Este lunes, Morante anunciará cuándo será su ansiada vuelta. Pero este domingo, pese a estar anunciado, lo tuvo que sustituir Tomás Rufo, que llevó la tarde. Se quejaban los tendidos, llenos hasta la bandera, de la poca fuerza de Decano. Efectivamente, ninguna tenía el primer … toro, prendido con alfileres, sin recorrido casi, ni humillación ni transmisión alguna. Si su poca vida era por calor era comprensible, porque se notaban los 40° a la sombra… Pero no, era mansedumbre, porque se rajó en cuanto pudo. Con torería, con una mano en las tablas, comenzó Ortega. No le pudo cuidar más, pero donde no hay, es imposible. Se perfiló, con el animal completamente parado, y dejó una buena estocada a la segunda, mientras tañían las campanas a lo lejos para misa de 8.
Qué bonito torea a la verónica Ortega, incluso a un toro cojo como Barbuquejo. Ni la media pudo darle. El caballo decidió solidarizarse con la tara del animal, y se cayó solito, porque para derribar no estaba el victoriano, que se volvió a doblar de manos nada más salir del peto. Ahora ya sí, pañuelo verde. Tampoco tuvo un inicio muy prometedor el cuarto bis, que casi hacía echar en falta la ‘vitalidad’ del hermano. Hay tardes que no son para uno, y ésta no era para Juan… Aunque tuvo ánimo de brindar al público. No quería tampoco irse de vacío, y estuvo hasta tesonero, haciendo muestra siempre de tener esas bolitas que decía Rafael de Paula que hay que nacer con ellas. Y Juan ha nacido con ellas, pero lo que mugía sin parar delante de él ni era un toro bravo ni era ná. Lo mató bien, y a otra cosa.
Con buen aire salió Tallista, repetidor y metiendo bien la cara, especialmente en la buena media que le dejó Roca casi en los medios. Se pegó una voltereta el toro en ese saludo de tanto que humillaba, sin mayores consecuencias, apretó en el caballo y permitió a Andrés lucirse por saltilleras, con algún trueno de fondo. Se desmonteró Antonio Chacón por cierto entusiasmo colectivo, porque mejor y con más mérito estuvo. Jorge Fuentes en el anterior, y ni caso. A la boca de riego se fue el peruano para brindar a los presentes, y de hinojos se plantó para sacarse a Tallista por la espalda. Aunque tardó un poquito en arrancarse, embistió como un descosido en el explosivo inicio (otras cuatro veces más se lo pasó por detrás), volviendo a clavar el pitón en la arena -¡cómo le debía doler el cuello, que se lo volvió a retorcer!- de humillado que iba. Largo lo citó Roca, y más largo iba el victoriano, codicioso. Y por abajo lo llevaba el Cóndor, que, al compás de Concha Flamenca, le dio un molinete de rodillas. Se empezó a apagar el animal, y comenzó a caer la mundial cuando se perfilaba a matar, cosa que pudo influir en el mal uso de la espada del torero, porque le debía costar hasta ver al toro de la cortina de agua que había en un momento.
Comenzó Roca con el quinto también con la mano en las tablas, al igual que Ortega en el primero. Y el toro parecía sacado del lote de Juan, qué cosa más esaboría era…Alguien pidió música, y casi fue el momento en el que se metió más la gente en la faena. Pinchazo hondo, y el toro se echó.
Comenzó a parar el aguacero en el buen saludo de Rufo al tercero, aunque entonces comenzó una brisa gorda, muy molesta para los engaños y que tampoco refrescaba. Aunque tampoco hacía falta ya, todo el mundo parecía salido de la ducha. Tras el templado quite de Tomás por delantales, se lució la cuadrilla. Venía el de Pepino sustituyendo a Morante, pero no quería dejarse ganar la pelea: de rodillas en el tercio citó a Asustado, y lo toreó metiendo los riñones. Le faltaba empuje al toro, pero también metía la cara de categoría. Bueno fue un cambio de mano, despacio como pedía el toro que, haciendo honor a su nombre, se asustaba de los toques bruscos. Suavidad pedía, y eso le dio Rufo hasta que el animal se rajó. Buscó entonces las cercanías, pero el victoriano no quería pelea. Cerró por ayudados por alto, y mató con una estocada traserita, con la que el toro cayó rodado en segundos.
Volvieron a lucirse los subalternos del toledano en el sexto, desmonterándose Fernando Sánchez tras un gran par, del que salió con su torería habitual. Brindó Rufo a Nacho Lloret, y comenzó por bajo, rodilla en tierra, en un bonito comienzo. El toro llegó a la muleta sin definirse, pero ahí lo vio rápido Tomás: tenía un gran pitón izquierdo. Naturales muy largos le dio, entendiendo a la perfección a Copito. Otra cosa era por la diestra, donde tenía sus teclas, que supo encontrar el torero. Cuando el animal se fue apagando, se fue metiendo entre los pitones. Terminó por manoletinas, con el victoriano ya muy parado.
-
Plaza de toros de Ciudad Real.
Domingo, 17 de agosto de 2025. Lleno en los tendidos. Toros de Victoriano del Río, buenos 2º y 3º, con posibilidades el 6º, imposibles 1º, 4º y 5º. -
Juan Ortega,
de verde musgo y azabache. Pinchazo y estocada (silencio). Estocada (saludos). -
Roca Rey,
de butano y azabache. Pinchazo y media baja (leve petición y saludos). Pinchazo hondo (silencio). -
Tomás Rufo,
de amapola y oro. Estocada traserita (oreja con petición). Estocada (dos orejas).