El pasado 28 de julio se cumplieron 15 años de uno de los hitos más importantes del movimiento animalista en Catalunya, la aprobación en el Parlament de una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) impulsada por la Plataforma Prou! que aglutinaba a varias entidades animalistas y personas a nivel particular. La ILP comportó una importante modificación de la vigente ley de protección de los animales que, entre otras cosas, prohibía las corridas de toros.
El movimiento animalista vivió ese verano del 2010 en Catalunya una victoria, pero incompleta. Se puso punto y final a las corridas de toros convencionales, pero calles y plazas de varios municipios catalanes continuaron con los espectáculos taurinos que se excluyeron, en buena parte, de la prohibición. Son los llamados ‘correbous’, actividad habitual en las fiestas mayores de algunos municipios a pesar de tener como protagonista el maltrato de un animal. Unos ‘correbous’ todavía hoy muy presentes en una treintena de municipios catalanes, especialmente en las Terres de l’Ebre.
La prohibición de los toros generó un fuerte debate en las filas de partidos como CiU, ERC o PSC, con fuerza en los municipios de tradición taurina. Hasta el punto de que el PSC y CiU optaron por dar libertad de voto a sus diputados y diputadas para elegir en conciencia. Finalmente, la mayoría del Parlament aprobó la norma impulsada por la Plataforma Prou!, pero con la condición de hacer la excepción de los ‘correbous’ y dejar para más adelante la regulación de esta actividad, con una ley específica que se aprobó en 2013 en el Parlament.
En 2016 la prohibición de las corridas de toros fue anulada por el Tribunal Constitucional -después de que el Gobierno español del PP declarara la tauromaquia como Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado-. Pero la plaza Monumental de Barcelona cerró sus puertas después de la última corrida de toros el 25 de septiembre de 2011 con un cartel protagonizado por José Tomás, Juan Mora y Serafín Marín y la anulación de la prohibición no reactivó las corridas de toros en Catalunya. Pero si los contrarios a la prohibición, PP y Ciudadanos -Vox aún no existía en el Parlament-, alegaron motivaciones nacionalistas para «echar de Catalunya una tradición española», la realidad es que la tauromaquia sigue viva en la Catalunya actual en municipios muy mayoritariamente gobernados por los principales partidos independentistas, Junts y ERC.
La polémica por el «museo taurino» de Amposta
De hecho, después de tres décadas de gobiernos de CiU, Esquerra Republicana gobierna con mayoría absoluta desde hace diez años la ciudad de Amposta, considerada la capital catalana de la tauromaquia, con el alcalde Adam Tomàs al frente. A las habituales críticas de los animalistas se suma el rechazo al proyecto de un equipamiento dedicado a la tauromaquia con una inversión municipal de 850.000 euros. Una cifra -apuntada por los animalistas- nada despreciable para una ciudad de 22.000 habitantes. Para Aïda Gascón, directora de AnimaNaturalis, «es incomprensible que, en pleno siglo XXI, y precisamente en Catalunya, donde fuimos pioneros en la prohibición de las corridas de toros, un ayuntamiento con gobierno de ERC decida invertir casi un millón de euros en un museo dedicado a una práctica que causa un sufrimiento extremo a los animales». También Pacma lo califica de «escándalo» y un «despropósito ético y político».
Lo cierto es que la ILP de la Plataforma Prou!, que en el 2010 logró la prohibición de los toros, poco tenía que ver con el debate independentista que en esa época empezaba a cocerse en Catalunya. Entre sus dirigentes, personalidades públicas de apoyo y las 180.000 firmas recogidas, había un hilo transversal de defensa de los derechos de los animales y una gran diversidad de afinidades políticas, también gente afín al PP y Ciudadanos. Estos 15 años, los activistas han continuado la lucha contra el maltrato en los ‘correbous’, en ocasiones con bastante tensión e incluso alguna agresión por parte de los defensores de los ‘correbous’. Pero a diferencia de las corridas de toros, ahora los animalistas no deben enfrentarse a los partidos españolistas, sino a los independentistas que gobiernan mayoritariamente en los municipios taurinos de Catalunya, además del PSC.
