Juanjo Aguilera

Jueves, 21 de agosto 2025, 21:30

La feria taurina de Almería llega este año con una mezcla palpable de ilusión y prudencia. Por un lado, el coso de la Avenida de Vilches y la ciudad se preparan para vivir tardes de espectáculo y reencuentro que, aunque en el mundo del toro está sujeto a la propuesta del astado que aparezca por el llamado ‘callejón de los sustos’, es deseo ferviente; por otro, persiste una inquietud sobre si la respuesta de los tendidos acompañará a la expectativa creada.

De hecho, los carteles son muy parecidos a los de Roquetas de Mar, en Santa Ana, repitiendo el rejoneador Diego Ventura y los matadores Morante de la Puebla –si está disponible–, Juan Ortega y Alejandro Talavante. Son novedades Jiménez Fortes, que viene pegando fuerte últimamente, y Pablo Aguado, que no ha tenido demasiada fortuna en las veces en las que ha pisado el albero de la centenaria Plaza de Toros de Almería. Los preparativos siguen su curso y la sensación general es la de una cita que mantiene su fuerza simbólica, aunque a la vez exige más empeño para transformar esa energía en entradas vendidas y graderío lleno.

En el lado luminoso se advierte una afición que no ha perdido las ganas. Muchos están ‘cansados’ pero hay vecinos que marcan en el calendario las fechas de los festejos, aficionados que esperan con ansia la llegada de figuras y familias que ven en la plaza una tradición veraniega para compartir. Esa voluntad de volver a disfrutar, de recuperarse después de temporadas irregulares, es el motor que permite sostener la programación y la confianza de quienes trabajan en la organización.

El reverso, sin embargo, no puede obviarse. Existen señales de tibieza en la respuesta popular que preocupan a promotores y gestores; incertidumbre sobre la ocupación de los tendidos, dudas sobre la repercusión económica para hostelería y comercios vinculados al ciclo en honor de la Virgen del Mar que difiere un tanto de ‘chapuzas’ pasadas en las que hubo que variar la programación por no tener en cuenta el fútbol por más que pese a los taurinos y a los antifutboleros con lo que aparece la sensación de que la tradición tiene que competir hoy con nuevas ofertas de ocio. Esa sombra obliga a buscar fórmulas que enganchen de nuevo al público y a extremar medidas de promoción, precios y propuestas complementarias para que la plaza recupere su habitual calor.

La ilusión

El desafío para la feria será, por tanto, armonizar la fuerza del entusiasmo con respuestas concretas que atraigan público. Si la ilusión de los aficionados logra traducirse en aforo y ambiente, habrá tardes memorables; si prevalece la tibieza, el calendario afrontará un examen exigente. En el entreacto quedan los organizadores, la ciudad y una afición llamada a decidir si el latido de la feria vuelve a hacerlo con la misma intensidad de siempre. El año pasado no lo hizo y la respuesta en los tendidos dejó mucho que desear. Y llueve sobre mojado para una feria taurina almeriense que no hace mucho tenía siete tardes de toros y era considerada la segunda mejor feria de Andalucía y la primera de España en plazas de segunda categoría, pero lo cierto es que entre todos han ido viendo cómo la ‘herida’ sigue sangrando sin asumir su parte de culpa.

La feria taurina de Almería contará con un ciclo que combina la obligada apuesta por la cantera con la presencia de grandes figuras, ofreciendo a la afición una programación variada en estilos, encastes y formatos. El arranque será el martes 26 de agosto con una novillada en clase práctica organizada por la Escuela Municipal Taurina de Almería que dirige Ruiz Manuel. En ella, los alumnos Dennis Martín, Héctor Morales, Antonio Ortega y Pablo Sánchez tendrán la oportunidad de hacer el paseíllo y enfrentarse a cuatro novillos de la ganadería de Salvador Gavira, en una cita que representa el compromiso de la ciudad con la formación de jóvenes valores y el futuro de la tauromaquia. Un festejo fuera del abono, con entrada gratuita hasta completar el aforo, aunque con reducción de duración pasando de ser seis novillos a lidiarse solamente cuatro.

