A finales de los 90, el mundo se debatía entre miedos apocalípticos y promesas futuristas. Mientras algunos auguraban que el nuevo milenio traería el «fin del mundo» o un colapso informático global, otros soñaban con autos voladores, casas subacuáticas y muchos más inventos. Nada de eso pasó.
En Argentina, el cambio de siglo encontró a un país sumido en una crisis económica y social que se profundizaba día a día. El espejismo de la convertibilidad -la paridad entre peso y dólar instaurada en los años de Carlos Menem y Domingo Cavallo- agonizaba, y el nuevo presidente, Fernando de la Rúa, se aferraba al esquema a pesar del deterioro. La recesión se acentuaba, el desempleo crecía y el descontento social se expandía, sobre todo entre los más jóvenes.
En medio de ese clima de incertidumbre y desilusión, el rock se convirtió en una especie de trinchera para toda una generación de jóvenes, y en una vía para canalizar la bronca, la angustia y las esperanzas eclipsadas por una realidad cada vez más hostil. A 25 años de su lanzamiento, varios discos no solo retratan el pulso de aquellos días, sino que siguen siendo piezas fundamentales para entender el espíritu de cambio y resistencia que atravesaba al país y la cultura en el umbral del nuevo milenio.
A continuación, enlistamos cinco discos que están cumpliendo 25 años.
Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota – Momo Sampler
Lanzado en el año 2000, Momo Sampler representa el décimo y último álbum de estudio de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Lejos de limitarse al rock tradicional, este disco incorpora una marcada influencia electrónica, sumando además matices de música celta, arreglos de cuerdas, ritmos murgueros y samples. El proceso de grabación tuvo lugar en el estudio Luzbola, propiedad del Indio Solari, con la asistencia técnica del ingeniero Eduardo Herrera y la programación MIDI a cargo de Hernán Aramberri. La mezcla fue realizada por Mario Breuer y Eduardo Herrera en Nueva York, mientras que el mastering corrió por cuenta de Greg Calbi en el prestigioso Sterling Sound, también en Nueva York.
Catupecu Machu – Cuentos decapitados
Cuentos decapitados es el segundo disco de estudio de Catupecu Machu y su primera producción bajo EMI. En esta etapa, el baterista Miguel Sosa adoptó el seudónimo de «Abril» (también conocido como «Aprile»), y el LP logró un gran impacto gracias a canciones como «Y lo que quiero es que pises sin el suelo», que se convirtió en un clásico instantáneo. Además, el disco incluye otros temas representativos como «Perfectos cromosomas», y las versiones reinventadas de «Eso espero» y «Eso vive». También destacan «Entero o a pedazos» y la canción homónima «Cuentos decapitados» que se volvieron arte fundamental del repertorio en vivo de la banda.
Attaque 77 – Radio insomnio
Radio insomnio es el octavo disco de estudio de Attaque 77 y representó un cambio importante para el grupo, ya que fue donde Mariano Martínez, guitarrista y cantante (y posteriormente líder de la banda), adquirió un rol mucho más protagónico en la voz y la composición. Entre las canciones destaca «Jodie», original del exbajista Adrián Vera, incorporada a esta producción como un guiño a la historia interna de la banda; su versión de «Resistiré», originalmente interpretada por el grupo español Barón Rojo; y «Beatle», una de sus canciones más exitosas de esta época.
Andrés Calamaro – El salmón
El salmón es el séptimo álbum de estudio de Andrés Calamaro y uno de los trabajos más audaces y singulares en la historia del rock en español. Con una duración total de casi cinco horas y un total original de 103 canciones repartidas en cinco discos, esta obra se consagra como la más extensa jamás lanzada en idioma español. Este quíntuple álbum fue resultado de 100 días de intensa dedicación creativa, en los que Calamaro, junto a sus colaboradores Marcelo Scornik y Gringui Herrera, grabó más de 300 canciones en un proceso marcado por la libertad artística, la experimentación y un entorno de trabajo caótico que incluyó mudanzas y consumo de drogas. Entre los temas más destacados se encuentran clásicos de su discografía como «Tuyo siempre», «El salmón», «No se puede vivir del amor», «Días distintos» y «Revolución turra».
Adicta – Shh
Shh es el disco debut de Adicta, el conjunto pop platense. Lanzado en plena era de música argentina dominada por guitarras eléctricas, este álbum se diferencia de esa tendencia con letras que abordan temas vinculados al amor y las complejidades emocionales, todo envuelto en ritmos electrónicos y sintetizadores. «Shh lo hice solo en mi casa con un sampler, no tenía mucho equipamiento en esa época (…) Lo hicimos en una semana. Todo muy live y muy directo, nos reímos muchísimo y nosotros pensábamos que estaba de moda el ‘nuevo rock argentino’ y mientras nosotros estábamos haciendo esa cosa. Cero rock, cero distorsión, cero ‘sacá la lengua’. Era de otra manera, sacábamos la lengua para chupar, no para asustar. La verdad que es un disco hermoso», decía Rudie Martínez en nuestra entrevista del 2019 sobre este disco.