La tasa de supervivencia de pacientes con cáncer ha aumentado significativamente, multiplicándose por diez en las últimas tres décadas. Esto indica un progreso en la investigación y tratamiento de múltiples formas de cáncer, que, a pesar de su complejidad, continúa ofreciendo promesas de mejora.
Un avance prometedor, porque todos nos preguntamos si se han resuelto tantas otras enfermedades, ¿por qué la ciencia no ha podido crear una vacuna contra el cáncer?, pero no es fácil, debido a la complejidad misma enfermedad y su carácter. Por ejemplo, señalan que las células cancerosas dentro de un mismo tumor pueden presentar diferentes mutaciones genéticas, lo que las hace tan resistentes.
Entendiendo la complejidad del cáncer
El cáncer no es una sola enfermedad, sino más de 200, cada una con características y comportamientos únicos. Esta diversidad genética hace que el tratamiento sea un desafío formidable. La resistencia de las células cancerosas a las terapias convencionales complica aún más la situación.
Aunado a eso, las células cancerosas tienen la habilidad de suprimir el sistema inmunitario del cuerpo, lo que dificulta la lucha, pero a la vez da una clave, y he aquí la aparición desde hace unos 20 años de una clase de medicamentos contra el cáncer llamados anticuerpos agonistas de CD40.
Anticuerpos agonistas
Los anticuerpos agonistas de CD40 han mostrado un gran potencial en modelos animales, activando el sistema inmunitario para combatir las células cancerosas. Sin embargo, los resultados en ensayos clínicos han sido decepcionantes, con reacciones adversas importantes.
Estos medicamentos tuvieron un impacto limitado en los pacientes en ensayos clínicos y causaron respuestas inflamatorias sistémicas peligrosas, recuentos bajos de plaquetas y toxicidad hepática, entre otras reacciones adversas, incluso en dosis bajas.
Sin dar el brazo a torcer, en 2018 el laboratorio de Jeffrey V. Ravetch, de la Universidad Rockefeller, diseñó un anticuerpo agonista de CD40 mejorado para aumentar su eficacia y poder administrarse de forma que se limitaran los efectos secundarios graves.
Desarrollo del 2141-VII
Investigaciones recientes han conducido a la creación del 2141-VII, un anticuerpo agonista de CD40 mejorado. Con un diseño que limita efectos secundarios graves, sus pruebas iniciales muestran una capacidad diez veces superior para inducir respuestas inmunitarias anticancerosas cuando se inyecta directamente en los tumores,
Un ensayo clínico de fase 1, que incluyó a 12 pacientes de diferentes tipos de cáncer metastásico, reveló resultados significativos. Ninguno sufrió efectos secundarios graves y seis pacientes experimentaron una reducción tumoral, con dos logrando remisión completa en melanoma y cáncer de mama.
Inmunoterapia de tumores no inyectados
Los hallazgos son notables, dado que no solo se observaron efectos en los tumores inyectados, sino también en aquellos presentes en otras partes del cuerpo. La creación de un microambiente inmunitario dentro del tumor permite que las células inmunitarias atacan células cancerosas de forma más efectiva.
Los receptores CD40 están ampliamente distribuidos, por lo que demasiadas células no cancerosas lo captan, lo que provoca los conocidos efectos secundarios tóxicos. Para evitar esto, se decidió inyectarlo directamente en los tumores.
“Se inyecta localmente, pero se observa una respuesta sistémica, no es algo que se observe con frecuencia en ningún tratamiento clínico. Es otro resultado muy drástico e inesperado de nuestro ensayo”, explicó Ravetch.
Futuras investigaciones y desafíos
Investigaciones adicionales están en marcha para evaluar la eficacia del 2141-V11 en tipos específicos de cáncer, tales como el de vejiga, próstata, y glioblastoma. Con casi 200 participantes, estos ensayos buscan confirmar la efectividad y ampliar los usos potenciales de esta innovadora terapia.
Diferencias con tratamientos convencionales
Los anticuerpos agonistas de CD40 y los tratamientos convencionales para el cáncer presentan diferencias significativas, tanto en su mecanismo de acción como en su aplicación y efectos.
Tratamientos convencionales para el cáncer
- Cirugía. Extirpación directa del tumor y tejidos circundantes.
- Quimioterapia. Uso de medicamentos que destruyen células cancerígenas o detienen su multiplicación. Se administra por diferentes vías y puede atacar células de crecimiento rápido, incluidas las normales.
- Radioterapia. Uso de radiación para dañar y destruir células cancerosas, que suelen dividirse más rápido que las normales.
- Hormonoterapia. Modificación o bloqueo de hormonas que algunos tumores necesitan para crecer.
- Terapias biológicas e inmunoterapia. Terapias dirigidas que pueden bloquear mecanismos específicos de las células tumorales o estimular el sistema inmunitario para que ataque el tumor.
Anticuerpos agonistas de CD40
- Son una clase de fármacos inmunoterapéuticos que activan el sistema inmunitario específicamente a través del receptor CD40, capaz de desencadenar una respuesta inmune contra las células cancerígenas.
- Su aplicación puede ser local (inyección directa en el tumor), pero producen un efecto sistémico, destruyendo tumores en otras partes del cuerpo no tratados directamente.
- Se han desarrollado versiones mejoradas para aumentar su eficacia y reducir efectos secundarios graves, lo que fue un problema en tratamientos anteriores con esta clase de anticuerpos.
- En estudios clínicos recientes, se ha observado que pueden inducir reducciones tumorales significativas y remisiones completas en algunos pacientes con cánceres metastásicos agresivos, un resultado que no suele observarse con tratamientos convencionales.
- A diferencia de quimioterapia y radioterapia, que actúan directamente sobre las células tumorales para destruirlas, los anticuerpos agonistas de CD40 potencian una respuesta inmunitaria específica, lo que puede mejorar la selectividad y disminuir el daño a las células normales.
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