Medio millar de actos taurinos anuales
Las cifras indican claramente que la utilización de los toros en actos festivos no es un hecho aislado en Catalunya. En los municipios catalanes se calcula que hay algún espectáculo taurino en más de la mitad de los días del año, en torno a unos 200 días. Esto implica una treintena de municipios que fueron reconocidos como de tradición taurina en la regulación posterior a la prohibición de las corridas de toros, lo que les habilita para realizar este tipo de espectáculos. De hecho, son algunos más porqué en determinados municipios los ‘correbous’ se incluyen en las fiestas de varios núcleos de población o entidades municipales descentralizadas que forman el ámbito municipal.
Unos 25 municipios pertenecen a las Terres de l’Ebre pero también hay en la Catalunya Central como es el caso emblemático de Cardona, en las comarcas gerundenses se mantiene el polémico caso de Vidreres después de que otros municipios los han ido eliminando y en el Camp de Tarragona perviven en el Morell y en Miami Platja. En total son medio millar de espectáculos taurinos que se programan en Catalunya cada año con un coste para las arcas municipales de los ayuntamientos implicados de cerca de un millón de euros, según la estimación de Prou Correbous.
Cardona, Vidreres, Montroig o el Morell, el color político no importa
Cardona es el epicentro taurino de la Catalunya interior y protagonizó una fuerte polémica en los años 80 después de que el alcalde de entonces, el socialista Gervasi Arnaste, permitiera la muerte del toro en la plaza en contra de lo establecido en la primera ley de protección de los animales de 1988. Juicios, multas y una gran polvareda política rodearon el caso. Por último, Cardona eliminó la muerte del animal para poder continuar con la fiesta taurina y se ha mantenido así con los posteriores gobiernos de CiU y el actual de ERC. Esquerra gobierna en Cardona desde 2011.
Un hombre salta por encima de una vaquilla.Ariadna Escoda / ACN
Vidreres es el único municipio que mantiene esta práctica en las comarcas gerundenses después de que los taurinos ganaron una consulta popular con el 53% de los votos celebrada en diciembre del 2021. Gobernada con mayoría absoluta por Junts, la polémica saltó en el 2019 cuando un toro escapó durante la fiesta mayor, provocando 19 heridos antes de ser abatido por la policía. El incidente comportó la creación de la Plataforma Prou Correbous, en cuyo manifiesto se asegura que «los incidentes ocurridos en todos estos años [en los ‘correbous’], incluso de agresión manifiesta hacia personas espectadoras, así como las imágenes de sufrimiento de los animales y las constantes denuncias interpuestas por estos hechos, demuestran que no se puede garantizar la seguridad de las personas participantes y del público y la protección de los animales, que son las finalidades de la Ley 34/2010″.
En el caso de la provincia de Tarragona, fuera de las Terres de l’Ebre, el Morell mantiene los espectáculos taurinos con vaquillas al igual que Miami Platja. El Morell es un pueblo colindante a la ciudad de Tarragona y está gobernado por Junts, con el alcalde Eloi Calvet que sustituyó al histórico Pere Guinovart en la etapa de CiU. Por su parte, Miami Platja, donde también se celebran vaquillas, es el núcleo costero de Mont-roig del Camp. Una agrupación independiente vinculada al PSC, que lidera actualmente el municipio. Como puede comprobarse, la adscripción política de los Gobiernos municipales no influye en la posición sobre la tauromaquia. Y en El Morell es ERC quien lidera la lucha política contra la celebración taurina, mientras la promueve en otros municipios pese a la posición contraria de la Ejecutiva nacional del partido. El concejal de ERC Albert Roig pone en duda que se trate de una tradición y asevera que el hecho de que se siga celebrando responde a motivos «electorales». Asimismo, insta al equipo de Gobierno actual de Junts a impulsar una consulta ciudadana para recoger la opinión de la población, mientras que el alcalde Eloi Calbet se muestra partidario de que en caso de celebrarse, sea impulsada a través de una iniciativa ciudadana.
