¿Cómo sería Aquí no hay quien viva si fuese una película de terror? Álex de la Iglesia respondió a esta pregunta antes, incluso, de que los hermanos Caballero tirasen las líneas de Desengaño 21. La Comunidad, considerada una de las obras cumbres del director de El día de la bestia, regresa a los cines de España para aquellos que se la perdieron en su día. O para quienes quieran revivir esta 13 Rue del Percebe diabólica. A partir del 21 de agosto, La Comunidad retorna a las salas de nuestro país.
25 años después de su estreno, La Comunidad ha escalado puestos en el global del cine español. A principios de los 2000, la estética y el universo de Álex de la Iglesia no estaban tan difundidos como ahora y La Comunidad contribuyó a afinarlos al máximo. Además, esta película recogía la tradición del mejor cine coral nacional, tan localizable en la obra de Berlanga o Cuerda y también en series como Aquí no hay quien viva o La que se avecina, así como el humor cáustico y disparatado que ha brillado en las cinematografías de nuestros más grandes realizadores.
¿De qué trata ‘La Comunidad’?
Julia, interpretada por Carmen Maura, es una mujer de mediana edad que lleva una vida marcada por la falta de éxito y las decepciones. Trabaja como empleada en una inmobiliaria, una ocupación que apenas le permite mantenerse a flote. Su matrimonio con Ricardo, encarnado por Jesús Bonilla, no es precisamente un refugio de felicidad: él es un hombre de carácter pesimista, atrapado en su propia mediocridad, lo que añade una capa más de frustración a la rutina de Julia.
Un día, mientras cumple con su labor de mostrar un apartamento en venta, la vida de Julia da un giro inesperado. Una serie de circunstancias fortuitas, desencadenadas por una molesta gotera proveniente del piso superior, la lleva a descubrir un secreto sorprendente. El anciano solitario que vivía en ese apartamento, rodeado de basura y aparentemente olvidado por el mundo, acaba de fallecer, dejando tras de sí un tesoro oculto: 300 millones de pesetas.
La tentación de apropiarse del dinero resulta abrumadora, una solución aparentemente sencilla para escapar de su vida monótona. Sin embargo, lo que parecía un golpe de suerte se convierte rápidamente en una situación que preferiría haber evitado: Julia se traslada al piso de arriba y esconde el dinero, sin tomar en consideración la comunidad a la que acaba de mudarse.
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