El movimiento de Carlos Sainz hacia Williams levantó muchas cejas en el paddock de la Fórmula 1. Tras el fichaje de Lewis Hamilton por Ferrari, el futuro del madrileño era uno de los temas más comentados del mercado y, tras barajar varias opciones, acabó decantándose por la histórica escudería británica. Una elección que, en su momento, generó dudas entre aficionados y expertos debido al discreto rendimiento del equipo en las últimas temporadas.
Sin embargo, Sainz tenía claro que el cambio de reglamento previsto para 2026 sería clave en el futuro del equipo y que ese era el momento ideal para apostar por un proyecto de crecimiento. Según ha reconocido en una entrevista para Motorsport Italia, lo que más temía en el momento de firmar era encontrarse con una estructura sin el potencial necesario para aspirar a cotas altas.
“Los temores eran acabar en la parte baja de la parrilla y encontrar un equipo que no tuviera el potencial para aspirar al campeonato. Pero debo decir que también esta parte está cubierta. Veo un buen potencial y un proyecto muy sólido para ser realmente competitivos en el futuro”, confesó el madrileño.
Un proyecto con ambición
Carlos Sainz asegura que lo que encontró en Williams superó incluso sus expectativas. El trabajo liderado por James Vowles, jefe del equipo, convenció al español de que había una hoja de ruta realista y ambiciosa. “Las esperanzas se centraban en 2026, 2027 y 2028. Mi sensación es que podemos aspirar al campeonato en la parte final de esos años. Ya somos un coche muy sólido en el centro del pelotón”, señaló.
La tranquilidad de Sainz llega después de comprobar, en su primera temporada con los de Grove, que el monoplaza y la estructura de trabajo han evolucionado mucho respecto a lo que se esperaba. “El 2025 ha superado mis expectativas en cuanto al rendimiento del coche y a lo que el equipo es capaz de hacer. Estoy muy tranquilo y sereno con la decisión”, destacó.
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La frustración de los resultados
Pese a ello, el madrileño no oculta cierta frustración porque los resultados no han reflejado del todo las buenas sensaciones internas. “Solo me frustra que los resultados no hayan sido mejores, porque las sensaciones dicen lo contrario, pero los resultados, por una razón u otra, no llegan”, admitió.
Con la mirada puesta en el futuro, Sainz confía en que la llegada del nuevo reglamento marque un punto de inflexión y permita a Williams volver a luchar por cotas más altas. Lo que sí tiene claro es que aquel gran miedo que le rondaba antes de firmar ya ha desaparecido: Williams tiene las herramientas necesarias para soñar en grande.