Las cremas con protección solar son el último objetivo de los movimientos negacionistas. En redes sociales cada vez es más fácil toparse con un vídeo que te anima a dejar de usarla, a desarrollar un callo solar o a fabricar tú mismo una más natural.
Estos autoproclamados gurús consideran que las cremas solares son culpables de que nuestros niveles de vitamina D sean bajos, que contienen sustancias dañinas que entran en el organismo o que, directamente, provocan cáncer. Nada de esto está probado.
«Estos vídeos son un peligro», advierte la farmacéutica Helena Rodero. «Hay un movimiento en contra de los químicos sintéticos y una creciente popularidad de lo natural. Cuando lo natural no siempre es sinónimo ni de saludable, ni de ecológico».
Un movimiento que encuentra un fuerte referente en la política estadounidense actual. El polémico secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr. (RFK Jr.), conocido por ser activista en contra de las vacunas tiene un discurso similar.
Su proyecto Make America Healthy Again (MAHA) se ha propuesto barrer ingredientes sospechosos de multitud de productos de las industrias alimentaria, cosmética y farmacéutica. Los protectores solares, en este sentido, podrían ser los siguientes señalados.
«Cada vez más estadounidenses cuestionan la seguridad de sus productos cotidianos, guiados por una creciente desconfianza hacia los consejos de salud convencionales, las empresas farmacéuticas y los reguladores federales», dice The Washington Post.
«Entre ellos están los seguidores del movimiento MAHA de RFK Jr. que han ayudado a revivir el escepticismo hacia los ingredientes de los protectores solares como la oxibenzona y el dióxido de titanio«, continúa el diario estadounidense.
El nuevo secretario de salud ha confesado beber leche cruda, ya ha retirado financiación al desarrollo de vacunas de ARNm y parece que su concepto del cuidado de la piel difiere con las recomendaciones oficiales. RFK Jr. siempre luce una piel intensamente bronceada.
«Buscar el moreno no es saludable, es una reacción de la piel al sol», recuerda Rodero. «Toda incidencia del sol sobre la piel son papeletas para un cáncer de piel». Sólo en 2025 se espera que se produzcan 9.408 casos de melanoma de piel y el 80% son evitables.
Lo que lleva la crema
Evitar la radiación ultravioleta del sol de forma directa sobre la piel es uno de las principales «armas» que tenemos para prevenirlo, aunque Rodero adelanta que no es la única de la que debemos depender. Pero, ¿qué llevan los protectores solares?
«Llevan filtros y en Europa hay unos 30 orgánicos que están autorizados y sólo dos de origen mineral, el óxido de zinc y el dióxido de titanio. También está regulada la cantidad máxima de estos filtros que se puede poner en estas cremas», explica Rodero.
«Pero es que, encima, al ser un producto cosmético, la cantidad de filtros que se pone en estas cremas está muy por debajo de la que podría llegar a causar un problema. Y estos límites se están revisando continuamente», dice la farmacéutica.
Es decir, que para llegar al mercado, estos productos encuentran previamente exámenes que prueban su seguridad. En este sentido, los negacionistas de las crema solar suelen decir que tienen químicos, disruptores hormonales entre ellos, que pueden ser peligrosos.
Rodero señala que no sólo las cantidades de químicos están cuidadosamente medidas en los protectores de Europa, sino que además «la piel está diseñada para no absorber». Y explica que, si nos preocupan los disruptores hormonales debemos revisar otros elementos del entorno.
«Los microplásticos, los ultraprocesados… Esos sí son disruptores hormonales porque el intestino, al contrario que la piel, sí que está hecho para absorber», explica la experta. Es decir, que las sustancias del protector solar son seguras en las dosis en las que se encuentran en el mercado.
Pero, ¿reducen la absorción de vitamina D? Para empezar, Rodero explica que los científicos todavía no se han puesto de acuerdo en cuánta vitamina D hay que obtener. «El problema de la vitamina D no está en la crema solar, no hay estudios que indiquen esto».
Rodero señala que, si se pone correctamente, el protector bloquea un 98% de la radiación, pero es frecuente que lo apliquemos mal. Además, la experta señala que podemos salir temprano a la calle cuando el sol no incide tan directamente y así obtenemos vitamina D de manera saludable.
La crema no es suficiente
«Hay gente que toma el sol y tiene niveles muy bajos de vitamina D. El problema es que, en general, vivimos en una sociedad que no sale al exterior. O estamos en la calle o llega el verano y nos ponemos como lagartijas al sol directo», señala Rodero.
Por último, la experta también desecha el argumento de los negacionistas de los protectores solares que sostienen que provocan cáncer. «No tiene ningún tipo de demostración científica», asegura. Tampoco recomienda que confiemos en el callo solar para no quemarnos.
El callo solar es el moreno que hemos ido acumulando y que según estos negacionistas tienen efecto protector frente a las quemaduras. «El supuesto callo solar no tiene ni un factor 4 de protección, tú fíjate en la cantidad de melanina que tiene la etnia negra y aún así se quema al sol. No podemos confiar sólo en ello».
Rodero explica que cuando el sol incide como lo hace en verano, la crema puede no ser suficiente si decidimos exponernos a él. Recomienda que, además de protector solar, utilicemos sombreros o ropa de manga larga para tapar la piel.
«Para protegerte del sol, te vale la crema que se vende en el supermercado. Sin embargo, yo sí que me gastaría unos 20 o 30 euros en una crema que además de filtro solar sea hidratante y tenga antioxidantes», señala.
También en redes sociales se pueden ver usuarios que animan a fabricar nuestra propia crema solar, pero Rodero lo desaconseja. «Usan dióxido de titanio y óxido de zinc que no se sabe de dónde han obtenido. Estas moléculas se tienen que tratar antes de usarlas porque pueden oxidar la piel».
Rodero, de hecho, explica que ha tenido farmacia propia con laboratorio y que ni siquiera ella ha elaborado sus propias cremas con protección solar debido a que estos procesos son muy complejos y la industria los tienen controlados. «Si haces una crema en casa no sabes si es estable», alerta.
La crema con protección solar debe llevarse en la cara durante todo el año porque es la zona del cuerpo más expuesta. «Además del cáncer, tu piel puede parecer hasta 15 años más envejecida si se expone continuamente al sol», explica.