El Viveros Herol Balonmano Nava es una utopía de gestión de un proyecto deportivo. Es, literalmente, el equipo del pueblo. Un club que hace años … no tenía voz ni nombre y que en 2026 celebrará el cincuenta aniversario en el mejor momento de su historia. Lo hará en la élite del balonmano español, peleando de tú a tú contra equipos con presupuestos infinitamente superiores y convirtiendo el Pabellón Guerreros Naveros de Nava de la Asunción en un fortín. Además de competir, el club segoviano presume de hacerlo con la cantera. En una provincia sin una gran tradición de balonmano como Segovia, el Balonmano Nava cuenta con tres jugadores de la casa en la primera plantilla y hasta once equipos en las categorías formativas. La última promesa en dar el salto a la élite es Alfredo Otero.
Alfredo Otero Quintana (Navalmanzano, 27 de mayo de 2006) se interesó en el mundo del balonmano gracias a que el Balonmano Nava acudió al CEIP Miguel de Cervantes de la localidad para dar una clase de iniciación a los alumnos. Durante varios años la entidad navera tuvo una pequeña escuela en Navalmanzano. El jugador con mayor proyección era Alfredo, que inició su relación con el balonmano en tercero de primaria y continuó quemando etapas en Nava de la Asunción, la que considera su segunda casa. Pasó por todas las categorías del club, siempre como el más destacado de su generación. Su irrupción fue meteórica. Cumplió 16 años, entró en edad juvenil y tiró la puerta abajo. Además de ser el líder en el equipo juvenil, rápidamente cogió galones en el Leche Mesenor Balonmano Nava. El equipo filial, que entonces militaba en Primera Nacional (tercera división), descendió ese mismo año, aunque Alfredo fue uno de los jugadores más destacados en la segunda vuelta.
En su segundo año como juvenil, el trabajo duro tuvo su recompensa. Alfredo compaginaba el equipo de su categoría y el filial. En alguna ocasión entrenaba con la primera plantilla. Una de las primeras veces llegó su inesperado debut en Irún. «Óscar Marugán estaba lesionado y entrené esa semana con el equipo». «El viernes me llamaron para decirme que estaba convocado y en cuanto salí del instituto fui a Nava», añade Alfredo, que cataloga la experiencia como «una locura». Al día siguiente, el 21 de octubre de 2023, acudió como uno más desde el hotel hasta Artaleku, el pabellón de Bidasoa Irún. «Al principio no pensaba que fuera a jugar, aunque el guion del partido ayudó». El Balonmano Nava perdió por once goles de diferencia y Álvaro Senovilla aprovechó para que el joven disputase ocho minutos. Lo hizo como extremo, fuera de su posición natural, y tuvo una ocasión que estrelló en el poste.
Sobre su debut en Irún
«El viernes me llamaron para ir convocado cuando saliera del instituto. No esperaba jugar».
Alfredo Otero
Jugador del Balonmano Nava
Tras el sueño del debut, Alfredo comenzó a entrar en dinámica de los entrenamientos del primer equipo. «Comencé a cuidarme más y a tomármelo todavía más en serio», añade el joven central. Aunque fue convocado a otros dos encuentros esa temporada, su verdadera irrupción ha sido la pasada campaña. Su rol era el mismo: líder del filial y dinámica del primer equipo. Las lesiones en el equipo más veterano de la Liga Asobal le abrieron la puerta y Alfredo decidió derribarla. Se ganó a la afición y la confianza del entrenador con su entrega, tanto en ataque como en defensa. Otro de sus días más especiales fue la visita del Barça a Nava. «Sabía que iba a tener minutos y pude jugar como central durante varios minutos. Todos mis compañeros me ayudaron y pude anotar mi primer gol», cuenta Alfredo con naturalidad, como si todos se hubieran estrenado en la élite marcando un gol a Gonzalo Pérez de Vargas. También añade que tanto Álvaro Senovilla como Carlos Villagrán le transmitieron mucha confianza. «Me dijeron que jugara sin miedo, que sabía e iba a hacerlo bien».
Alfredo asegura que aprendió mucho durante su precoz adaptación a la élite. «Los más veteranos me enseñaron mucho. De Sasha aprendí la importancia del día a día, se cuidaba muchísimo», comenta Otero. «Gedeón era un ejemplo. Siempre era el primero en hacer un ejercicio cuando lo explicaban». Alfredo recuerda lo que le ha ayudado este último año. «Me daba muchos consejos. Aprendí mucho de él, especialmente en defensa», alega el central, que añade un contundente: «Es Gedeón Guardiola. Cómo no le iba a hacer caso». Debido a las bajas, se adaptó a varias posiciones de la primera línea. «Mi adaptación al lateral derecho me ayudó a jugar más porque no había nadie», argumenta Alfredo. «He mejorado en todo, sobre todo física y tácticamente».
Sobre la próxima temporada
«He mejorado mucho física y tácticamente. Quiero mejorar cada día y consolidarme en el primer equipo».
Alfredo Otero
Jugador del Balonmano Nava
Tras su temporada de revelación, Alfredo Otero renueva con el Balonmano Nava durante las próximas tres temporadas, aunque también participará con el equipo filial. «El club confía en mí y no hay nada mejor que seguir cerca de mi familia, mis amigos y mis estudios», cuenta Alfredo, que está cursando una Ingeniería Informática en el Campus de Segovia. Es uno de los supervivientes tras la renovación y rejuvenecimiento de la plantilla. «Este año los entrenamientos son más exigentes», comenta el entrevistado, que está satisfecho con su forma física durante la pretemporada. En el amistoso frente a Logroño fue uno de los jugadores más destacados, con tres anotaciones. En lo referente a los objetivos, el canterano quiere consolidarse «de manera definitiva en el primer equipo». En lo grupal, quieren acabar entre los ocho primeros y llegar a la final a ocho de la Copa del Rey.
‘El Choto’, como se le conoce en el vestuario, se siente «muy afortunado». En 2024 fue el pregonero de la fiestas patronales de su pueblo natal, Navalmanzano, donde se ha convertido en una sensación. «Es increíble. No había afición por el balonmano y, a raíz de poner los partidos en el bar, la gente ha comenzado a seguirlo», comenta Alfredo. Además, a veces aparece ‘La Chotada’ en el Guerreros Naveros. Un grupo de familia, amigos y conocidos, con la camiseta navera y el ‘8’ a la espalda, que celebran cada acción de Alfredo Otero. «Tengo amigos que no sabían nada del balonmano y ahora vienen a animarme a los partidos», añade el protagonista.
Por último, al mencionar las categorías inferiores de la Selección Española, Alfredo no tiene expectativas al respecto. «Es algo que si tiene que llegar, llegará. No pienso en ello, aunque es un sueño». Hasta el final de su etapa juvenil, Otero era un fijo en la Selección de Castilla y León. «Trabajar y mejorar, es lo único en lo que pienso».