El tenis femenino está en un momento dulce, muy dulce, tanto que mientras sigue saliendo grandes promesas que tienen el talento y el potencial para llegar a ser grandes, como se vio con Victoria Mboko en Canadá, donde se coronó a sus 18 años, o anteriormente a principio de temporada con Mirra Andreeva, ya asentada entre las mejores. Pero más allá de esos diamantes en bruto, hay tres jugadoras que forman el olimpo del tenis femenino, Aryna Sabalenka, Coco Gauff e Iga Swiatek. Las tres mejores del mundo, que esta semana tienen una cita en Cincinnati, donde todo apunta a una guerra con ellas como grandes protagonistas.
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La semana pasada en Montreal la bielorrusa no jugó y tanto Gauff como Swiatek cayeron mucho antes de lo previsto, acusando la carga de partidos con la que llegaban y sucumbiendo ante el empuje de jugadoras más descansadas. Sin embargo, en el último torneo antes del US Open la historia es muy distinta. Por lo pronto ahora todas están en cuartos de final. Sabalenka lo hizo ganando a Jéssica Bouzas con mucha facilidad y ahora se medirá a toda uyna campeona de Grand Slam como Elena Rybakina. Mientras que también es protagonista Iga Swiatek, que derrotó a la rumana Sorana Cirstea por 6-4 y 6-3. Ahora la campeona de Wimbledon se medirá a Anna Kalinskaya, la 28ª favorita y una jugadora en crecimiento, pero que debería ser una rival menor.
Coco Gauff se suma a la fiesta
Tras esto a quien le tocaba responder era a la segunda favorita, Coco Gauff, que va por el otro lado del cuadro y cumplió con mucha solvencia. La estadounidense eliminó a la italiana Lucia Bronzetti, una rival a priori menor, por 6-2 y 6-4 y se clasificó para los cuartos de final, donde se medirá a una jugadora en horas bajas como Jasmine Paolini, que se deshizo de la checa Barbora Krejcikova por 6-1 y 6-2 y quiere darle un susto a la de Atlanta.
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Más allá de las tres grandes, también hay espacio para las sorpresas, pues el último de los cuartos de final va a enfrentar a Varvara Grachova y Veronika Kudermétova, dos jugadoras que no están entre las 32 mejores del mundo, pero aún así están jugando muy bien en Ohio. No obstante, parecen poco más que una invitada de lujo en la fiesta de las grandes jugadoras del tenis mundial en busca de levantar el WTA 1000 de Cincinnati.