Las cifras no mienten: los toros están viviendo un resurgir popular de lo más poderoso. Frente al tópico de su supuesto declive, las primeras grandes ferias de la temporada han registrado picos de asistencia que certifican lo contrario. Fallas en Valencia, Feria de Abril en Sevilla y San Isidro en Las Ventas han colgado con frecuencia el cartel de «No hay billetes».
La buena salud de la plaza de toros de Madrid quedó de manifiesto tanto en las cifras de taquilla (se vendió el 93% de las entradas disponibles) como en los datos de audiencia (con cuatro canales autonómicos cosechando récord tras récord de seguimiento en sus emisiones desde el coso de la calle Alcalá). Semanas después fue la Feria del Toro de Pamplona la que arrasó los audímetros, con seguimientos del 64% en los encierros matinales y un porcentaje de asistencia a la plaza superior al 95%.
Pero esta tónica tan positiva no se queda ahí. Basta con ver lo que está ocurriendo en plazas como Alicante o Santander para constatar que la tauromaquia no sólo resiste el paso del tiempo, sino que se reinventa, se proyecta y vuelve a atraer a multitudes, especialmente público joven. De hecho, hasta en las novilladas de verano en Madrid se observa cada vez más asistencia, a pesar de ser fechas tradicionalmente malas en términos de concurrencia de público.
Alicante: capital del toreo por una semana
La Feria de Hogueras de 2025 ha sido un fenómeno sin precedentes. En cifras: 64.001 espectadores, casi 7.000 más que en 2024 y 13.000 más que en 2023. Pero el dato más llamativo es otro: por la plaza de toros de Alicante pasaron aficionados de 49 países distintos, desde Estados Unidos o Alemania hasta rincones remotos como Samoa o Filipinas. Además, 47 de las 50 provincias españolas estuvieron representadas en el tendido.
En lo artístico, el ciclo dejó dos indultos y ocho puertas grandes, pero las cifras de taquilla no fueron menos impactantes: el sábado 21 de junio, con José María Manzanares (hijo) y Andrés Roca Rey en el cartel, y el 23 de junio, cuando Manzanares alternó con Morante de la Puebla, fueron tardes de lleno… y el resto de espectáculos celebrados mantuvo una media de más de 6.500 asistentes por tarde.
Todo un espaldarazo a la gestión de Nacho Lloret y su mercantil Eventos Mare Nostrum, que también lleva las riendas de Toledo, donde el pasado mes de junio se colgó el primer «no hay billetes» en dieciséis años, o de Ciudad Real, que tras años sin continuidad en su programación taurina celebrará en agosto una feria compuesta por cuatro festejos.
Santander: la Feria del Norte
La Feria de Santiago de Santander también ha batido récords. Antes de que arrancase el ciclo ya se habían colgado tres carteles de «no hay billetes», algo histórico en la plaza de Cuatro Caminos. La venta de abonos subió un 26% en comparación con 2024, el abono joven alcanzó ya los 1.300 socios y el impacto económico estimado en la ciudad se ha situado cerca de los 11 millones de euros.
La campaña mediática impulsada por la empresa Lances de Futuro que dirige José María Garzón ha sido clave: un anuncio televisivo emitido en prime time en Antena 3, Telecinco o Telemadrid fue visto por 23 millones de personas antes. Según Garzón, el spot no sólo ha vendido entradas, sino que ha devuelto al toreo un espacio en la conversación pública, incrementando su visibilidad en tiempos de censura y corrección política.
Garzón también lleva las riendas de Córdoba o Cáceres, donde los festejos programados en mayo y junio lograron grandes datos de taquilla, y también se encarga de la plaza de La Malagueta, que celebrará su Feria en agosto con grandes previsiones de asistencia, a la luz del «no hay billetes» que colgó la corrida del pasado Sábado de Gloria y del continuo incremento de público que han venido registrando sus corridas estivales.
Las Ventas y el fenómeno de las novilladas nocturnas
No solo las grandes ferias están llenando. También lo hacen los festejos menores, como las novilladas nocturnas de Las Ventas en Madrid. Este ciclo, que se celebra cada jueves entre junio y julio, ha experimentado un crecimiento constante de asistencia en los últimos cuatro años, en lo que constituye un notable éxito del manejo de Rafael García Garrido y su empresa Plaza 1.
Veamos las cifras:
– El ciclo de 2022 se cerró con 36.510 espectadores, una media de 7.302 por festejo.
– En 2023, el serial citó a 38.892 personas, un promedio de 7.778 por evento.
– En 2024, las cinco novilladas programadas sumaron 44.891 entradas vendidas, a razón de 8.978 por noche.
– En 2025, el número total de espectadores ha sido de 50.610, una media de 10.122 por espectáculo.
En suma, si comparamos 2022 y 2025, podemos ver que el incremento en la asistencia media ha sido cercano al 40%, mientras que la el total de entradas vendidas para el ciclo se ha elevado en casi 15.000. La edición de 2025 ha sido un éxito rotundo, con noches por encima de los 11.000 asistentes. Este fenómeno es especialmente relevante porque pone el foco en los jóvenes valores del toreo y refleja el interés renovado de nuevas generaciones por la tauromaquia.
Otras plazas en continuo crecimiento
La mejora continua en los datos de actividad del sector también se aprecia en las plazas que maneja Alberto García a través de Tauroemoción. Su empresa viene de celebrar con éxito los ciclos de Burgos, Soria y Zamora y se prepara ya para la intensa Feria de San Lorenzo de Huesca, donde se espera que la plaza roce el lleno en todas y cada una de las corridas programadas. Un informe dedicado al ciclo de agosto de 2024 señaló que su impacto económico fue superior a los 14 millones de euros.
En paralelo, Tauroemoción continúa su proyecto de crecimiento en la plaza de toros de Valladolid, que tanto en mayo como en septiembre ha programado distintas corridas de máximo nivel con las que se han alcanzado cotas muy elevadas de asistencia. El pasado año, estos festejos movieron más de 15 millones de euros y sumaron más de 40.000 asistentes.
Un sector que va a más
Lo que estamos viendo en 2025 es más que una buena temporada: es un fenómeno económico en clara fase de expansión, con el consecuente arrastre para las economías locales. En clave cultural, estos datos confirman que el toro vuelve a embestir –y lo hace con plazas llenas y públicos rejuvenecidos y entusiastas–.