La historia de esta casa de Barcelona es un reflejo de sus propietarios, que se instalaron aquí tras muchos años viviendo en Inglaterra. Aunque estaba anticuada, fue su singular estilo inglés el que los cautivó. “Querían mantener ese toque clásico, pero actualizado y adaptado a su familia numerosa. ¡Tienen cuatro hijos!”, nos cuenta la interiorista Blanca Maristany, encargada de la reforma.
La casa se encuentra en la zona alta de la ciudad, cerca del barrio de Sarrià, en una calle tranquila que sube hacia la montaña. Y no es casualidad: “Venían de vivir fuera y buscaban una casa con jardín, algo de oxígeno, pero sin alejarse de Barcelona”, explica Blanca. Con cuatro niños pequeños, el entorno debía ser cómodo, familiar y, sobre todo, práctico para su día a día.
Pero lo que terminó de enamorarlos fue el aire inglés de la casa: una arquitectura con encanto, molduras en techos y puertas, una chimenea clásica, ventanas con cuarterones y una escalera original que pedía a gritos volver a brillar. Eso sí, necesitaba una reforma integral. “La casa tenía un punto señorial y clásico, pero estaba anticuada, con suelos brillantes y carpinterías oscuras. Nuestra misión fue conservar su esencia, pero adaptarla a una familia joven y numerosa”, cuenta Blanca.
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Una casa para disfrutar en familia
La reforma se llevó a cabo en colaboración con el arquitecto Kim Mumbru, que se ocupó de la propuesta inicial de distribución. A partir de ahí, Blanca trabajó todos los interiores para dar forma a un estilo clásico actualizado, donde el confort y la luz fueran protagonistas. ¿Entramos?
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