Una temporada más, el éxito de Carlos Alcaraz se extrapola del ámbito deportivo al económico. El español, de 22 años y ganador de cinco grandes, triunfa en las pistas y también lo hace fuera de ellas mediante la firma de una serie de contratos que le confieren, de nuevo, el estatus de tenista mejor pagado del mundo. En concreto, según la publicación especializada Forbes, el murciano ha ingresado durante el último año 48,3 millones de dólares (41,2 de euros); es decir, seis más que el curso anterior, cuando la revista ya precisó que había facturado más que ninguno, sea hombre o mujer. Le seguía el veterano Novak Djokovic, quien ahora cae al cuarto peldaño.
Desde que alcanzase el estrellato de su deporte, al convertirse en 2022 en el número uno más joven de todos los tiempos, Alcaraz ha mantenido la línea triunfal que seduce a las marcas. Sus victorias le han reportado 11,3 millones, pero el grueso de sus ingresos procede de los patrocinios, que le reportan hasta 29,8 en concepto de embajador automovilístico, crema solar, turismo regional, firmas deportivas, alimentación, relojes y moda de lujo o incluso agua, entre otros. Al igual que en la cancha, el italiano Jannik Sinner, líder actual del circuito, compite con él en el mercado y ha logrado ascender del quinto al segundo escalón del listado, con un total de 17,3 millones por las victorias.
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Por tanto, el pelirrojo (23 años) es quien mejor explota su rendimiento, aunque en términos mercadotécnicos el de El Palmar continúa por delante. Sinner acapara al menos una docena de contratos publicitarios (23 millones) y su cifra final se eleva a 40,3, situándose muy cerca del español. Cabe recordar que él es, al fin y al cabo, quien consiguió el mayor cheque de la historia, al haberse impuesto en el Six Kings Slam —una exhibición organizada en Riad en octubre— y haber posado así con un talón de 5,5 millones de euros. Mientras, Djokovic, de 38 años y afianzado como el jugador masculino más laureado, sufre un retroceso que responde básicamente al apartado deportivo.
Nole juega menos torneos y desde que consiguiera el oro olímpico en París tan solo ha levantado un trofeo, menor, en Ginebra. En consecuencia, pasa de 33,4 a 25,2. Su impacto, en todo caso, sigue siendo extraordinario a nivel comercial. A su nivel se sitúa la estadounidense Coco Gauff, tercera en el ranking económico y primera fémina en ganancias; 21,3 de los 31,7 millones que ha facturado proceden de sus patrocinadores. Asombró al tenis con 15 años y a los 21 se le considera la sucesora de Serena Williams en cuanto a compromiso social. Prácticamente fija en el podio de la WTA, ya ha conquistado dos grandes y es otro reclamo para el público más joven.
Gauff es una de las cuatro mujeres que figuran en el top-10 elaborado por Forbes, en el que también brillan la número uno, Aryna Sabalenka, con 23,3; la china Qinwen Zheng, un puesto más abajo —sexta, con 22,2— a pesar de no haber ganado ningún gran torneo; y la polaca Iga Swiatek, quien sucede a la asiática con 20,4 y que, al igual que Sinner, no ha acusado en términos económicos la repercusión que tuvieron sus suspensiones por dopaje; tres meses para el italiano y uno para ella. Con seis majors ya en el bolsillo, el último de ellos hace poco más de un mes en Wimbledon, la de Varsovia es la única jugadora en activo que se ha coronado sobre las tres superficies (dura, tierra batida y hierba).
Han ido renovándose los exponentes —atrás quedan los récords comerciales de Roger Federer o Serena Williams— y hay varios retoques respecto a 2024. Desaparecen los nombres de Rafael Nadal, Casper Ruud y la japonesa Naomi Osaka, quien en su momento llegó a percibir alrededor de 35 millones. Hoy, sin embargo, la referencia es Alcaraz, cuya proyección profesional es transversal y atrapa a públicos de todas las edades. Con una propuesta distinta y creativa, sonriente aquí y allá, el murciano repite en la cúspide y continúa elevando su caché, llegando a ganar, según precisa la publicación, hasta un millón por torneo y dos por una exhibición.