El talento no se puede entrenar. Por mucho que practiques, el esfuerzo y la constancia te hace mejorar. Pero la magia está en el ADN de unos pocos elegidos. Y Jon Rahm es uno de ellos. El ‘León de Barrika’ sacó la chistera de los trucos más impresionantes y completó un tercer recorrido de ensueño para llenar su libreta de rojo: nueve birdies y un eagle para una sensacional tarjeta de 60 impactos (-11, -22 en el agregado), sólo emborronado ligeramente con un bogey en el par 3 del 14.

Ni siquiera los 17 birdies en los 18 primeros hoyos de los 54 totales por parte del colombiano Sebastián Muñoz, ganador en el playoff final ante el español, puso nervioso al español. Ni estar tres golpes por detrás de su único rival por el gran botín, el chileno Joaquín Niemann. Ni el resurgimiento de un exnúmero uno como Dustin Johnson a su mejor nivel. Rahm fue paciente, confiante, resolutivo. “Tengo que hacer una gran vuelta y tener suerte”, decía en la previa. Y ese trébol de cuatro hojas fue una exhibición con el driver, los hierros cortos y el putt.

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Después de 13 citas en 2025, ganó el mejor. Dos temporadas en el circuito saudí, dos anillos… y cerca de 64 millones de euros en total para Rahm, una cantidad casi exhibicionista de ceros añadidos a su cuenta corriente. Tras ser segundo en Indianápolis, Jon se embolsó el premio gordo del campeonato (15,5 millones de euros). Pese a que Niemann lo intentó todo… vio volar nueve y ‘se conformó’ con casi siete. El chileno, que sacaba tres golpes al español tras 18 hoyos, uno tras 36, y que se quedó a cinco por detrás al final de los tres días, acabó 4º con -5, -17 en el total. Misma puntuación y plaza que David Puig. Sergio García fue 16º con -12, y Josele Ballester, 39º con -7.

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