Magnífica tarde la que los aficionados pudieron gozar con el fantástico encierro de Victorino Martín, cumpliendo las expectativas, que no siempre salen, pero este viernes sí lo hicieron. Toros bravos, con nobleza, codiciosos, siendo varios de ellos aplaudidos por el público que, llenándose de emoción, y quizás no de razón, obligó a la presidencia al indulto de ‘Heráldico’, un formidable toro, que todavía seguiría embistiendo mientras usted lee esta crónica de manera tan apasionada como lo está haciendo, pero cuyo indulto ha sido un puntito exagerado, pero en esta Plaza todo sabemos lo complicado que es frenar los deseos de la masa, del pueblo que enseguida se pone a hervir y en ocasiones, a hacer que el agua salga por fuera del cazo.
Comenzó la tarde goyesca con los engalanamientos propios de la plaza, con el paseíllo desmonterado de Fernando Adrián y con Petete ataviado de bandolero. ¡Es que no nos falta de ná! El caballista cogió la llave que le tiró el presidente al vuelo y todo estaba listo para iniciar un festejo que con una buena entrada, sumada a las dos entradas anteriores, más que respetables, demostraron el interés del público por la Fiesta y por seguir participando de la tauromaquia en nuestra ciudad.
Abrió plaza Miguel Ángel Perera, que estuvo francamente bien con su primer toro que recibió una magnífica puya, algo que no sucedió con varios de los compañeros de reparto, pero nuestra afición sigue pitando al picador en cuanto empieza a hacer su trabajo y así nos va. Le fue dando el diestro tiempo al toro para recomponerse y poco a poco lo fue metiendo en el canasto. Un toro noble, que anunciaba lo que veríamos en los siguientes astados. Mejor por el pitón derecho por donde ligó las mejores tandas el pacense. Una estocada casi entera, aunque ligeramente desprendida sirvió para cobrarse una oreja.
En su segunda faena estuvo más deslucido Perera, no acabando de conectar ni con el toro ni con el público. Tras entrar tres veces a matar las palmas del respetable fueron el premio a su labor que lo dejaba fuera de la salida a hombros que sus tres compañeros de tarde se merecieron.
Fernando Adrián, durante la faena a Heráldico, el toro indultado en Pontevedra.RAFA FARIÑA
Heráldico, tercer toro indultado en Pontevedra
Daniel Luque repetía tras su soberbia actuación del pasado domingo y su puerta grande. Rápidamente se vio que venía a por otra. Ya sabía lo que había que hacer, arrimarse y torear. Y así fue, el de Gerena, en un excelente momento de forma, demostró su poderío y confianza, primero con el segundo de la tarde. Otro buen toro de Victorino, de nombre ‘Escritor’, pero el que realmente escribió fue el matador. Primero con el capote. Poesía en el aire. Después con la muleta ligando varias tandas por ambos pitones siempre muy cerquita del toro. Prosa honda. Y después con una estocada fulminante que hizo rodar a su oponente y cobrarse dos orejas. Texto cervantino.
Con el quinto Daniel Luque volvió a estar cumbre, quizás fuese una de esas faenas que el público no acaba de reconocer, pero este toro era más jodido, se revolvía a las primeras de cambio en el inicio de faena, pero el torero hizo eso tan difícil, y lo que marca a los grandes toreros, como es irse ganando poco a poco a su oponente, convenciéndolo de por donde había que ir y el de Victorino firmó el contrato. Por aquí y por allí. Y Daniel Luque apuntaba a repetir los trofeos de su primer toro, pero ¡ay!, la espada. Todos sabemos aquello de que quita más que da. Y ayer quitó y no dio, y Daniel entró a matar con todo pero la espada, atravesada, hizo guardia, y rápidamente fue retirada por un subalterno. Los trofeos a la ría y se acabó la tarde. El maestro dando manotazos de rabia en las tablas, pero había ‘millo no hórreo’ y Daniel Luque, de nuevo triunfador en Pontevedra, acompañaría al debutante Fernando Adrián en la salida a hombros.
Fernando Adrián debe seguir a estas alturas del día frotándose los ojos ante lo que Victorino y el sorteo de la mañana pusieron en sus manos. ‘Heráldico’, se llamaba el gachó, un toro lindo, con unos ojos azabache que te conquistaban a la primera de cambio. Pero es que además no paró de moverse ni de embestir, un tío. ¿Pero para el indulto? Pues eso ya irá en gustos. Lo cierto es que esta Plaza se descontrola a las primeras de cambio. Uno chilla «indulto» y a otro se le hacen los ojos chiribitas, y ale pues yo también: «indulto», y ya tenemos el lío. Y el torero que ve el pan, pues, jugueteo aquí y jugueteo allá. Y la Plaza ya está boca abajo o arriba, que nunca sé del todo bien como es, y el jaleo y el ruido. El presidente se gira hacia el ganadero, este asiente como un emperador romano, y el toro se vuelve a casa. Eso sí, costó sacarlo de la Plaza sudor y casi sangre.
Que conste que Fernando Adrián estuvo de cine, toreó como los ángeles y esas dos orejas y rabo, fueron más que merecidas. Primero citando al toro de lejos, pasándoselo por detrás, enorme toreando con la mano izquierda, y ligando tanda tras tanda en un infinito que en ese momento ya era clamor y éxtasis Eso se llama entrar con buen pie en una Plaza. Con su segundo ya fue otra cosa, era otro toro, claro, y a diferencia del primero, que se fue de rositas, a este había que darle muerte, y en esa suerte a Fernando Adrián no se le vio tan ducho, intentándolo cuatro veces. Pero su tarde ya estaba hecha, su sueño logrado, y ese nombre ‘Heráldico’ que le acompañará ya para siempre.
Se suma así el de Victorino a los indultos de ‘Turco’, toro de Torrealta, por El Fandi, en 2009, y de ‘Fígaro’, el toro de Alcurrucén que Ferrera había indultado en 2003. Rápidamente en los mentideros taurinos comenzaron a buscarle a ‘Heráldico’ su lustre familiar, y lo tenía y vaya si lo tenía, ya que resulta que su padre es ‘Cobradiezmos’, nombre ilustre de La Maestranza de Sevilla al ser el tercer toro indultado en la historia de esa plaza en el año 2016. ¡Pues hala, a ser feliz!.
La ficha de la Corrida Goyesca
Ganadería: Toros de Victorino Martín.
Excelente encierro. Toros nobles y encastados. El 3º indultado. 1º, 2º y 5º aplaudidos.
Plaza de Toros de Pontevedra
Tercera corrida de la Feria de A Peregrina. Casi tres cuartos de entrada. Goyesca. Presidió Diego González. Asesor artístico, José Vicente Martín González.
Miguel Ángel Perera, de blanco y azabache: Oreja y palmas.
Daniel Luque, de marfil y azabache: Dos orejas y silencio.
Fernando Adrián, de tabaco y oro: Dos orejas y rabo simbólicos. Silencio.