Para llegar a Omán a la Final Internacional del Circuito Audi quattro Cup hay que ganar mucho más que un torneo. Hay que superar primero la prueba local en tu club, después la Final Territorial y, por último, imponerse en la Final Nacional. Sólo una pareja española consigue ese pasaporte dorado cada temporada para disputar la Final Internacional, donde compiten los campeones de todo el mundo. En 2024 fueron Miquel Riera y Alejo Farriols quienes lograron la gesta y Ten Golf ha podido hablar con ellos.
El torneo en Omán ya es de por sí un reto, pero lo que espera al otro lado del viaje es algo que, según quienes lo han vivido, no se olvida jamás. “En Omán te reciben en el aeropuerto, nos acompañaba en el vuelo personal de Audi, y desde ese momento te sientes como si representaras a tu país en unos Juegos Olímpicos”, recuerda Miquel. “Todo el mundo te identifica por tu bandera, hasta los buggies llevan tu bandera. Es una sensación única. Dejas de ser Miquel o Alejo para ser el Team Spain. He competido mucho y esto no lo había vivido antes”.
La aventura de Riera comenzó mucho antes de pisar suelo omaní. Su historia en el golf arranca de niño: hasta los diez años, era uno de los mejores jugadores de su categoría en Cataluña, pero a esa edad cambió los palos por la raqueta y se volcó en el tenis, llegando incluso a conseguir una beca en Illinois State University. “Duró un año, me quemé, y al volver a España me reencontré con el golf”, cuenta. Después de nueve años de separación el reencuentro fue idílico.
Socio del Real Club de Golf El Prat, reconoce que juega poco en torneos federativos y prefiere los planes sociales, con amigos, en un ambiente cercano pero muy competitivo. El Audi quattro Cup encaja a la perfección con esa filosofía: “Intento jugar mucho por parejas, y si puedo hacerlo con un amigo, mucho mejor. Este circuito me da eso y, además, un nivel de organización altísimo”.
El catalán habla desde la experiencia. No era la primera vez que Miquel saboreaba un gran éxito en una Final Internacional de este circuito. En 2017 ganó la fase internacional del entonces Audi Canal Plus Tour, que se disputó en campos como Magnolia Lane, Palm Springs o TPC Sawgrass, y ese triunfo le llevó a un proam en Mayakoba junto a Scott Brown. Casi nada.
En el caso de Alejo Farriols, su camino hasta Omán es una historia muy distinta pero igualmente especial. No empezó a jugar hasta 2016 y, de hecho, al principio no le atraía lo más mínimo. “Mi padre me llevaba de pequeño pero lo odiaba, yo era de deportes de contacto: fútbol, tenis, pádel, esquiar… y me parecía aburridísimo”, recuerda. Todo cambió un día en que un amigo le invitó a acompañarle al campo. “Le dije que sí, pegué una bola perfecta en el centro de la cara del palo y desde ese momento fue una adicción. Una adicción 100%”. A partir de ahí, estando en la carrera se compró sus primeros siete palos y empezó a jugar sin descanso.
El bagaje de ambos hizo una combinación perfecta en el quattro Cup. Miquel aporta veteranía y experiencia en este tipo de competiciones internacionales, mientras que Alejo transmite frescura, entusiasmo y una pasión desbordante por el golf. Juntos encontraron un equilibrio que les permitió superar cada fase en España y brillar en la cita internacional.
“Me gusta que en el Audi quattro Cup se juega con hándicap ajustado en función de tus resultados en el circuito. Eso asegura que el que gana, gana de verdad, y evita problemas de gente con hándicaps desajustados. En la Final Nacional llegamos tarde al tee y tuvimos una penalidad de dos golpes… pero eso me motivó todavía más. Me gusta competir y pudimos remontar una situación adversa”, dice Riera.
Si hay una frase que resume lo que es vivir la experiencia de este circuito, no dudan: “Nos hemos sentido unos auténticos profesionales”. Desde el trato, la preparación del campo, el ambiente… todo está pensado para que los jugadores vivan algo único. “Respiras golf desde que llegas. La experiencia te hace sentir especial. No hay otro circuito amateur que combine tan bien el componente competitivo con una organización de este nivel”.
La Final Nacional ha sido sin duda otro de los puntos fuertes que históricamente este circuito ha cuidado con esmero. «Se habla mucho de la Final Internacional, y es lógico, pero el nivel de detalle que hay en la Nacional también es impresionante. Campo preparado con mimo, y aún siendo un campo más asequible se prepara exigente. Es como un torneo profesional. Desde cómo te reciben hasta la posibilidad de pegar bolas cuando quieras. No es un stableford donde cualquiera puede dar la sorpresa: aquí hay que jugar muy bien para ganar”.
La fase final es otra historia. Llegar a Omán es entrar en otro mundo. “A nivel organizativo es impecable. Hay casi más gente de la organización que jugadores”, explica Miquel. Cena de bienvenida, banderas ondeando, dos categorías (primera y segunda) y rivales de todos los continentes. “Conoces gente de muchas culturas y eso enriquece muchísimo”.
El campo de la Final Internacional es tan espectacular como exigente: “Muy estrecho, si fallas calle estás en un drama. Al ser medal y con el hándicap ajustado, da opciones a los hándicaps bajos, pero también exige regularidad”. La pareja española terminó en un meritorio tercer puesto, con el orgullo de haber representado al país con honor.
Para Miquel y Alejo más allá del resultado y de una competición memorable cerraron el viaje a Omán 2025 con la emoción de hacer competido en una prueba memorable y la certeza de haber vivido algo que difícilmente se repetirá…