Indignación en el aeropuerto de Asturias por la cancelación del vuelo de Iberia de las nueve de la mañana con destino a Madrid. Enlaces perdidos a Málaga, Buenos Aires, Santorini, Ginebra, Tokio… Vacaciones amargadas, viajes de negocios interrumpidos y hasta un pasajero desesperado entre lloros ya que que tenía que viajar a Argentina para asistir a un funeral.
La indignación crecía por momentos ante la falta de información y la solución: viaje en autobús hasta Madrid y allí dirigirse al mostrador de Iberia para solucionar cada caso.
¿Las causas de la cancelación? «No puedo revelar esa información», respondía la señorita que se afanaba en evitar dar explicaciones. Y entre tanto, más de dos horas después de la cancelación, las decenas de pasajeros afectados seguían esperando por el anunciado autocar.