Desde hace décadas,
Catalunya tiene una rica tradición editorial. De hecho, Barcelona está
considerada como la capital mundial de la edición en lengua castellana, y por
supuesto, también en lengua catalana. Esta situación tiene muchas décadas de
historia y su principal característica es la variedad y diversidad que presenta
en el mundo editorial. Podemos encontrar desde grandes grupos editoriales como
Planeta o Grup 62 –ambos agrupados en la actualidad- y otros más
pequeños e independientes. También las hay medianas, editoriales con un
catálogo especializado pero con cierta capacidad de distribución. Las independientes son aquellas más pequeñas que tienen unas
características más peculiares que las destacan frente al resto. No sólo por ser
pequeñas y tener una gran variedad y novedad de libros publicados, sino que
también son conocidas por los riesgos económicos que sufren y la visibilidad
limitada a la que deben hacer frente día a día.
En los últimos 15 años ha
emergido un buen número de editoriales independientes, pequeñas y de carácter
alternativo, especialmente en la edición en catalán. Estas editoriales a menudo publican géneros concretos, temas sociales, poesía o
literatura juvenil, que suelen ser descartados por editoriales mayores. Muchas
de ellas se enfrentan a márgenes económicos reducidos, poco beneficio y
dependencia de subvenciones y venta directa. Además, la competencia de los
grandes grupos hace que las pequeñas deban ser muy estratégicas en promoción y
distribución. Así lo relata Marc Moreno, fundador y editor de Llibres del
Delicte: «El principal obstáculo es la visibilidad… tanto en las librerías como
en los medios de comunicación». Las editoriales independientes han
estado en el punto de mira en las últimas semanas. La incorporación de la
editorial Edicions del Periscopi al Grup 62, y la nueva campaña de apoyo para
la supervivencia de la editorial Raig Verd, han sido claves para ilustrar la
realidad editorial catalana. Pero, ¿todas las pequeñas editoriales comparten
las mismas inquietudes o resultados?
Edicions del Periscopi y Grup 62, la alerta
Hace menos de un mes, Edicions del Periscopi era
la editorial de referencia de los editores independientes en catalán. Fundada
por Aniol Rafel y con más de una década de trayectoria, esta editorial se ha
incorporado a Grup 62. Periscopi mantendrá equipo, línea editorial e identidad,
y el editor defiende que la alianza garantiza poder continuar publicando la
literatura que ha definido el sello hasta ahora. Rafel afirmó en la plataforma Catorze que «es mejor vender
Periscopi ahora que estamos bien que cuando estemos mal. Porque sabes que
cuando estás mal, las condiciones no serán las que tú quieras, sino las que
quieran ellos. Ahora hemos podido pactar unas condiciones que son muy buenas
para el equipo y para todos». Además, el editor asegura que su trabajo
será «demostrar que todavía hacemos los libros como los haríamos si esto
no hubiera pasado».
Relacionado con este tema
Por otra parte, la
editorial Raig Verd, fundada en 2012, ha puesto en marcha una campaña para
garantizar la continuidad de su proyecto. Llamamiento a la comunidad lectora
para incrementar suscripciones, compra directa en la web, difusión y apoyo
activo. La editorial vive una situación económica delicada que no acompaña en
el actual contexto de mercado adverso. Ha habido una reducción del equipo, una
caída general del 30% mensual en facturación en librerías y se plantean el
cierre del sello juvenil en caso de que la situación no mejore.
Discursos críticos silenciados
Esta realidad ilustra el
día a día de muchas editoriales independientes. La avalancha de novedades
editoriales satura el mercado y dificulta la visibilidad de proyectos
independientes. Además, los algoritmos de redes sociales favorecen contenido «insustancial» y silencian discursos críticos (feminismo, antirracismo,
ecologismo, anticolonialismo). Cada vez, el contacto directo con los lectores
es menor y la interacción es más limitada y filtrada. De ahí nacen las
editoriales independientes, de buscar ese agujero o vacío que las grandes
editoriales no llenan, y de tener rasgos diferenciadores que les permite ocupar
un espacio en el huracán editorial. Con una bajada de la venta de libros en el
último año, las pequeñas editoriales marcan también unos objetivos y una forma
de hacer definitorias, destacando por una búsqueda de calidad y de proximidad.
