En decoración, al igual que en moda, los colores tienen sus ciclos, sus periodos de vigencia y su momento de gloria en nuestras casas. Sin embargo, lo que un día resulta fresco y actual, puede volverse obsoleto con el tiempo (incluso podemos llegar a aborrecerlo, no me lo neguéis, porque ejemplos hay muchos). ¿Qué fue del color amarillo que inundó nuestros hogares en la década de los 90? ¿Y de las baldosas naranjas o rosas en las cocinas y baños más ochenteros? ¿Y qué me decís de la moda nórdica de color blanco que arrasó nuestros hogares hace no demasiado?
Precisamente, nos paramos aquí, porque vamos a repasar qué ha pasado con esta gama de tonos neutros que, durante un tiempo, pensamos que sería eterna. Pero no. Son muchos los expertos que ya hablan de su decadencia. Angel Martin es uno de ellos. El arquitecto y diseñador sostiene que los blancos están perdiendo su encanto y, en algunos casos, están envejeciendo los espacios. ¿Quieres más datos? ¡Sigue leyendo!
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El blanco: de básico eterno a color pasado de moda
El color blanco fue durante años el comodín perfecto: aportaba luminosidad, sensación de amplitud y versatilidad. Era (y sigue siendo) un color que refleja la luz, lo que ayuda a iluminar los espacios y hacerlos parecer más grandes. Al César lo que es del César. Además, era el aliado ideal del minimalismo más puro y del estilo nórdico que tan de moda se pusieron hace ya una década, dos corrientes que dominaron como nunca antes la decoración de los últimos años.
El Mueble
En El Mueble lo seguimos defendiendo con mesura, porque los tonos neutros, incluido el blanco, continúan generando ambientes relajantes y elegantes, combinando perfectamente entre sí y con materiales naturales como la madera o el lino.
Pero la palabra “comodín” ha empezado a tener otra connotación con respecto al blanco: la de un recurso trillado. Martin observa que la sobredosis de este tono ha hecho que muchos interiores pierdan personalidad. Es ahí donde él advierte: “Este color fue tendencia, pero ahora hace que tu casa parezca antigua”.
El Mueble
«En los últimos años hemos observado una evolución clara en el uso del color en arquitectura e interiorismo. Durante un tiempo predominaron los blancos neutros, posteriormente dimos paso a los blancos rotos (como el RAL 9010), y actualmente nos encontramos en una etapa en la que se priorizan colores con mayor carga emocional, más cálidos, texturizados y menos planos», nos cuenta Angel.
lo que está de moda hoy: calidez en tonos tierra
Los tonos como beige, crema o arena han dejado de ser simples, neutros para convertirse en la base de interiores que buscan transmitir serenidad, confort y conexión con lo natural. No se trata solo de elegir un color, sino de generar una atmósfera. “Cuando trabajamos con una paleta coherente, los ambientes se perciben más amplios, más integrados”, apunta Martin. Es decir, permiten unificar visualmente los espacios. «Hoy se tiende menos a utilizar un color distinto por habitación y más a crear una continuidad cromática que aporte calma, coherencia y sensación de amplitud».
Tonos tierra con textura.
Cortesía Angel Martin Studio
Por supuesto, cada profesional puede interpretar estas corrientes de forma distinta. Pero lo que realmente subyace en todos los discursos no es únicamente la elección de un color, sino cómo se integra ese color en el conjunto del proyecto. «Más allá del propio color, lo que importa es cómo se relaciona con la materialidad, la luz, los volúmenes y el mobiliario. Lo que nos une es la búsqueda de atmósferas, no solo de superficies pintadas», expone, porque en un momento social en el que se valora cada vez más el bienestar, la conexión con lo esencial y lo natural, los colores acogedores y terrosos ganan terreno. Y con ellos, los materiales que evocan un origen más artesanal, más sensorial.
¡Muy curioso!
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¿Cómo se aplican los tonos actuales?
Angel nos cuenta que cuando un cliente pide algo “más mediterráneo”, detrás suele estar el deseo de autenticidad. “Pinturas a la cal, superficies con textura y movimiento, acabados que se alejan del blanco puro y de los colores planos”, describe. Esa autenticidad busca que la luz interactúe con el material y aporte riqueza visual. Por eso, explica que en muchos proyectos ya no se recurre a la pintura convencional. “Optamos por materiales cuyo color no es uniforme ni estático, sino que responde a las condiciones lumínicas del entorno. El mortero de cal, por ejemplo, ofrece una profundidad y variación que la pintura convencional no alcanza. Es un material que no solo aporta color, sino también materia y vibración”.
Pasillo con zócalo y papel pintado texturizado.
El Mueble
El mercado se ha adaptado a estas demandas con productos más naturales, minerales, sostenibles, de menor impacto ambiental… . “Damos especial importancia a lograr una homogeneidad cromática que amplifique los espacios y refuerce la sensación de serenidad”, subraya el arquitecto. En su estudio investigan constantemente en marcas y formulaciones, apostando por tonos claros y texturizados. “Trabajamos con colores neutros y texturizados, nunca colores saturados o estridentes. Preferimos tonos claros dentro de una paleta que va del arena al beige, al crema, y donde la textura del material aporta la riqueza visual”.
Cortesía Angel Martin Studio
Como ejemplo cita su propio espacio de trabajo. “Optamos por no aplicar pintura, y en su lugar utilizamos directamente un mortero de cal en tono crema, aplicado de forma continua en paredes y techos”. El resultado, asegura, es una atmósfera uniforme, cálida y serena, donde la luz y el material dialogan en equilibrio. Y concluye: “Al final, de eso se trata, de hacer que el color no sea solo un fondo, sino parte viva del espacio”.
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