Hacer de nuestra casa un lugar seguro y agradable para el día a día, sin duda, es lo más importante en el diseño de interiores. La funcionalidad, la comodidad y la elección de un estilo propio, no son más que elementos que responden a un mismo objetivo: sentir que habitamos nuestro hogar; ese espacio tranquilo y ameno en el que descansar, concentrarnos, crear y compartir con nuestros seres queridos.
Para diseñar nuestro rincón en el mundo, es clave que nuestra casa sea honesta. Pero, ¿a qué nos referimos con una casa honesta? Muy sencillo, una casa auténtica, donde predomine el bienestar antes que las soluciones estándar. Para aprender más al respecto, conversamos con Rosario López, fundadora de Rosario López Interiorismo (@rosariolopezinteriorismo).
La experta en Arquitectura Interior Emocional nos cuenta que «hablar de casas honestas es hablar de autenticidad, de coherencia estética y emocional, y de un modo de habitar más consciente. Una casa honesta busca impresionar y emocionar«.
Descubre más de su visión y sus consejos para hacer de nuestro hogar un espacio sensible y coherente con nuestro estilo de vida.
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Una casa honesta genera sensaciones agradables como paz y tranquilidad.
Proyecto de Rosario López Interiorismo
«Desde el punto de vista del interiorismo de alta gama, una vivienda honesta se construye desde la escucha: escucha de quien la habita, de su historia, su estilo de vida, y también de la arquitectura que la acoge«, nos cuenta Rosario.
«En nuestro estudio, entendemos que cada proyecto es una conversación profunda entre espacio y persona. Por eso, la honestidad en el diseño no se improvisa; se cultiva», afirma la experta.
De ahí la gran importancia que adquiere el conocerse antes de tomar decisiones en interiorismo: ¿cómo son tus rutinas?, ¿cuáles son tus pasatiempos?, ¿qué colores o texturas te hacen sentir bien? Son algunas de las preguntas que podemos hacernos.
El diseño coherente: decisiones que se sienten, no que se imponen
Sofás de Home Spirit en lino natural. Butacas y mesa auxiliar de Vical Home. Mesa de centro de Brucs.
El Mueble / Felipe Scheffel
«La honestidad espacial se materializa, ante todo, en la coherencia. Coherencia en la elección de materiales (nobles, naturales, sin falsificaciones); en una distribución que privilegie la luz, el flujo natural del movimiento y la función real de cada ambiente», nos dice Rosario.
«Optar por una tarima de madera maciza en lugar de una imitación laminada, utilizar piedra caliza con sus vetas a la vista, o textiles como el lino lavado o la lana virgen, son elecciones que hablan de verdad. No hay necesidad de disfrazar lo que ya es bello por sí mismo», señala.
Bienestar pleno
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Asimismo, hace énfasis en la importancia de elegir bien los muebles de casa: «El mobiliario juega también un papel crucial. Las piezas que cuentan historias —una butaca de autor, una mesa con pátina, un aparador diseñado a medida con maderas recuperadas— no necesitan ornamentos superfluos», indica la experta.
«En una casa honesta, el lujo está en los detalles bien ejecutados, en la artesanía detrás de una costura o el equilibrio de proporciones entre una lámpara escultórica y un sofá que invita a quedarse. No se trata de llenar, sino de escoger con criterio«, concluye Rosario.
La distribución como narrativa
Salón estratégicamente distribuido para favorecer la luz natural. Proyecto del estudio LDFL y Barr Baleares.
El Mueble | Estilismo: Gabriela Conde
Rosario afirma que «la forma en que se organiza el espacio también transmite esta honestidad». Por eso, nos invita a «apostar por plantas abiertas, pero funcionales, sin compartimentar en exceso, y permitir que las estancias dialoguen entre sí genera una sensación de continuidad emocional».
«Las circulaciones deben ser intuitivas, orgánicas, sin elementos forzados que solo responden a una estética de catálogo. La buena arquitectura interior se percibe sin necesidad de explicación», afirma la interiorista.
Por otro lado, Rosario nos recuerda que la simbiosis es clave: «En los proyectos que desarrollamos en Rosario López Interiorismo insistimos en la importancia de integrar la arquitectura interior con la vida cotidiana. Esto implica, por ejemplo, diseñar cocinas abiertas que favorezcan el encuentro, baños donde los materiales nobles envejezcan con dignidad, o espacios de trabajo doméstico que no renuncien al confort visual ni a la personalidad», afirma.
La sostenibilidad: una consecuencia natural de la honestidad
Proyecto de Paula Duarte. Sofás diseño de la decoradora, realizados a medida.
El Mueble / Fernando Bedón
«La relación entre honestidad y sostenibilidad es directa», afirma Rosario. «Cuando uno escoge materiales duraderos, producidos de forma ética, cuando apuesta por piezas atemporales en lugar de seguir modas efímeras, está haciendo una declaración a favor del diseño responsable. Una casa honesta no se rehace cada cinco años. Se transforma, sí, pero desde la solidez de una base bien pensada», reflexiona.
¡Hablamos con él!
«Reutilizar elementos arquitectónicos existentes, trabajar con artesanos locales, aplicar criterios de eficiencia energética o incorporar domótica para un consumo inteligente son decisiones que también forman parte de una visión honesta del interiorismo. Porque cuidar del planeta es, en última instancia, cuidar del hogar en su sentido más amplio«, nos dice la interiorista.
La emoción de lo auténtico
Proyecto de Ramisa Projects & Fun. Lámpara de Ofelia Home & Decor. Sillas de Ikea. Mantel de Filocolore. Vajilla de Becara.
El Mueble / Felipe Scheffel
La experta vuelve a recalcar lo esencial que es diseñar un hogar donde nos sintamos, antes que nada, cómodos. «Al final, lo que define una casa honesta es su capacidad de generar bienestar sin artificios», afirma. «Es un espacio que no pretende ser otro, sino que refleja con claridad quiénes somos, qué valoramos y cómo vivimos. Y eso, en el mundo del lujo contemporáneo, es probablemente el mayor signo de sofisticación», concluye Rosario.
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