La exposición a la radiación ultravioleta durante la infancia puede tener consecuencias a largo plazo: según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 50% del daño ocular acumulado a lo largo de la vida se produce antes de los 20 años, lo que convierte en prioridad la protección visual desde los primeros meses de vida.

Además, los ojos de los bebés son especialmente vulnerables a la radiación solar. Desde finales de los años 90, diversos estudios, como el publicado en ‘Archives of Ophthalmology’, han constatado que sus pupilas son más grandes y su cristalino no filtra la luz con la misma eficacia que en adultos. Esta sensibilidad convierte la protección ocular en un aspecto clave, sobre todo en los primeros meses de vida.

Sin embargo, en pleno auge de accesorios infantiles, muchas familias optan por modelos llamativos o económicos sin tener en cuenta sus características técnicas. La elección errónea no solo anula la protección esperada, sino que incluso puede agravar el problema.

Niños con gafas de sol.

Niños con gafas de sol. / ARCHIVO

La exposición reiterada a la radiación ultravioleta desde la infancia puede provocar daños irreversibles que no se manifiestan de inmediato, como cataratas precoces o degeneración macular. Por eso, los expertos insisten en que no basta con cubrir los ojos: hay que hacerlo de forma adecuada.

«Siempre gafas de sol a los bebés»

El pediatra Pedro Camacho ha lanzado una advertencia que se ha hecho viral en redes sociales. En una publicación en Instagram, afirma: «Siempre hay que poner gafas de sol a los bebés, pero las de juguete o las que no tienen filtro ultravioleta pueden ser más peligrosas que no ponerles nada». Su mensaje se centra en las gafas sin filtros adecuados, muy comunes en tiendas de juguetes y bazares, que imitan la estética de las homologadas.

Según explica, el principal riesgo de estos modelos es que “los ojos del bebé necesitan unas gafas que estén homologadas y que tengan un filtro UV 400 para que proteja frente a los rayos ultravioleta”. Si falta este filtro, la pupila se dilata debido a la oscuridad de la lente, dejando pasar más radiación que a simple vista.

Camacho subraya que para que unas gafas infantiles sean seguras han de cumplir una serie de requisitos:

  • Estar homologadas.
  • Filtro UV 400.
  • Marcado CE visible en la patilla.
  • Categoría de filtro solar 3.
  • Montura que se adapte a la anatomía del bebé.
  • Lentes resistentes a impactos.

Además, aconseja evitar compras impulsivas en lugares que no garanticen estándares sanitarios. La prioridad debe ser la protección ocular, siempre por encima del diseño o la moda.

Protección también en días nublados

Expertos en salud visual coinciden en que esta prevención no debe limitarse a los días soleados. La radiación ultravioleta está presente incluso con cielo nublado y puede reflejarse en superficies como agua o nieve, incrementando la exposición.

En esta línea, los expertos advierten de que la protección ocular es tan importante en verano como el uso de crema solar, por lo que la educación en este hábito debe comenzar desde la infancia.