«Estoy un poquito desanimado porque los desamores que he tenido me han hecho replanteármelo. Es que no sé ligar y, de hecho, de joven, una chica me dijo que fuera a su casa porque no iba a haber nadie y no estaba ni ella…», reconoció Salvi en su presentación en First Dates.

Carlos Sobera le preguntó al murciano por sus aficiones y el comensal le contestó que «me gusta el deporte y la música, pero sobre todo cantar. Hago imitaciones de Eros Ramazzotti, por ejemplo».

El presentador le dijo que, para recibir de una forma original a su pareja de la noche, en cuanto entrara por la puerta del restaurante, él se pondría a cantar uno de los temas del artista italiano.

Su cita fue Marta: «Soy casi antisocial, pero me gusta ser cajera en mi trabajo, me gusta reponer…», afirmó antes de conocer a Salvi. Pero el murciano la dejó sin palabras cuando, en vez de saludarla, comenzó a cantar el tema de Eros Ramazzotti Fuego en el fuego.

«Nada más entrar me he fijado en su silueta y era más bajito que yo, así que no me ha gustado. Encima se ha puesto a cantar, me ha dado mucha vergüenza. Y cuando se ha girado, me quería ir. ¡Qué horror! Pero no me voy a ir sin cenar, eso es de mala educación», admitió la murciana.

En cambio, Salvi sí que quedó impresionado con su cita: «Es guapa, tiene buen cuerpo. Está muy bien de físico». Coincidieron en que ambos eran de Murcia y hablaron sobre sus trabajos antes de pasar a la mesa a cenar.

Durante la velada, la cajera le contó al dater que tenía dos hijas, pero Salvi le contestó que no tenía hijos: «Normal que no tenga…», afirmó ella, insistiendo en que su pareja de la noche no le gustaba «nada de nada».

Al final de la cena, el murciano insistió en invitar a Marta: «En la siguiente cita pagas tú», afirmó ilusionado Salvi. Pero ella, en cambio, lo tenía muy claro: «Pero, ¿cómo me invita si sabe que le voy a decir que no?«.

Al final, el murciano sí que quiso tener una segunda cita con Marta porque «me ha parecido una chica muy interesante y tímida». Ella, por su parte y como había dejado claro a lo largo de la velada, no quiso volver a quedar: «No he sentido ni feeling ni conexión con él».