También es dispar la visión entre taurinos y animalistas en el Morell. Los primeros defienden que no hay maltrato: «Como máximo son de doce a quince minutos; al animal se le trata muy bien, se le pone un toldo para que no pase calor, dentro del recinto a la vaquilla no se la toca, ni se la pega, ni se le tiran piedras. Un argumento que choca frontalmente con las entidades naturalistas, como AnimaNaturalis, que tacha esta tipología de actos de «maltrato animal«. «El hecho de que sean vaquillas y no toros aún lo hace más abusivo y una burla más extrema hacia el animal. Al ser animales de corta edad, los jóvenes se envalentonan mucho más. Creo que después del ‘bou embolat’ y el ‘bou capllaçat’, en la tienta de vaquillas es donde más sufre el animal por este contacto físico», señala Aïda Gascón a la ACN.
Las Terres de l’Ebre, epicentro taurino de Catalunya
Las Terres de l’Ebre es el territorio catalán que concentra la mayor parte de la afición taurina. Y dónde se practican las disciplinas que los animalistas consideran más perjudiciales para los animales, el llamado ‘bou embolat’ y el ‘bou capllaçat’. En el primero se colocan bolas de fuego en los cuernos del toro, y en el segundo el toro va estirado por una cuerda atada a la testa. Se calcula que en las Terres de l’Ebre aproximadamente la mitad de los 52 municipios organizan espectáculos taurinos, especialmente concentrados en las comarcas del Montsià y el Baix Ebre. Y que una veintena de ellos lo hacen con el ‘embolat’ o el ‘capllaçat’. Estas modalidades son consideradas las más perjudiciales para los toros y ya se ha iniciado la tramitación de una ILP con más de 500.000 firmas para su abolición. El Parlament activó también una ponencia a principios del 2024 para estudiar el tema, que quedó detenida por el adelanto electoral.
La mayoría de estos municipios tienen alcaldías de Junts o ERC, aunque en la Ràpita, destacado pueblo taurino, gobierna actualmente una lista vinculada al PSC. Los socialistas terminaron con la mayoría absoluta de ERC y los ‘correbous’ se celebraran con los republicanos y se mantienen ahora con el PSC. De hecho, la Ràpita ha sido gobernada anteriormente ya por el PSC junto con ICV y también por CiU y siempre ha mantenido los espectáculos taurinos, una muestra más de que el color político no presupone la posición respecto a la tauromaquia.
En la capital de las Terres de l’Ebre, Tortosa, no existe tradición taurina, aunque algún núcleo del municipio programa correbous, pero no en la ciudad. Lo que transforma a Amposta en la capital taurina del territorio y probablemente de Catalunya. Con el republicano Adam Tomàs al frente, que ha logrado para ERC grandes mayorías absolutas. Ahora, además de la extensa programación taurina, el Ayuntamiento impulsa un nuevo equipamiento como Centro d’Interpretació de la Festa i Cultura dels Bous. El proyecto se ha iniciado con la compra de un terreno por valor de 150.000 euros, según fuentes de AnimaNaturalis.
Un equipamiento para alabar «la crueldad contra los animales»
Aunque algunos lo han calificado como el museo taurino de Amposta, el alcalde Adam Tomàs ha querido quitarle hierro a la cuestión. El republicano niega que se trate de ningún museo sino de un equipamiento para reordenar la actividad taurina: «Los actos taurinos, en vez de hacerlos de forma itinerante, tomamos la decisión entre el colectivo [las peñas taurinas] y el Ayuntamiento de comprar un solar que era de un banco y empezar a trabajar un proyecto». Proyecto que consistiría en un edificio de doble planta que tendría los toriles para los animales en la parte inferior y la sede de las peñas taurinas en la superior, además de varios servicios.
Una explicación que no satisface en modo alguno a los animalistas, que acusan al alcalde de ERC de «mentir a la ciudadanía», y al que reprochan que se dediquen 850.000 euros de las arcas municipales a un equipamiento para alabar «la crueldad contra los animales». «Este tipo de iniciativas, que buscan blanquear y perpetuar la crueldad animal con dinero público, son típicas de formaciones como VOX en otros puntos del Estado. Nos sorprende que ERC, en Amposta, se alinee con estas políticas regresivas», asegura Aïda Gascón, directora de AnimaNaturalis. La organización denuncia también que el alcalde de Amposta ha hecho otras «concesiones» a lo que llama «lobby taurino» de las Terres de l’Ebre, como la dedicación de una plaza a la «fiesta y la cultura» de los ‘correbous’.