La Plaza de Toros de Inca se convirtió el pasado miércoles en un escenario singular donde confluyeron música, cine y una reinterpretación simbólica del arte taurino. La protagonista de la velada fue la cantante Estrella Morente, que ofreció un emotivo recital en un espectáculo que también incluyó la proyección de Tardes de Soledad, reciente ganadora de la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián.
La noche arrancó con una performance escénica que conjugó la estética de la tauromaquia con una visión contemporánea y conceptual, firmada por los empresarios Javier Conde y Francisco D’Agostino, impulsores del proyecto cultural balear Cambio de Tercio. La intervención rompió con los códigos tradicionales e incorporó una inesperada llamada telefónica en manos libres del reconocido torero Enrique Ponce, quien mostró su apoyo al proyecto y confirmó su participación en la próxima corrida que acogerá la plaza. Estrella Morente tomó entonces el centro del ruedo para ofrecer un concierto íntimo, solo con su voz y el acompañamiento justo, que emocionó profundamente a los asistentes. Su interpretación, intensa y arraigada en la tradición flamenca, arrancó largos aplausos y ovaciones de un público entregado. La segunda parte de la velada fue la proyección de Tardes de Soledad, del cineasta Albert Serra. La cinta, que ha acaparado elogios por su enfoque artístico y su poética visual, fue muy bien recibida por un público que llenó el aforo de la pista de la plaza. La noche demostró que la cultura, la emoción y la tradición pueden dialogar con la vanguardia en un mismo espacio. Una velada que dejó huella en la memoria cultural de Inca.