La plaza del centro Niemeyer se convirtió ayer en el escenario perfecto para acoger una nueva edición del Tour 3×3 Avilés, una cita que ofreció a jugadores de baloncesto la oportunidad de vivir una jornada amistosa en una de las ubicaciones más emblemáticas de la ciudad. El evento, organizado por la Federación de Baloncesto del Principado y que también tiene paradas en Gijón, Luarca y Luanco, se consolida así como una tradición deportiva en el calendario veraniego avilesino.
Arriba, un lance del juego. Abajo, Rubén Bragado, Víctor Polchlopek y Mateo Riestra, del «Rio Nora Team». | MIKI LÓPEZ
A diferencia de los torneos convencionales, la actividad no enfrentó a clubes, sino que reunió a grupos de jugadores que saltaron a la pista bajo nombres de lo más creativos, en un acontecimiento que más allá del baloncesto celebra la amistad y la deportividad en su estado puro.
El deporte levanta pasiones desde edades muy tempranas. Este es el caso de Samuel Tejerina, del equipo «Los Guardianes del aro», quien afirma jugar desde los 6 años. «Para ser bueno en el basket, lo más importante es entrenar duro», exclama el joven. La disciplina y anticipación táctica parecen imponerse al físico cuando se trata de deslumbrar en la cancha. Así lo confirma Mateo Gil de «Las mambas blancas», que por primera vez asiste al Tour. «La visión de juego, y técnica de tiro son la clave», apostilla.
El baloncesto tiene gancho en el Niemeyer
La modalidad de baloncesto 3×3 resulta atractiva para muchos, pues combina agilidad y estrategia en partidos relámpago donde no falta la emoción. «Me gustan más los torneos 3×3 porque son más rápidos , en mi opinión te lo pasas mejor», declara Rubén Bragado, integrante del «Río Nora Team», equipo que salió victorioso en dos de sus cuatro partidos disputados.
Para muchos la posibilidad de competir en un escenario tan singular como el Centro Niemeyer añadió un valor especial a la experiencia. Damián Prats del «Pelochos and company» lo resume con una sonrisa cómplice: «Es un sitio muy bueno, si no fuese porque las caídas duelen más», bromea. Las canastas, rodeadas de la arquitectura vanguardista del Niemeyer, fueron testigo de los saltos, sudor y alegría de lo equipos vencedores. Los grupos que asistieron a la amistosa jornada ponen de manifiesto el esfuerzo y buena convivencia dentro y fuera de los clubes. «Nosotros somos amigos y coincide que también del mismo club, es una gran oportunidad para jugar con quien quieras», explica Emilio García, también de los «Pelochos».
Una vez más , el Tour 3×3 Avilés demuestra que el baloncesto es más que un simple deporte: es convivencia , trabajo en equipo y pasión compartida.
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