Brooklyn ha pasado de ser un distrito marcado por la industria y el arte independiente a convertirse en uno de los escenarios arquitectónicos más dinámicos de Nueva York. En las últimas décadas, la construcción de rascacielos en sus zonas ribereñas ha redefinido el horizonte y atraído a residentes que buscan vistas privilegiadas y conexiones directas con Manhattan.
Entre los barrios que han vivido una transformación más acelerada se encuentra Williamsburg, donde la orilla del East River se ha convertido en un escaparate de torres residenciales de alto diseño. Dentro de este contexto, Brandon Haw Architecture ha presentado Two y Three Williamsburg Wharf, dos imponentes rascacielos metálicos que aportan brillo, textura y modernidad a la costa sur del puente de Williamsburg.
Dos torres que dialogan
Las dos torres se alzan con 85 metros de altura y 22 plantas cada una, integrándose en la primera fase del ambicioso desarrollo urbanístico Williamsburg Wharf. En total, estos dos edificios suman 334 apartamentos y una variedad de espacios comunes pensados para fomentar la vida comunitaria y la conexión con el entorno.
Ambas estructuras descansan sobre un podio compartido que se adapta al terreno inclinado de la ribera. Este basamento sirve para unificar las torres y para albergar terrazas al aire libre bajo cada edificio, aprovechando al máximo la relación con el paisaje fluvial. Las fachadas están revestidas con paneles de aluminio biselados que enmarcan las ventanas y generan un juego constante de reflejos.
Según el equipo de diseño, estas superficies se inspiraron en la herencia holandesa y en la arquitectura de hierro fundido de South Williamsburg, reinterpretando estos elementos para “reflejar la luz del sol de forma única a lo largo del día y las estaciones”.
El diseño escalonado de las plantas superiores crea terrazas adicionales en las esquinas, mientras que los coronamientos están revestidos con paneles acanalados que aportan textura y solidez al perfil final de las torres.
A nivel urbano, la base incluye una plaza en esquina que se abre a la zona ribereña, conectando el paseo marítimo con el tejido del barrio. Un pasillo de entrada revestido en madera conduce a la calle, y los futuros locales comerciales activarán la vecina Kent Street como eje de actividad.
Un proyecto en expansión
El propio estudio también ha sido el responsable del diseño interior de las torres, creando espacios que equilibran elegancia y funcionalidad. Las residencias modelo, desarrolladas por Claudia Allegra Interiors, incluyen una paleta de accesorios en bronce y negro mate combinados con textiles de tonos neutros. Los vestíbulos, revestidos con paredes de yeso veneciano y acabados de espejos tintados, refuerzan la sensación de lujo discreto.
Estos edificios forman parte de la primera fase del plan maestro desarrollado por Naftali Group, cuya finalización está prevista para finales de este año. El proyecto global incluirá zonas ajardinadas y espacios al aire libre diseñados por el estudio paisajista local Scape, concebidos para enlazar el conjunto con el paseo del East River. Junto a Two y Three Williamsburg Wharf, esta etapa inicial incorporará una tercera torre residencial.
La visión para Williamsburg Wharf es muy ambiciosa. En total, el desarrollo quiere contar con cinco torres y 950 unidades residenciales, además de áreas públicas que fomenten el encuentro social y la conexión directa con el frente marítimo. Otros estudios de renombre, como Cookfox Architects y Rockwell Group, también participarán en las siguientes fases, aunque sus diseños aún no han sido revelados.
Con Two y Three Williamsburg Wharf, Brandon Haw Architecture no solo ha añadido dos nuevas siluetas al horizonte de Brooklyn, sino que ha reafirmado la tendencia de transformar el frente costero en un espacio de vivienda de alto nivel, vinculado a su historia y abierto al futuro.