Muchas pequeñas
editoriales parten de un trato artesanal y cercano con el escritor y el lector,
diferenciándose así de las grandes empresas. Las editoriales independientes
sufren la reducción de ejemplares encargados por las librerías y la competencia
de los grandes grupos, pero su valor diferencial es el acompañamiento de los
libros y la proximidad con el territorio. Además, la gran mayoría de ellas se
especializan en un género concreto y promueven la publicación de autores
catalanes con poca visibilidad. Marc Moreno, fundador de Llibres del Delicte,
asegura que no publican «cualquier cosa que llega, seleccionamos muy bien
las novedades que nos llegan a partir de criterios de calidad y de interés. Creemos
mucho en cada libro que publicamos y en intentar darles visibilidad aunque
somos pequeñas o minúsculas.» Desde Edicions Saldonar, comparten la misma
visión que otras muchas editoriales independientes. Francesc Gil-Lluch,
fundador y editor, afirma que «siempre ponemos por delante nuestra forma
de trabajar, muy cercana a la gente, y buscando sobre todo que los contenidos
tengan la máxima calidad».
Además, Gil-Lluch cree
indispensable destacar que los grandes grupos editoriales «han ido
ocupando» espacios que antes quedaban para las editoriales independientes,
lo que «ha generado tensión y ha reducido el margen de acción de los pequeños
editores». Afirma que ellos no se quejan como «algo histérico del
sector cultural, sino que lo que hacemos es defender un espacio en las
librerías, en los medios, entre los lectores». Bernat Reher, socio de La
Breu Edicions, explica cómo su editorial es una asociación cultural, que se
mantiene gracias a una red de colaboradores externos y a un trabajo colectivo.
«Nosotros no tenemos un sueldo… pero estamos publicando lo que realmente
queremos publicar, y lo que debemos garantizar es que no haya ninguna
generación de escritores que quede huérfana de la publicación».
Relacionado con este temaLa ILC apuesta por un «ecosistema diverso»
Sobre la situación de las
editoriales en Catalunya y la incorporación de Edicions del Periscopi al Grup
62, el nuevo director de la Institució de les Lletres Catalanes (ILC), Eduard
Escoffet, deja claro que lo importante es «velar para que el ecosistema sea
diverso, con todo tipo de editoriales: grandes y pequeñas.» «Es normal que
haya cambios, pero considero que lo más importante es que el sector responda a
las necesidades de los lectores y de los autores, y que pueda dar, de una forma
u otra, salida a toda la creatividad literaria», opina. Sin embargo, deja
claro que cuando algunas editoriales expresan sus dificultades sobre su
viabilidad, esto les interpela, y de una u otra forma deben encontrar la manera
de «dar más herramientas para que puedan hacer su trabajo», asegura Escoffet en
declaraciones al ACN.
Por su parte, Moreno cree que «el futuro de
las editoriales pequeñas es complicado… los grandes grupos se están comiendo
las editoriales independientes». Pero, sin embargo, las editoriales
pequeñas deben intentar luchar «contra esta tiranía de la novedad y la
concentración de los grandes grupos editoriales». Los tres editores ven un
futuro próspero para sus editoriales, ya que tienen estos elementos
diferenciadores que les permite hacerse un hueco en el mundo del libro. Además,
los tres consideran que las subvenciones de la Generalitat garantizan la
supervivencia de este ecosistema, destacando así que la razón de ser de las
independientes es asegurar la pluralidad literaria y que ninguna generación de
autores quede sin voz.