El Museo Sa Bassa Blanca – Fundación Ben Jakober y Yannick Vu, ubicado en Alcúdia, ha sumado recientemente dos imponentes esculturas a su patrimonio artístico. Se trata de réplicas del legendario León de Pireo, una majestuosa escultura griega que desde hace siglos vigila la entrada del Arsenale de Venecia, sede de las reconocidas bienales de arte y arquitectura. Las nuevas piezas, de 240cm de altura incluyendo las bases, ya flanquean la entrada del museo, convirtiéndose en sus nuevos guardianes simbólicos.
La iniciativa ha sido impulsada por Yannick Vu y Ben Jakober, responsables del museo, y representa «un hito», señalan desde el museo, «es la primera vez que una institución española acoge réplicas de este símbolo histórico». Las esculturas, esculpidas en mármol de características similares al original, han sido creadas a partir de imágenes 3D tomadas expresamente en Venecia por encargo del museo. Un equipo especializado utilizó tecnología de captura de imágenes 360 grados para asegurar una reproducción fiel.
La historia del León de Pireo se remonta al año 360 a.C., cuando fue esculpido para custodiar la entrada del puerto de El Pireo, en Atenas. Concebido originalmente como parte de una fuente, como evidencian los restos de una antigua canalización interna, el león se mantuvo en ese lugar durante más de mil años. En 1687, durante la Gran Guerra Turca, el comandante veneciano Francesco Morosini lo tomó como botín y lo trasladó a Venecia, donde aún permanece frente al Arsenale.
Ben Jakober posa ante el legendario León de Pireo, en 2005 en Venecia. Foto: YANNICK VU
Esta escultura ha despertado durante siglos la admiración de artistas y viajeros, entre ellos los propios Vu y Jakober, que recuerda con especial cariño una fotografía tomada en 2005 por la primera frente al León original. Su fascinación fue tal que «este año se nos ocurrió encargar réplicas para colocarlas frente a la entrada del patio de museo», comenta el propio artista. La idea se materializó con la colaboración de artesanos italianos especializados, que lograron replicar dos versiones de 180 centímetros de altura [240 con las bases], fieles al carácter monumental del original.
Actualmente, además del ejemplar de Venecia, existen otras copias del León de Pireo en el Museo Arqueológico del puerto ateniense y en el Museo de Historia de Suecia en Estocolmo. La incorporación de estas esculturas en Sa Bassa Blanca conecta el presente con un legado escultórico milenario, ampliando el diálogo entre historia, arte y arquitectura, y al mismo tiempo reafirma su vocación como espacio de encuentro entre culturas y tiempos, al tiempo que rinde homenaje a uno de los símbolos más emblemáticos del Mediterráneo clásico.