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21 agosto 2025 – 21:26

El fútbol sudamericano enfrenta este jueves un nuevo escándalo de violencia en las gradas, tras los feroces enfrentamientos entre hinchas argentinos y chilenos el miércoles en Avellaneda, sur de Buenos Aires, que dejaron más de cien personas detenidas y 19 heridos, tres de ellos de gravedad.

Los embates de la batalla campal en las gradas del Estadio Libertadores de América, sede del partido de octavos de final de la Copa Sudamericana entre Independiente de Avellaneda y Universidad de Chile, trascendieron el mundo de la pelota.

El ministro del Interior chileno, Álvaro Elizalde, arribó a Buenos Aires por orden del presidente de ese país, Gabriel Boric, para acompañar a los heridos -algunos de arma blanca, según testigos- y supervisar el trato a los arrestados.

El viceministro de Interior argentino, Lisandro Catalán, escribió en X tras recibir a Elizalde que el gobierno nacional dispuso la «identificación de los responsables, los pedidos de expulsión y la aplicación del derecho de admisión de por vida en los estadios de Argentina».

La Cancillería de Chile precisó que 19 ciudadanos de su país estaban hospitalizados y 101 detenidos. Seis menores fueron liberados. La prensa local indica que tres chilenos están heridos de gravedad.

Todos presentan traumatismo de cráneo, uno de ellos herido tras arrojarse al vacío desde la tribuna cuando fue acorralado por hinchas locales. Si bien evolucionó en forma favorable tras ser operado, su estado sigue siendo grave, precisaron autoridades sanitarias.

«Muy lamentable. Hace algunos años que no jugamos estas instancias de Copa internacional y hoy no nos sentimos identificados en absoluto con el trato al hincha», dijo a la AFP Facundo Manent, un hincha de Independiente de 29 años.

«Desde que comenzó el partido la parcialidad chilena estuvo tirando todo lo que te imagines, piedras, butacas, orina, caca… No hubo vallado», añadió, al lamentar que la policía demoró casi una hora en actuar.

– Sanciones severas –

La justicia de Argentina todavía no brinda información sobre los detenidos, que están incomunicados.

A las puertas de una de las comisarías adonde está alojada la mayoría de los chilenos arrestados, familiares y amigos esperan novedades. 

«No saben organizar un partido de esta convocatoria, se sabe que se lanzan cosas de lado a lado», dijo el chileno Víctor Cepeda a la AFP mientras aguardaba frente a la sede policial por dos amigos detenidos con quienes viajó desde Santiago para asistir al partido.

«Vamos a proteger los derechos de nuestros ciudadanos sin perjuicio de las responsabilidades que pueda establecer la justicia», escribió Boric en X, donde denunció el «inaceptable linchamiento de chilenos».

Parcialidades de ambos equipos se enfrentaron en las gradas del hogar de los Diablos Rojos, en Avellaneda, con golpes de palos y puños en una feroz pelea.

«No hay muertos de milagro», aseguró Michael Clark, presidente de la U, tras visitar a los hospitalizados.

El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, exigió «sanciones ejemplificadoras» y la Conmebol prometió que actuará «con la mayor firmeza».

Sin embargo, primero deberá «recopilar la información de los hechos ocurridos dentro y fuera del estadio», dijo a la AFP una fuente del organismo del fútbol sudamericano bajo reserva.

– «Violencia inusitada» –

El caos inició cuando seguidores del equipo chileno arrojaron palos, botellasy butacas desde la tribuna popular superior, donde estaban instalados, a la parte inferior, en la que se encontraban hinchas de Independiente, constató un periodista de la AFP.

«Sacaban los artefactos del baño y los arrojaban a la tribuna, una violencia inusitada. Las prevenciones que se habían tomado eran las lógicas», acusó Néstor Grindetti, presidente del Rey de Copas argentino.

La Fiscalía de Buenos Aires anunció el jueves el comienzo de las investigaciones.

«Se hizo una inspección visual del lugar donde acontecieron los hechos y se solicitaron los informes a los organismos de seguridad correspondientes, así como también las cámaras de seguridad del estadio», sostuvo la fuente del club argentino a la AFP.

Ariel Alarcón, de la Policía de Investigación de Chile, afirmó a periodistas a las afueras del ministerio público que la liberación o eventual imputación dependerá de los delitos por los cuales los detenidos sean señalados.

Los incidentes ocurrieron cuando el partido iba 1-1. El árbitro suspendió el juego en el arranque de la segunda parte, a los 48 minutos, y la Conmebol lo canceló después. En la ida los chilenos habían ganado 1-0. 

La Conmebol e Independiente han sido señalados de fallar en la organización del encuentro.

La Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) chilena criticó al club argentino por su «pasividad» para controlar la violencia.

El ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Javier Alonso, acusó en tanto a la Conmebol de dilatar la suspensión del partido «cuando era claro que había una actitud muy hostil».

De su lado, el Ministerio de Seguridad nacional le reprochó «fallas graves».

Al menos 650 policías y efectivos de seguridad privada estaban asignados al operativo.

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