Barrio San Francisco de Santander: descubre su fascinante historia
El pasado mes de diciembre se estrenaba el documental “El barrio que no se rindió”, dirigido por Guillermo Ruiz, el cual rescata un hito tan desconocido como histórico en la ciudad de Santander durante los años 60: el barrio San Francisco, ubicado en los límites del paseo General Dávila y considerado en su momento como un lugar marginal e inhóspito.
Un documental que no solo profundiza en este episodio local de posguerra, sino que también arroja diversas respuestas al presente y el futuro en lo que concierne a la capacidad comunitaria de transformar espacios deprimidos para convertirlos en hogares comunes donde todo el mundo quiera vivir.
Barrio San Francisco de Santander: historia de un triunfo
El estado del barrio San Francisco en sus primeros años era sucio y deprimente.
En los años 60, como sucedía en otros muchos rincones de España, el desplazamiento masivo llevó a habitar espacios que, con el tiempo, eran vistos como marginales e inhóspitos – he aquí el hijo y nieto de una familia de manchegos migrantes que tuvieron que vivir en un barrio ilegal durante los primeros años de aquella década -.
Este también fue el caso del barrio San Francisco de Santander, un asentamiento construido en la parte alta de la ciudad de Santander y conformado por pisos de entre 60 y 70 metros cuadrados construidos en tiempo récord para albergar las olas masivas de emigrantes llegados de pueblos cántabros, andaluces y castellanos.
Sin embargo, este nuevo refugio no albergaba las condiciones necesarias y contaba con infraestructuras deficientes, zonas no urbanizadas y una total ausencia de servicios sociales. Durante los primeros años, los vecinos pasaron los días sin alumbrado, entre calles sin asfaltar, sin aceras ni desagües y entre terrenos ocupados por las ratas, a expensas de las promesas incumplidas de Nurbasa, la empresa constructora del barrio.