Xavier Palomar (Andratx, 2007) se proclamó el pasado domingo campeón de España junior. El último mallorquín que lo había logrado fue Jaume Munar en 2015 en el Club de Tenis Pamplona. Xavier, que derrotó en la final a Pablo Pérez por 6/2 5/7 6/3, tuvo oportunidad de alzarse con el título en dos sets al disponer de dos bolas de partido con 6/2, 5/3 y 40/15. «Mi rival se jugó dos derechas muy buenas y se hizo con el juego. Luego me ganó los tres siguientes bastante rápido y nos fuimos al tercer set, pero yo sabía que era mejor que él y que las bolas nuevas me iban a favorecer así que no perdí la calma», explicaba ayer el zurdo ‘andritxol’ en las pistas del Centre de Tecnificació Esportiva de les Illes Balears (CTEIB), donde ha tanto entrenado como estudiado los últimos cuatro años. «Ahora he terminado segundo de Bachiller y he aprobado, aunque un poco justo, la Selectividad, y el curso que viene quiero irme a estudiar a Estados Unidos. Estoy en contacto con varias universidades de Oklahoma, Mississippi y San Diego, pero aún no he escogido ninguna, aunque mucha gente me ha animado a irme a San Diego».

Este título es más que especial para el joven de 17 años (cumplirá la mayoría de edad el próximo 30 de octubre). En la edición del pasado año sucumbió en la final ante Andrés Santamarta en un encuentro en el que cada jugador se apuntó un set en el tie break, y en el tercero el valenciano se impuso por 6/3. Para que el lector se haga una idea del nivel, Santamarta alcanzó en junio de este año el primer puesto en la clasificación mundial junior. Volviendo al torneo disputado en el Club de Tenis de Chamartín, en Madrid, Xavi, que partía como cabeza de serie del torneo, tuvo unas primeras rondas bastante asequibles. «Llegaba con mucha confianza al torneo y me había preparado muy bien. Además, tras lo que ocurrió el año pasado me hacía mucha ilusión ganarlo. Es cierto que sentí un poco de presión al ir de número 1, pero el líneas generales lo llevé bien».

Ya fuera por el cansancio o la tensión, Xavier acusó algunos problemas en la zona baja de la espalda que le impedían efectuar los saques con la potencia y colocación habitual, y tenía que conformarse simplemente con colocar la bola dentro del cuadro de saque. Hasta semifinales no tuvo muchos contratiempos, pero en la penúltima ronda, tras hacerse con un contundente 6/1 en el primer set, se fue del partido. Recibió el mismo resultado de su rival, Rubén Fernández, y en el tercero tuvo que sudar la gota gorda para llevarse el choque por un ajustado 7/5 y de ese modo repetir final. La afición al tenis le viene de su abuelo. Cuando tenía menos de tres años le dio una raqueta y para su sorpresa veía cómo golpeaba a la pelota y la pasaba al otro lado de la red. Dio clases durante un mes en Es Fortí y de los 4 a los 14 años entrenó en Santa Ponça y comenzó a competir hasta que hace cuatro años se fue al CTEIB. «Mi mejor golpe es la derecha. Me considero un jugador agresivo al que le gusta dominar el punto con ese golpe, pero tampoco tengo un mal revés, ni mucho menos. Tampoco voleo mal, pero debería subir más a la red, sobre todo en superficies rápidas».

Xavier no se marca ningún objetivo concreto respecto a su carrera tenística. «Lo que quiero es seguir entrenando, compitiendo y mejorando, pero siempre disfrutando. En la vida hay que intentar no quemarse con lo que haces. El motivo de irme a Estados Unidos, además de por el idioma y la experiencia en sí, es estudiar International Business para tener una preparación de cara al futuro».
Tras unos días de merecido descanso, dos son los principales objetivos en el próximo mes. El primero de ellos será su participación en el US Open junior, que se disputa en Nueva York. Quizás utilice el bono de 1.500 euros en vuelos que le dio Iberia por su título de campeón de España. Quizás en Nueva York tenga la oportunidad de pelotear con Pedro Martínez, como lo hizo en el Mallorca Championships. La siguiente cita será el Campeonato de Europa que tendrá lugar en Oberpullendorf (Austria) a partir del 15 de septiembre. Y después, rumbo a Estados Unidos para proseguir con su prometedora carrera en un mundo tan difícil y competitivo como el del tenis, donde aproximadamente los mejores 100 del planeta pueden vivir de forma holgada.