En Toledo viven poco más de 86.000 personas, pero en los primeros seis meses del año han pasado por sus calles casi 300.000 viajeros, según los últimos datos del INE. Y el contraste es aún mayor si se miran las pernoctaciones, que rozan el medio millón entre enero y junio. Ante esta situación y para aliviar la presión turística sobre el casco histórico de la ciudad, el Ayuntamiento toledano ha aprobado este año la que sería la primera ordenanza municipal de España que regula el turismo de manera específica, según aseguran desde el Consistorio.

La norma, impulsada por el equipo de Gobierno del PP y Vox y que será aprobada definitivamente en septiembre, establece reglas de circulación en las calles más concurridas del centro, limita el tamaño de los grupos organizados y endurece las condiciones para los guías y empresas que operan en la ciudad. El objetivo, según el consistorio, es preservar el patrimonio y mejorar la convivencia entre residentes y visitantes en una ciudad que superó las 978.000 pernoctaciones en todo el año pasado.

«Esta ordenanza no van contra nadie, lo único que busca es regular una actividad importante en la ciudad de Toledo y que afecta a la convivencia con los toledanos», explicó el concejal de Turismo, José Manuel Velasco, durante su intervención en el pleno municipal del 27 de julio que aprobó de manera inicial el texto. Además, la concejal de Obras y Servicios, Loreto Molina, ha asegurado que no han recibido «ningún problema» por parte de ninguna asociación ni vecino, por lo que no parece «que genere inquietud o desconfianza». 

Grupos de hasta 30 personas y sin megáfonos

Así, el texto delimita zonas saturadas como la calle Hombre de Palo, la plaza del Consistorio y el pasadizo de Balaguer, donde se aplicarán medidas que incluyen desde cuestiones básicas de movilidad hasta restricciones en la forma de trabajar de los tours. En calles estrechas, por ejemplo, los grupos deberán caminar en fila y dejar paso a vecinos, carritos de bebé o personas con movilidad reducida. También se prohíbe bloquear accesos a viviendas o comercios, así como obstruir cruces y zonas de tránsito peatonal.

Uno de los puntos centrales es la reducción de los grupos organizados, que, en estas zonas declaradas como saturadas, no podrán superar las 30 personas salvo autorización expresa del Ayuntamiento. El uso de altavoces y paraguas de colores por parte de los free tours, que representan el 10 % de las visitas, quedará prohibido. Tampoco se permitirá el uso de megafonía después de las 23:00 horas

En este sentido, el consistorio se reserva la posibilidad de establecer aforos en determinados espacios o de diseñar recorridos alternativos en caso de saturación, algo que hasta ahora no estaba regulado. Y advierte de que los responsables de cada grupo podrán ser sancionados en caso de incumplimiento, según recoge el texto publicado en el portal de transparencia del Ayuntamiento toledano

La norma, aún en fase de alegaciones, se prevé que quede aprobada definitivamente en septiembre. Incluirá también la regulación de los servicios de tren y autobús turístico —limitados a una licencia cada uno— y la creación de un Consejo de Turismo, que sustituirá al Patronato municipal.