Aranceles, inflación, riesgo de recesión y ataques a la Reserva Federal marcaron un primer semestre que erosionó la confianza que muchos inversores habían depositado en la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Los bandazos del republicano subrayaron, para no pocos gestores, la importancia de una estrategia activa y de seguir el mercado con lupa. El conocido lema de que las rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras estuvo más vigente que nunca, y las sociedades de inversión colectiva de capital variable (sicavs) —vehículos de inversión tradicionalmente empleados por las grandes fortunas, cuyo empleo ha bajado en los últimos años— lo comprobaron en primera persona.

Ni las grandes tecnológicas, ni Inditex, ni el sector farmacéutico sirvieron esta vez para que los grandes nombres del sector, como Morinvest o Gesprisa, batieran al Ibex 35 o, en algunos casos, evitaran pérdidas. Mientras el selectivo español firmó su mejor primer semestre en 27 años, con un avance del 20,7%, la mayoría de las sicavs quedaron por debajo del índice. Entre los vehículos que batieron a la referencia española (entre los mejores índices del mundo este año), figuran sociedades de tamaño reducido como Democratic Capital (35,8%) o Jureba Inversiones (26,37%).

Un escalón por debajo se sitúa La Muza Inversiones, de la saga financiera de la familia Urquijo (19,83%). Su éxito se apoyó en apuestas muy distintas, pero con un denominador común: exposición a sectores como el oro, la defensa y la banca. Este vehículo logró una rentabilidad del 19,83%, muy próxima al 20,7% del Ibex 35. La firma es el vehículo más exitoso del mercado: ofrece una rentabilidad media del 10% en los últimos 25 años, a partir de una política de inversión que sigue a pies juntillas el manual de Warren Buffett. Combina en su cartera grandes nombres de la Bolsa española como Repsol, Indra o Rovi, todas con un peso superior al 3% de la cartera, además de firmas más pequeñas como Miquel y Costas, Tubacex o Iberpapel.

Fuera de la Bolsa española, su mayor apuesta es Atalaya Mining, con casi el 10% de la cartera. En un año en que las amenazas arancelarias han puesto al cobre en el punto de mira, el dueño de las minas de Río Tinto es visto como una opción atractiva para aprovechar los máximos de este metal, pieza clave en la tecnología y la transición energética. Atalaya Mining también está presente en la cartera Cobas Value (+7,78% en el semestre), sicav de la gestora fundada por Francisco García Paramés, otro férreo defensor de la filosofía de inversión de Buffett: comprar negocios muy infravalorados por el mercado para mantenerlos largos periodos en cartera.

El sector minero también destaca en la cartera de Democratic Capital, la sicav de Hugo Casanovas, exbanquero en Citi, que lidera el ranking de rentabilidad. Este cimentó su éxito en activos ligados a la plata y el oro, dos productos altamente demandados por los inversores en momentos de volatilidad (el metal sube el 27% en el año). Entre sus principales posiciones figuran la australiana Aurelia Metals (5,41% de la cartera), Endeavour Silver y First Majestic Silver. Con la vista puesta en los próximos meses, la firma asegura haber aprovechado las correcciones puntuales de mercado para incorporar compañías de alta calidad como la firma de ropa deportiva Nike, la farmacéutica Novo Nordisk y la empresa alimentaria Pepsico.

Con una rentabilidad del 26% a cierre de junio, también Jureba Inversiones, del grupo Santander, superó al Ibex tras destinar casi el 80% de su patrimonio a acciones españolas, con un marcado perfil financiero. En un arranque de año en el que las seis entidades que integran el Ibex 35 avanzaron un al menos un 47%, BBVA, Santander, CaixaBank, Sabadell y Bankinter son las firmas que más han aportado al buen desempeño de la sicav. La apuesta por el Banco Sabadell es clara, con un 8,63% de la cartera apostada a la entidad que preside Josep Oliu, aunque la sicav también pone el foco en Bankinter o Mapfre. Pero no todas las apuestas fueron ganadoras. Inditex, que se deja el 15% en la primera mitad del año, y Cellnex, fueron las dos manchas del semestre para la sociedad.

Los grandes nombres, con resultados dispares

Entre los grandes nombres del universo de las sicavs, la de la familia del fallecido expresidente de Telefónica César Alierta, llamada Lierde, y Soixa, del fundador de Ebro Foods Antonio Hernández Callejas, son las mejor paradas con ganancias del 11,3% y el 11,2%, respectivamente. En el extremo opuesto está Morinvest, vehículo de Alicia Koplowitz, que tuvo que conformarse con una rentabilidad del 1,56%, mientras que Gesprisa, de Alberto Palatchi (fundador de Pronovias), y Lago Erie, de la familia Bernat Serra, encajaron pérdidas del 4,92% y del 10,17%.

Pese al revés, Gesprisa sigue siendo la mayor sicav del mercado, con 1.452,4 millones de euros bajo gestión, seguida de Torrenova, de la familia March, que administra 1.032,7 millones. El perfil conservador de esta última —con el 67,25% de la cartera en deuda— le permitió esquivar parte de la volatilidad y cerrar el semestre con un avance del 1,45%, lejos de las cifras récord del Ibex, pero en positivo.

La clave para Lierde, la sicav de los Alierta, es que invierte principalmente en renta variable extranjera (74,98%), aunque sus mayores posiciones corresponden a las españolas Laboratorios Rovi y Global Dominion. En un año en que el sector de la defensa ha ganado peso en los principales índices europeos, Lierde incorporó a la británica Babcock, con negocio en todas las ramas de esta industria. Según su informe semestral, esta y la francesa Thales fueron dos de las compañías que más contribuyeron a sus resultados. La salida a Bolsa de Hotelbeds también convenció a los los gestores, que tomaron posiciones en el valor por su sólida posición competitiva. También han entrado en Puig, de la que esperan capee las caídas del sector del lujo, lo que han combinado con la venta de la firma del lujo suiza Richemont. Para jugar la carta de los semiconductores, en Lierde creen que ASML es la opción más atractiva.

Soixa, con un avance del 11,2%, destaca por su apuesta por la banca europea. Tras esta contribución y dado que el sector cotiza en niveles exigentes, la firma aprovechó el cierre del semestre para reducir la exposición a Commerzbank, así como a Unicredit, CaixaBank, ING y Eurobank. Entre las compañías que más penalizaron a la sicav se encuentran Stellantis, Renault y Porsche, afectadas por la débil demanda, la amenaza arancelaria, la competencia asiática y el desafío de la electrificación, factores que llevaron al sector a caer un 6,6% en el semestre. En su cartera ibérica, además de Ebro Foods, la empresa apuesta por ArcelorMittal.