BarcelonaLos adolescentes leen mucho, ¿pero qué les apasiona? ¿Qué les atrapa? El último barómetro de hábito de lectura y compra elaborado por el Instituto Catalán de Empresas Culturales (ICEC) daba cifras muy optimistas: en 2024, un 75,3% de los jóvenes entre 14 y 24 años leían en el tiempo libre. En cuestiones de idioma, el propio barómetro muestra que un 45,3% de estos jóvenes lectores leen en catalán. Sin embargo, existen datos de venta (no de lectura) que muestran un porcentaje más alto para el libro en castellano. «El último Sant Jordi, en Abacus, en literatura juvenil se vendió el 17% en catalán, frente al 83% en castellano. Hay una oferta altísima y variada de títulos en castellano que no están en catalán», afirma Pema Maymó, directora editorial de los sellos de literatura infantil y juvenil de Abacus Futur. Son muchas las editoriales que publican en castellano que se han volcado con ganas en la literatura que algunos califican de young adult y otros romance y fantasy. En muchos casos, el fenómeno ha sido impulsado por plataformas como Wattpad y recomendaciones a TikTok e Instragram de booktokers o bookstagramers.

No hay ningún adolescente igual ni tampoco todos tienen los mismos gustos literarios. Hay librerías con estantes llenas de sagas románticas de colores llamativos y hay donde este tipo de libros son prácticamente inexistentes. Pero si para orientarnos utilizamos los libros más prestados en las bibliotecas o los que aparecen en los más vendidos según el gremio de libreros, hay autores de los Països Catalans como Eloy Moreno (Castelló, 1976), Care Santos (Mataró, 1970) y Joana Marcús (Joanna, Internacional, Fornautx, 20). 1980), Chloe Walsh (Cork, 1989) y Rebecca Yarros (Washington DC, 1981) que son auténticos fenómenos editoriales. Yarros vendió más de 12 millones de ejemplares sólo en Estados Unidos con la saga que empezó con Alas de sangre (en catalán en Columna), y donde todo sucede en una academia al estilo Harry Potter, pero con jinetes que cabalgan sobre un dragón y sexo explícito.

«La novela romántica está de moda, como hace unos años lo estuvieron los vampiros o las distopías. Hay una gran producción y, en muchos casos, las autoras han saltado de la plataforma Whatpadd al papel», asegura Isabel Resina, bibliotecaria en la biblioteca de Nou Barris, en Barcelona. Resina cree que los jóvenes deben tener acceso a todo tipo de libros. Además, suelen ser muy autónomos. «Piden poco consejo y muchas veces vienen solos y cogen lo que quieren porque ya se han informado previamente. Hay muchos tipos de novela romántica, y los hay con historias muy bonitas, como Eleanor & Park de Rainbow Powell», asegura Resina, que también destaca que ha habido una explosión de novelas con temática LGBTI.

Las razones de la pasión lectora

Cristian Olivé es profesor de lengua y literatura en secundaria. Autor de Profes rebeldes: El reto de educar a partir de la realidad de los jóvenes (Rosa dels Vents, 2020) y El cuaderno donde por fin puedo expresarme sin filtros (Larousse, 2021), acaba de publicar el primer volumen de una saga: Únicos. Dos por uno (Rosa dels Vents), una historia de amor en la que dos gemelos se disputan un mismo chico. «Creo que ahora leen más porque se ha trabajado mucho para fomentar la lectura y hacerla más accesible, se ofrecen géneros más cercanos y se trabaja la lectura de una forma más vivencial, más desde el conocimiento y desde la experiencia», asegura Olivé, que escribe en catalán: «Lo decidí desde el principio, es casi una decisión política».

Olivé considera que hay poca oferta juvenil en catalán con temática LGBTI. «He querido aportar algo mi parte desde mi experiencia como docente y quería que personas de un colectivo muy minoritario tuvieran referentes», dice. Sin embargo, admite que tiene muchas más lectoras que lectores. De hecho, la mayoría de historias con protagonistas masculinos que se enamoran tienen sobre todo lectoras. «Me he preguntado muchas veces por qué pasa, hay quien me ha dicho que es como un amor imposible que no vivirán nunca, es como verlo desde la barrera con una cierta chismorrea, vivir un sentimiento nuevo», explica.

Olivé defiende que en la literatura también hay modas, y ahora hay una abundancia de títulos donde el argumento básicamente es que personas enemistadas se enamoran. En el libro de Yarros estas relaciones tóxicas son explícitas y la heroína es consciente de ello. «No me atraen los hombres tóxicos, me digo a mí misma, pero aquí estoy, totalmente atraída», se lee en Alas de sangre. Es un estereotipo antiguo. «Estamos hablando mucho de evitar el amor tóxico, y precisamente este tipo de novelas donde hay amores posesivos y desiguales tienen éxito. Quizá sea porque ahora nos lo planteamos más y lo analizamos, porque si miramos históricamente, tanto en las novelas como en las películas encontraremos este tipo de relaciones», afirma Olivé. Existe un componente propio de la adolescencia que también puede contribuir, que es la rebeldía. «Algunos pueden considerar que leer ciertas novelas les hace sentir que están contra el sistema», dice Olivé. Al margen de que lean, los adolescentes buscan, en muchas ocasiones, lo mismo que muchos adultos: «Entenderse, aceptarse a sí mismos, encontrar un canal para reflexionar sobre uno mismo. Puedes leer para pasártelo bien, pero también para hacerte muchas preguntas», añade Olivé.

Los cambios en la forma de leer

«A nosotros no nos gusta hablar de romance o fantasy, sino que hablamos de literatura young adult», explica Mar López, responsable comercial de Bookish y del Crush Fest. «Son novelas que van dirigidas a un público de entre 13 y 30 años y la novela romántica está predominante, pero también hay novela fantástica y thriller, que cada vez tienen más fuerza. Es literatura que apela a las personas jóvenes por el tipo de argumentos e inquietudes y porque está escrita por jóvenes que tienen menos de 35 años», afirma. López explica que el fenómeno se entiende, porque ha cambiado la forma de sumergirse en las historias. «Se lee de forma más comunitaria y más experiencial, se crean experiencias en torno al libro y se crean experiencias. Nosotros, por ejemplo, esta tarde hemos organizado un té al estilo de la serie de los Bridgerton«.

«Las protagonistas de estas novelas normalmente son muy potentes, pero a la vez hay estas historias de amor bastante tóxico en las que el sexo es muy explícito», dice Maymó. En ninguno de estos libros especifica edades recomendadas. años.»¿Qué hacemos con estos niños que tienen entre 12 y 14 años?, creo que a estas edades aún se les debe acompañar», reflexiona Maymó, que apuesta por que en catalán también se publiquen más títulos. y que apuesta por un tipo de novela no tan oscura ni tóxica, con libros como Un faro al final del mundo, de Gerard Guix (Elastic), o Eleanor & Park.

Entre todos estos jóvenes enganchados a la lectura existe, evidentemente, mucha diversidad. «Hay jóvenes que buscan historias de amor, pero también hay quien quiere entender su mundo, oa quien les apasiona la ciencia ficción», asegura Laura Huerga, la editora de Raig Verd, que también publica el sello juvenil Indomita. «Hay gente joven que también lee ensayo sobre el fascismo, el ecologismo, el feminismo, y hay muchas historias de amor. Nosotros hemos publicado Guía para lesbianas en la escuela católica de Sonora Reyes, donde el amor no surge desde la animadversión sino desde la admiración, y reflexiona sobre el hecho de aceptarse a uno mismo», añade Huerga.