De los genios se esperan genialidades y que ocurran en los momentos oportunos. Y eso es justamente lo que hizo Jon Rahm en el último torneo del LIV Golf celebrado en Indianápolis. Merced a su gran regularidad de la temporada, en la que solamente … en una ocasión quedó fuera de los diez primeros, llegó a la última cita del campeonato con opciones matemáticas de ganarlo y de imponerse a Joaquín Niemann, que aunque había logrado cinco torneos pero que no había sido muy constante en los otros siete. Para ello necesitaba quedar por encima del chileno y que la diferencia de puestos le resultara beneficiosa. Lo más fácil era que el vasco ganase en Indiana y que su rival acabase más allá de la tercera posición; en otras circunstancias, habría que recurrir a distintos cálculos en función de los empates que pudieran producirse.

Y ahí fue donde el de Barrica sacó todo su armamento. Sabía que no tenía otra opción que salir al ataque desde el principio y, con una fiereza desmedida y una seguridad impresionante que le hizo ser impecable en las salidas y letal en los tapices, fue minando poco a poco la moral del americano. Pasó por los nueve primeros hoyos con 30 golpes, en una racha que los más agoreros suponían que tendría que terminar en algún momento. Pero no fue así. En el hoyo 13 firmó un ‘eagle’ impresionante que empezó a descomponer al santiaguino, pese a que este no bajaba los brazos. Más, sabedor de que un Rahm en estado de gracia es imposible de batir, sus gestos comenzaban a evidenciar que internamente se veía derrotado en su lucha por la clasificación general.

Esto se corroboró cuando Jon firmó su décimo ‘birdie’ en el 18 que, a la postre, le llevó al desempate con el colombiano Sebastián Muñoz, que había dominado la prueba desde la primera jornada. Como Niemann no igualó el ‘birdie’ del vasco, se quedó en una cuarta posición compartida que hacía imposible que sumara lo suficiente para hacerse con la lista de ganancias y el premio adicional de 18 millones de dólares (15,5 millones de euros) que conllevaba. El año pasado ya le sucedió lo mismo en la última cita del calendario y no se podía creer que por segunda vez consecutiva el monstruo de Jon Rahm le comiera la tostada de la misma manera. Sobre todo, porque en esta ocasión Joaquín había ganado en cinco ocasiones y el español en ninguna.

Así, con la general y el dinero ya en el bolsillo, Jon afrontó el desempate contra Muñoz por el prurito de lograr su primera victoria de la temporada y así evitar tener su casillero a cero, algo que no ha sido habitual en su trayectoria. Pero en el tiempo extra, Sebastián demostró ser más certero y se llevó el LIV de Indianápolis, dejando a español en la segunda posición. Y aquí sí que el escepticismo de Niemann se hizo más patente, pues la genialidad del vizcaíno al firmar 60 golpes en esta última jornada (el mejor resultado de toda su carrera) le arrebató el galardón de mejor jugador del año del LIV Golf. Y esto, sin que el español ganase una sola vez (ha quedado cuatro veces segundo), mientras que el chileno lo había hecho en cinco torneos de los trece disputados. Cosas de los artistas, que sacan la inspiración cuando más lo necesitan.

CLASIFICACIÓN

1. Sebastián Muñoz (COL) -22 (PO)

2. Jon Rahm (ESP) -22

3. Dustin Johnson (EEUU) -20

4. Carlos Ortiz (MEX) -17

Branden Grace (RSA) -17

David Puig (ESP) -17

Joaquín Niemann (CHI) -17

17. Sergio García (ESP) -12

39. Josele Ballester (ESO) -7x