Este 26 de septiembre llega a cines Una batalla tras otra. Un estreno delicado por lo mucho que se ha gastado Warner Bros. en él siendo una película de autor y, sobre todo, de lo más interesante teniendo en cuenta quién es ese autor: Paul Thomas Anderson, volviendo a adaptar a su querido Thomas Pynchon tras la inclasificable Puro vicio. En este caso adapta libremente Vineland, incorporando a Leonardo DiCaprio como un exrevolucionario que quiere apartarse de la violencia y tener una vida pacífica con su hija, pese a las dificultades que conlleve.
Una batalla tras otra supone además la primera vez que DiCaprio se pone a las órdenes de Anderson, un cineasta que admira enormemente tal y como ha revelado en Esquire. Esta revista acaba de publicar una extensa charla entre director y actor, donde cuentan las claves de Una batalla tras otra al tiempo que reflexionan sobre su carrera.
Es entonces cuando DiCaprio ha admitido qué es lo que más lamenta de su carrera, y es básicamente no haber trabajado antes con Anderson: a mediados de los 90 le ofrecieron protagonizar Boogie Nights (la segunda película del susodicho), pero tuvo que rechazar el papel.
¿Por qué? Porque ya había firmado para protagonizar Titanic. La película que le convirtió en estrella, claro, aunque allá por 2008 DiCaprio ya admitió que “le hubiera gustado hacer ambas” en lugar de tener que elegir.
“Lo que más lamento es no haber hecho Boogie Nights. Fue una película muy profunda para mi generación. Aunque no me imagino a otro que Mark Wahlberg en ella. Cuando finalmente vi la película pensé que era una obra maestra”, explica DiCaprio. Wahlberg, en efecto, se hizo cargo en su lugar del personaje de Dirk Diggler, un joven actor porno a través del cual Anderson trazaba una panorámica de este gremio.
“Es irónico que seas tú quien me lo pregunta, pero es así”, reconoce DiCaprio frente a Anderson, insistiendo en las ganas que tenía de trabajar con él. “Mi motivo para hacer Una batalla otras otra era bastante sencillo: llevaba veinte años queriendo trabajar contigo, Paul, y me encantaba la idea de un revolucionario acabado que intenta borrar su pasado, desaparecer y llevar una vida normal criando a su hija”.
Durante la conversación, DiCaprio también ha contado qué película de su filmografía le gusta revisar con más asiduidad: El aviador de Martin Scorsese, por la que fue nominado al Oscar por segunda vez en 2005 (no ganaría la estatuilla hasta diez años después, por El renacido). “Rara vez reviso mis películas pero hay una que he visto más que otras. Es El aviador, y simplemente porque fue un momento muy especial para mí”.
“Fue la primera vez que me sentí como actor parte implícita de la producción, en lugar de ser solo alguien al que habían contratado para interpretar un papel. Sentí una responsabilidad totalmente nueva. Siempre me he sentido muy conectado a esa película, ya que fue una parte fundamental de mi crecimiento en esta industria”.