«Estar en silencio» es el segundo libro de Inés Salort, nacida y criada en Montevideo, capital de Uruguay, y con ascendencia menorquina, que el año pasado estrenó su trayectoria literaria con «Este… Mi libro… Nuestro libro». La nueva obra es un viaje introspectivo repleto de emociones y reflexiones sobre la vida, el amor, la superación y la conexión con el presente. Se trata de un libro que rebosa vida, que combina conmovedores consejos prácticos, convirtiéndose en una guía de autoexploración y superación personal. En el libro hay una frase de la autora que captura el espíritu de la obra y la define en toda su plenitud: «Todo lo que hagáis en esta vida tiene eco en la eternidad».

¿Qué le ha motivo a escribir su segundo libro?
—El primer libro fue muy bonito porque pude dejar mensajes importantes a la gente, que era el fin del primer libro. Este segundo libro es muy diferente y la razón por la que lo quise redactar es porque sentía que quedaban cosas pendientes, me encanta transmitir mensajes positivos. Cuando escribí mi primer libro, las respuestas que me daban la gente que lo había leído, «Inés, estupendo, pero me quedo con ganas de leer más», «me deja una sensación de fuerza positiva, de energía, no puedo describirte con palabras lo que me hace sentir cuando lo leo». Entonces, claro, cuando mis compañeros de trabajo, amigas o personas desconocidas inclusive me decían esas respuestas, dije qué bien.
Se trata de una obra breve en extensión, pero con un contenido denso.
—Hice un libro muy pequeño, de hecho soy de la idea de hacer libros pequeños, porque siempre creo que la gente no tiene tiempo para leer libros eternos como digo yo, libros de muchas páginas, y en realidad lo bonito es que te lleguen mensajes que necesites. Dije, vale, este primer libro fue a modo de ensayo, pero necesito un segundo libro, porque la gente me lo está pidiendo. Sentía que me quedaban cosas pendientes para transmitir a las personas, y me animé a pesar del poquito tiempo que tengo, soy madre soltera, he criado sola mi hijo, y como enfermera hago turnos difíciles de día y de noche. Y aún así, este segundo libro me llevó solamente dos meses en hacerlo.
¿Cuándo empezó a escribirlo?
—Lo escribí entre octubre y diciembre del año pasado, el pasado mes de julio la editora me dijo que ya había pasado por las diferentes etapas de edición, que estaba superbonito, y ya lo tenían listo, así que en septiembre ya lo lanzamos.
El libro se nutre de sus vivencias personales, ¿no?
—En la vida siempre se necesitan consejos frente a determinadas situaciones, pero consejos buenos, y veces la gente no los tiene y comete errores o toma decisiones equivocadas por no tener un buen consejo. De hecho, a mi me ha pasado, a veces quiero transmitir esto para que la gente sepa algunas cosas que si no te las dicen, no las puedes visualizar, con la rutina del día a día no te detienes a pensar determinadas cosas que a veces si no las lees o no te las dicen es imposible que las puedas ver o entender.
Por tanto, se trata de reflexionar desde la calma.
—Exacto, reflexionar para que seamos capaces de transmitir lo que nos ocurre, lo que sentimos, pero en calma, es una cosa que siento así como le digo. Se trata de que podamos reflexionar y que seamos capaces de transmitir aquello que nos ocurre, aquello que sentimos, pero en calma.
Y también desde el silencio, como reza en el título.
—Quiero que la gente entienda que hay que estar en silencio con nosotros mismos, en silencio con el entorno, en silencio con la vida. No significa detenernos, estar quietos, inmóviles, no, al contrario, pero sí hacer las cosas con calma y eso, en silencio con la vida.
Pero no es fácil, la vida acelerada que llevamos, la dependencia con el móvil, las redes sociales…
—Lo sé y le entiendo. Imagínese que yo aún estando en este siglo, aún siendo madre soltera, aún siendo enfermera y trabajando por el día y por la noche, pude escribir el libro en dos meses. Lo que digo es que cuando la gente realmente se propone algo y lo siente, puede dejar de lado ir a una fiesta, puede dejar de lado otras cosas, para hacer algo, puede dejar de lado el móvil para simplemente dar un paseo para ver un atardecer o las estrellas.