El ciclismo está lleno de historias, de recuerdos, de gestas y de homenajes. Como el que hará la Vuelta que arranca el viernes con su … ganador de 1956. La edición de 2025 tendrá tres etapas en Piemonte y la web de la carrera ha recordado que se saldrá de Turín, origen del primer ganador italiano de la carrera española.
Fue Angelo Conterno el primero de los transalpinos que inscribió su nombre en el palmarés al vencer en 1956, una edición que se recuerda porque Jesús Loroño se quedó a 13 segundos de una victoria que tenía en la mano y que se le escapó, entre otras cosas, por las ayudas que recibió el italiano, enfermo, de sus compatriotas y de Bahamontes, eterno enemigo del corredor vizcaíno. De este modo, Loroño tuvo que esperar un año para conquistar una gran vuelta por etapas, la ronda española de 1957 que hacía justicia con el corredor de Larrabetzu.
Para la edición de 1956, la organización había reunido una lista de corredores de categoría, empezando por el gran Louison Bobet, ganador de tres Tours, el suizo Hugo Koblet, ganador de un Tour y un Giro; y el belga Rik Van Steenbergen, rey de las clásicas en la década posterior a la Segunda Guerra Mundial. Pero la carrera se empezó a decidir en la segunda etapa, cuando el italiano Conterno atacó a 25 kilómetros de la llegada. El piamontés era un corredor que había llegado tarde al profesionalismo y que a sus 31 años había sido maglia rosa y quinto en un Giro, pero que no tenía galones de líder en la selección italiana. Aun así, aprovechó su momento para irse con Roger Walkowiak, que ese año ganaría de forma sorpresiva el Tour. Conterno dejó al francés, superó a los fugados Escolá y Marigil y llegó a Oviedo con algo más de tres minutos de ventaja sobre los favoritos, que pensaban que con 15 etapas por delante, el italiano no era rival.
Pero los acontecimientos se sucedieron en favor de Conterno. Bobet y Koblet nunca mostraron un interés real por la carrera y la organización, que les pagaba por etapa recorrida, llegó a pedirles que se largaran de la Vuelta. Un italiano, Giancarlo Astrúa, arrolló en la etapa de Bayona y se hundió al día siguiente en los 43 kilómetros contrarreloj que iban hasta Irún. Después dio positivo. Mientras tanto, Van Steenbergen se centró en la clasificación por puntos y en ganar etapas, nunca pensando en ser un candidato a ganar la carrera.
Entre lío y lío, Conterno seguía como maillot amarillo. Efímero, pensaron todos, porque había que subir Pajares y se esperaba allí a Bahamontes. Pero nevó y esa jornada quedó suspendida. De todos modos, quedaban las jornadas finales en el País Vasco, donde el toledano y Loroño jugarían sus bazas para llevarse la general.
Entre San Sebastián y Bilbao, con los puertos de Jaizkibel y Urkiola en el camino hacia la meta, Bahamontes pasó a todos en Urkiola y solo la reacción final de Conterno mantuvo al italiano en el liderato. Bahamontes echó el resto después en la etapa Bilbao-Vitoria, pero pinchó una y otra vez y eso salvó al italiano, al que solo le quedaba la jornada final, en recorrido inverso a la capital vizcaína.
Era el momento de Jesús Loroño, que pasó al ataque con todo mientras Conterno, con 39 grados de fiebre, penaba para mantener su liderato. Loroño, que tenía una desventaja de 43 segundos, atacó en Sollube y pasó la cima con un minuto. Era líder virtual cuando todo se puso en su contra. Los italianos, ayudados por Bahamontes, subieron remolcando a Conterno, una maniobra que sólo fue sancionada con 30 segundos. Y Van Steenbergen se vendió a Italia para ayudar a remontar. Loroño se quedó a sólo 13 segundos de Conterno, que se llevó la Vuelta.