La tradicional misa en la plaza de toros de El Bibio con motivo del día de Begoña volvió a reunir un año más a decenas de aficionados y creyentes. La celebración estaba prevista en el ruedo, pero debido a las altas temperaturas, se trasladó a la sombra de la puerta principal del coso taurino. Con unas mesas cubiertas por un mantel blanco a modo de altar y adornadas con flores, la plaza se convirtió, por un día, en un templo donde tradición y fe se entrelazaron.
«En esta eucaristía queremos poner en valor la vida de las personas», decía el párroco de la Unidad Pastoral La Asunción San Juan XXIII, Andrés Fernández, que se encargó de dar la misa. Así, en la celebración se acordó de todos los que hacen posible que la feria taurina de Begoña salga adelante. Toreros, areneros, aficionados, empresarios. También sirvió de homenaje para todos aquellos que «ya no están, pero trabajaron y se esforzaron por esta feria», pedía el cura.
Fue una celebración que demostró que «la presencia de Dios no es solamente una presencia cerrada en un templo, sino que está allí donde se vive, se celebra, se divierte o se llora», expresó Andrés Fernández.
Marga García es la primera arenera de la historia de la plaza de toros de Gijón y, además, es la encargada de la preparación y capilla de El Bibio. Como cada año, acudió a la tradicional celebración. «Es muy especial para mí porque la misa fue idea de mi madre (Loli Menéndez, la última guardesa de El Bibio, fallecida en 2024). Surgió como una forma de unir a todos para recordar a los empleados que fallecían. Ahora, además de eso, es una forma de encomendar a todos los que forman parte de la feria», explicó Marga García. Para ella, es un día «de emoción» y de mucho trabajo y del que espera que «todo salga bien». Marga García también se acordó de quienes no comparten la afición por los toros. «Me gustaría que los que están fuera y no piensan como nosotros consideren que la plaza de toros es su casa», manifestó.
Entre los fieles asistentes, también se encontraba Maritina Medio, presidenta de la peña taurina Gijón Miguel Ángel Perera y presidenta de la Federación Taurina del Principado. Para ella, «una misa es una misa en cualquier lado, pero, en este caso, es más entrañable celebrar la misa en un lugar como este», expresó. Así, la celebración es una «bendición por los toreros y los compañeros que se juegan la vida», pero también por «todos los que intervienen en la Feria», explicó Maritina Medio.
En la homilía se quiso transmitir un mensaje centrado en las personas. «Todo lo humano está bendecido por Dios porque a Él no le importa ni la ideología ni el pensamiento. Lo que le importa es la persona, porque es lo más sagrado», expresó Andrés Fernández. Así, el párroco quiso acordarse también de los territorios que están siendo víctimas de los incendios.
Tras el final de la misa, a la que acudieron los ediles Pelayo Barcia y Jorge González-Palacios, se respiró un ambiente cercano, donde los asistentes eran ya viejos conocidos. Al encuentro devoto le siguió, por la tarde, el tercer día de abonados de la Feria Taurina de Begoña. Una cita que volvió a reunir a centenares de aficionados taurinos, vecinos y visitantes, para disfrutar de los toreros Emilio de Justo, Clemente y Tomás Rufo y de la ganadería La Quinta.