Silencio sepulcral. Las instituciones involucradas en la ampliación del Guggenheim en la comarca de Urdaibai -Diputación, Gobierno vasco y el propio museo- han optado por … no hacer valoraciones sobre los primeros resultados obtenidos en el proceso de escucha que aún no ha terminado y que la institución foral y el Ejecutivo autonómico encargaron con el fin de conocer la opinión de la ciudadanía sobre la posible construcción de la pinacoteca en la Reserva de la Biosfera.
Una de las conclusiones que se ha extraído del análisis desarrollado por el Centro de Estudios Lehendakari Agirre y la Universidad de Columbia a partir de 500 encuestas es que los vecinos no ven con buenos ojos que una de las sedes del futuro Guggenheim se sitúe en Murueta. La otra estaría ubicada en Gernika. Los residentes consideran que este espacio es «un símbolo» para la comarca y piden «repensar la localización, dimensión y naturaleza de las posibles ubicaciones para reiniciar el debate». Frente a los resultados hechos públicos este martes por los sociólogos, la Diputación ha preferido no hacer comentario alguno. Tampoco el Guggenheim se ha querido posicionar. Fuentes del museo aseguran a EL CORREO que no tienen previsto hacer valoraciones. Por su lado, el Departamento de Cultura del Gobierno vasco ha apuntado que tampoco se harán declaraciones «hasta que culmine» la escucha activa.
Por otro lado, el anuncio de que el proceso de escucha impulsado por las instituciones sugiere repensar la ubicación de la futura sede del Guggenheim en Urdaibai ha generado una reacción comedida entre los alcaldes de la comarca. La prudencia ha sido la tónica general entre los representantes municipales, que prefieren esperar a conocer más detalles antes de posicionarse públicamente. La alcaldesa de Bermeo, Nadia Nemeh (EH Bildu), ha optado por no realizar declaraciones por el momento. «Prefiero esperar a leer, analizar más a fondo y conocer la opinión y declaraciones de las instituciones», ha indicado. Por su parte, el alcalde de Murueta, Julen Karrion (PNV), municipio en el que estaba prevista inicialmente una de las sedes del museo, también se ha mostrado cauto. «De momento no voy a hacer declaraciones. El proceso se mantiene aún abierto», ha señalado en declaraciones a EL CORREO.
Desde Gernika, su alcalde José Mari Gorroño (Guztiontzako Herria) no ha atendido las llamadas de este periódico, mientras que la alcaldesa de Mundaka, Sorne Rubio (EH Bildu), tampoco ha ofrecido una valoración sobre esta cuestión. Desde la plataforma contraria al plan museístico, Guggenheim Urdaibai Stop, también mantienen cautela ante los últimos titulares. «Primero queremos escuchar qué dicen las instituciones y luego responderemos a sus manifestaciones», ha señalado Eider Gotxi, portavoz del colectivo. Pese a ello, la plataforma ha publicado en redes sociales que «no teníamos duda de que el proyecto generara rechazo».
«Respeten el proceso»
Quien sí ha querido pronunciarse es EH Bildu. La coalición soberanista solicita a las instituciones que «respeten las conclusiones del proceso de escucha y la voluntad mayoritaria» ante el «rechazo transversal» a su ubicación en los astilleros Murueta y «la falta de transparencia». Otra de las conclusiones del estudio es que los ciudadanos reclaman más información y transparencia para poder formarse una opinión. «El futuro de Urdaibai y Busturialdea debe decidirse junto a la ciudadanía y los agentes sociales a través de un plan estratégico que defina el modelo de desarrollo local de la comarca y respete de manera escrupulosa el medioambiente», aluden en un comunicado.
También Greenpeace Euskadi ha pedido que «se escuche el ‘no’ de la ciudadanía» y se «frene» la ampliación del museo. La asociación pide a las instituciones vascas que «den un paso atrás». Lorea Flores, coordinadora de la organización en el País Vasco, ha apuntado que «Busturialdea tiene múltiples necesidades sociales y económicas, pero este proyecto no viene a solucionarlas. Es necesario fomentar otro modelo de turismo que no pongan en juego los valores naturales de la Reserva».
En cualquier caso, el proceso no es vinculante. Así lo ha recordado el director del Lehendakari Agirre Center, Gorka Espiau. De hecho, portavoces de la Diputación y el Gobierno vasco aseguraron hace meses que el estudio de opinión es «una parte más» de los argumentos que las instituciones sopesarán antes de decidir si siguen adelante con el proyecto o no.