Castaño regresa hoy a Salamanca con la intención de repetir las grandes faenas que ha realizado los tres últimos años.
– Vaya corrida se soltó … hace dos años con unos imponentes toros de Dolores Aguirre.
– Sí, le tengo muchísimo cariño a Bilbao. La considero mi plaza, siempre lo digo. En los tres años que he toreado, se me ha dado muy bien. Hace dos cayó mucha agua, aquello fue impresionante. Resultó muy épico. Y el año pasado con el toro ‘Angelón’, también de Dolores Aguirre… Fue un toro que vendió cara su vida, pero un gran toro. De las faenas más emocionantes de mi carrera.
– ¿Le ha cogido gusto a Vista Alegre?
– Sí. Me han tratado muy bien, me siento muy querido. Quizá de los sitios donde más. Y también muy contento de volver, porque es una plaza que me enamora.
– ¿Tiene marcada en rojo la feria de Bilbao?
– Sí, sí. Me paso todo el invierno deseando que llegue la feria de Bilbao porque me ha dado mucho. Los tres años que he toreado se me han dado bien y ojalá que este no sea menos.
– Su trayectoria taurina es una historia de constancia y fe inquebrantable en sus posibilidades, ¿no?
– Una vida muy dura, la verdad. Ha habido de todo en mi carrera. Momentos que no toreaba nada y tenía que sobreponerme y aguantar. Cuando empecé a torear tuve un triunfo en un pueblo de Madrid, en Cenicientos, donde corté tres orejas. De ahí me empezaron a poner corridas duras. Y desde entonces navego en estas corridas duras.
– Muy exigentes.
– Estoy muy agradecido, pero se pasa mucho miedo en estas corridas. Tienes que tener un corazón a prueba de bomba todo el día.
– Corridas que generalmente suelen rechazar las figuras.
– Sí, este año voy a acabar con casi 25 corridas y me atrevería a decir que 23 ó 24 han sido duras. Que estoy súper agradecido, porque gracias a ellas puedo torear en ferias como Bilbao, Pamplona y Santander.
– Pero…
– Nunca renunciaré a las duras porque han sido las que me han dado la vida taurina y personal. Hasta hace seis años no podía vivir del toro. Gracias a ellas vivo de mi profesión. Entonces, siempre estaré agradecido a ganaderías como Dolores Aguirre, que me ha dado mucho, Escolar, Saltillo, Valdellán… unas cuantas, ¿eh?
– ¿Por qué cree que le tocan?
– En esta vida tenemos que saber el rumbo de nuestra carrera. Quizás a lo mejor yo no pinto nada en la feria de Sevilla con una de Juan Pedro Domecq, pero sí puedo tener a lo mejor cabida en una de Miura. Cada uno tenemos que aceptar nuestro camino.
– ¿Es consciente de que le ha costado llegar a lo más alto más que a los demás?
– Bueno, las carreras de todo el mundo tienen sus dificultades, pero la mía está siendo especialmente dura, porque ha sido piedra tras piedra. Sobreponerse a estas corridas es la leche, porque no te lo ponen fácil. Son más exigentes que otras.
Dos cornadas este año
– Tiene mucho mérito.
– La mía es una carrera de sangre, sudor y lágrimas. Este año me están pegando mucho los toros. Llevo dos cornadas, un montón de palizas… Todo es sobreponerse.
– Eso será porque se acerca.
– Ja, ja, este año me están dando, estoy cobrando de lo lindo.
– ¿Cómo se le queda el cuerpo cuando los tendidos de Bilbao se le ponen de pie?
– Pues mira, de las cosas más emocionantes de mi vida. Porque, además, antes de torero soy aficionado y sé que en Bilbao es muy difícil poner la plaza en pie. Joder, cuando vi de pie a los aficionados, hostia, me entró de todo en la barriga. Sensaciones de querer hasta llorar de emoción, de felicidad. Pero, claro, hay que contenerse.
– ¿Por qué?
– Esto es una plaza de toros y no hay que sacar las lágrimas.
– ¿La espada es su gran lunar?
– Sí, es mi punto negro. Si no fuera por la espada, estaría mucho más arriba de lo que estoy. He perdido grandes triunfos. La Puerta Grande de Madrid, también he podido salir a hombros de Bilbao… Con ‘Angelón’ podía haber cortado dos orejas en vez de una. Es mi gran lunar. Todo el mundo lo sabe. Por las noches, en la cama, llego a obsesionarme con la espada.
– ¿Bilbao sigue dando grandes contratos si hace bien las cosas?
– A mí sí. Gracias a muchas tardes Bilbao me han llamado de Francia y de otros muchos sitios.
– ¿Sigue buscando cada día torear más despacio?
– Sigo pensando en torear más natural. Lo que pasa es que las corridas duras no son fáciles de torear como uno quiere. El toro más duro intento tratarlo con la mayor suavidad posible.