El arte contemporáneo explora cada vez más la frontera entre lo biológico y lo tecnológico. Una de las piezas más sorprendentes es Planta Machete (2022), del artista David Bowen. En esta instalación, un filodendro vivo “controla” un machete gracias a un sistema que traduce sus señales bioeléctricas en tiempo real, asignándolas a los movimientos de un brazo robótico industrial. El resultado es una obra inquietante y fascinante, que cuestiona los límites entre naturaleza, tecnología y agencia.