La segunda jornada del ciclo, prevista para el miércoles 27 de agosto, acogerá una novillada mixta que servirá de escaparate a toreros en distintas fases de su carrera. Con novillos pertenecientes al hierro de López Gibaja estarán presentes los novilleros con picadores Sergio Sánchez, que en 2024 ganó la Liga Nacional de Novilladas, llegará tras su bautismo de sangre en Las Ventas el pasado mes de julio, y Julio Norte, novillero salmantino que destaca por su ambición y trazos elegantes que le otorgan una interpretación de un toreo clásico propio de la escuela en la que se ha ido haciendo torero. Ese día, en un gesto hacia la tierra, dos novillos sin picadores serán para el novillero almeriense Blas Márquez, que ha dado muestras de saber lo que quiere. El cartel reúne la experiencia de quienes ya han dado sus primeros pasos en plazas de mayor exigencia y la frescura de quien empieza a llamar a las puertas del escalafón. La presencia de un representante local aportará un atractivo añadido para el público, siempre atento a los jóvenes talentos de la tierra. Blas, de una saga taurina con peso en la historia de Almería, anda con firmeza y atraerá a su público al coso almeriense.

Corridas mixtas

El jueves 28 de agosto llegará una de las citas de mayor expectación de la feria, con un cartel que reúne nombres de peso y estilos muy personales. Si no es mixta por los profesionales, lo será porque los toros son de dos ganaderías diferentes. La primera mitad pertenecen a El Parralejo y la otra a Álvaro Núñez, una tarde que anuncia a Morante de la Puebla, Fortes y Juan Ortega, una combinación que conjuga la inspiración artística, la entrega y el clasicismo, en un festejo que apunta a ser de los más señalados del abono. De todas formas, Morante fue cogido el pasado domingo, día 10 de agosto, en Pontevedra y se está pendiente de la evolución de la cornada con dos trayectorias sufrida, y calificada por los facultativos que le atendieron como grave.

Si vuelve, como quiere, la variedad de procedencias ganaderas y la personalidad de cada integrante de la terna ofrecen un interés especial para el aficionado, que podrá disfrutar de una tarde en la que cada toro y cada muleta contarán una historia distinta de toreros triunfadores. Ya se sabe el gran año que, hasta el pasado domingo, está firmando el sevillano, con triunfos incontestables en Sevilla, Pamplona o en la corrida de Beneficencia en Madrid. Fortes estuvo sembrado en Las Ventas con toreo clásico y buenas formas al que le faltó la espada ante el lote de Arauz de Robles, al margen de indultar un toro en Perú o destacar en la Feria de Santiago en Santander. De Juan Ortega hay pocas cosas que decir, simplemente que es motivo de enganche para el buen aficionado a los toros. Su letanía es la de un torero que basa en las formas clásicas los triunfos, muchos, que obtiene. En Almería estará tras recibir, por la mañana, el Capote de Paseo que conquistó en la Feria de Almería de 2024, ante ‘Espartero’, un toro de El Parralejo de 530 kilos, con enjundia y profundidad, una faena que puede considerarse como una de las más completas de los últimos tiempos en el coso de la Avenida de Vilches.

La clausura

La clausura se vivirá el viernes 29 de agosto con una corrida mixta que aportará diversidad de suertes y ritmos. El rejoneador Diego Ventura abrirá la tarde con toros de María Guiomar, mientras que Alejandro Talavante y Pablo Aguado completarán el cartel para la lidia a pie, con ejemplares de la ganadería de El Pilar. Este cierre del ciclo reunirá la espectacularidad del rejoneo con el arte y la técnica del toreo a pie, ofreciendo a la afición una jornada en la que se alternarán las emociones del caballo y la plaza con las faenas de capote y muleta.

Así, la Feria de Almería se articula como un compendio de tradición y proyección de futuro, en el que la cantera y las figuras comparten protagonismo. Con festejos que van desde la formación de los más jóvenes hasta la presencia de primeras figuras del escalafón, el abono se presenta como una cita ineludible para quienes siguen de cerca el pulso taurino de la ciudad.

Comenta

Reporta un error