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Fran Nieto

En la cultura geek, las secuelas abundan, para bien y a veces para mal. Siguiendo la más pura tradición de las grandes y pequeñas sagas, Thibaud Villanova regresa con «Gastronogeek 2, el Regreso», después de haber visto publicadas en la editorial Hachette Heroes sus tres obras precedentes sobre el tema “Gastrono”: la seminal Gastronogeek; Gatronogeek. Recetas góticas y Gastronogeek K-drama. Del segundo título ya publicamos crítica hace un tiempo en nuestro diario, y aquí tenéis el link de Nuevatribuna.es

Unos años después del primer volumen, que hizo famoso a Thibaud Villanova en el nicho de la cocina geek, el chef regresa a la palestra con la segunda entrega de su exitosa serie. En el tiempo que pasó desde la publicación del primero al segundo: este prolífico chef autodidacta no se ha quedado precisamente de brazos cruzados, ya que ha producido varias colecciones culinarias basadas en culturas imaginarias. Nosotros siempre hemos seguido su trabajo con interés, pues no solo se contenta con navegar por el rentable mercado geek, sino que siempre ha producido obras de calidad en las que percibimos una sincera pasión. Hace tan solo unos días publicamos la correspondiente crítica de unos de sus libros de cocina más celebrados: La cocina en Ghibli. Las recetas del estudio legendario.

Gastronogeek 2 está dirigido tanto a principiantes como a gamers de cocina empedernidos

Nos hallamos ante un auténtico cocinero autodidacta. Un hombre hecho a sí mismo. Su pasión y perseverancia lo han llevado al éxito. 300.000 libros vendidos y traducidos internacionalmente, 235.000 suscriptores en YouTube y 32.000 en Twitch… Aunque solo sea por este merecido éxito, nos quitamos el sombrero ante él y su inabarcable trabajo. 

En las pocas páginas que presentan Gastronogeek 2, Thibaud reitera, en primer lugar, la sinceridad de su enfoque. Reflexiona sobre su trayectoria profesional y, sobre todo, sobre los valores que lo impulsan. Hay que reconocer que cuando un artista independiente alcanza el éxito y multiplica sus publicaciones en muy poco tiempo, uno podría dudar de su sinceridad y temer que esta se vea empañada por el afán de lucro. Thibaud encontró el filón adecuado y lo explotó al máximo: Gastronogeek 1 y 2, libros de cocina sobre Star Wars, Assassin’s Creed, etc. ¿Será para tranquilizar a sus lectores que empieza recordándoles quién es y la autenticidad de su enfoque? Quizás. En cualquier caso, tiene éxito. Las pocas páginas escritas a mano destilan la pasión y la dedicación que pone en su proceso creativo. Gastronogeek 2 se presenta entonces como un regreso a sus raíces, una creación más personal, enriquecida por la introspección que estos pocos años de experiencia le han permitido adquirir.

¿Cómo compartirá Thibaud su pasión con nosotros? A través de consejos y trucos culinarios, pero también mediante textos y anécdotas sobre los mundos que le inspiran. Estos consejos, una novedad de este volumen, son, en mi opinión, uno de los puntos fuertes del libro. Es una adición más que bienvenida, con, por ejemplo, fotos paso a paso para preparar macarons y otros makis con éxito. Pero también hojas de referencia para recordar, por ejemplo, las frutas y verduras de temporada. Como bien sabemos, cualquier cocinero que se precie priorizará los productos de temporada (y principalmente los locales). Además de las habituales líneas introductorias al principio de cada receta, el libro también está intercalado con algunas anécdotas divertidas sobre el mundo que inspiró al cocinero.

Finalmente, la idea de compartir también incluye la de transmitir y aprender. Gastronogeek 2 está dirigido tanto a principiantes como a gamers de cocina empedernidos. Esta fue una de las críticas al primer volumen: ofrecer recetas poco accesibles para aprendices de cocinero. Por ello, Thibaud aprende de sus errores y ofrece dos niveles de dificultad para sus creaciones, materializados por pequeños diamantes.

Siempre es un placer tener en las manos una obra de tanta calidad, creada por un verdadero entusiasta que merece su éxito. Algunos platos pueden resultar un poco intimidantes para los cocineros menos experimentados, pero no empañan en absoluto el buen rato que pasamos hojeando este libro. Por eso también es un regalo encantador y un imprescindible en la estantería de los cocineros frikis.