapatos de lluvia’.

La escritora Mayte Magdalena.

La escritora Mayte Magdalena.

MIRIAM GIL ALBERT

No es su abuela, aunque en parte lo fue. O, al menos, hasta que la ficción la desdibujó y dio paso a muchas otras Paolas. Sobre la auténtica, Mayte Magdalena la recuerda vestida de negro, seria y haciendo rosquillas el día de su santo. «Era una mujer hermética y nunca hablaba de su pasado».

Pese a ello, su madre sí soltaba algún que otro chascarrillo, «una historia aquí y allá, todo era oral». Y con el paso de los años, la autora logró entender que «esa mujer a la que juzgué toda mi vida, en realidad hizo lo que pudo. Me reconcilié con ella cuando me puse en sus zapatos. No para justificarla, sino para entenderla».

Mayte Magdalena, maestra ya jubilada, siempre ha escrito en sus cuadernos y agendas, aunque nunca -hasta ahora- para ser leída. Esta era su «catarsis» personal. No obstante, llegó el día en que su amigo Ramón la empujó a salir de la zona de confort y dar el paso. «No le hice caso entones, pero las palabras se quedaron».

Una novela sobre mujeres

‘Zapatos de lluvia’ parte del germen de otras tantas historias, donde cada personaje tiene su destino escrito desde la infancia. Junto a Paola, y también en sus primeras páginas, aparece su prima Dioni. Ambas son ejemplo de tantas jóvenes que dejaron su entorno, allá por la primera mitad del siglo pasado, para trabajar como sirvientas en Madrid.

Ejemplar de 'Zapatos de lluvia', de Mayte Magdalena.

Ejemplar de ‘Zapatos de lluvia’, de Mayte Magdalena.

MIRIAM GIL ALBERT

Es ahí donde Mayte Magdalena plasma el contraste y la similitud de estas mujeres, en un primer momento, quedaron «expuestas, indefensas y juzgadas por los pueblos de los que salieron y los que no las comprendían» para acabar en un Madrid roto con el telón de la guerra, fel estraperlo, del miedo y de la necesidad.

La autora avanza en sus capítulos mientras narra también cómo viven «desprotegidas» en una ciudad hostil en la que se ven obligada a buscar su lugar entre desconocidos. Sobre la guerra civil, «no quería ensalzar ningún bando porque el conflicto es antagonista para Paola. Ella se queda, sobrevive como puede, tira hacia delante sin derechos y sin opción a rendirse como tantas mujeres, que se convirtieron en cabeza de familia sin haberlo elegido».

Y también sobre memoria

La ópera prima de Mayte Magdalena es una novela sobre mujeres, pero también sobre memoria. «Me preocupa que no la estemos trabajando. Me gustaría que este libro ayudara a que se conozcan los horrores donde nunca hay vencedores. Que entendamos lo que significó vivir así. Hay cosas que la gente joven desconoce: que una mujer no podía tener una cuenta bancaria sin el aval de un hombre, por ejemplo. Saber de dónde venimos es la única forma de no repetir errores».

Además, junto al retrato social, el afecto es otro de los hilos con los que se ha tejido esta novela. El amor, en todas sus formas, atraviesa la vida de Paola. El amor a sus hijas, a su hermano, a sí misma, enumera la autora. «Sin amor, la gente no puede vivir. Está encerrada, no puede ser feliz. Incluso el personaje de Paca, su antagonista, se mueve por la envidia de no tener amor».

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